
Es probable que en más de una ocasión hayas experimentado esa sensación de vacío, de no saber qué hacer, de no encontrar satisfacción en las cosas comunes, de sentirte aburrido hasta lo indecible. Sin embargo, el aburrimiento no es solo la falta de interés, no surge porque sí, sus consecuencias psicológicas son mucho más profundas y también sus causas.
1. Altera la percepción del tiempo
Investigadores de la Universidad de Waterloo, en Canadá, reclutaron a 476 estudiantes y les pidieron que completaran un cuestionario con 28 preguntas, que había sido diseñado a propósito para generar la sensación de aburrimiento.
A continuación debían completar una tarea en la cual se evaluaba la rapidez con la cual cambiaban la atención: tenían que descifrar una o dos letras en una cadena de números que pasaba por la pantalla de un ordenador. Vale aclarar que, como norma, nuestro cerebro tiene recursos atencionales limitados por lo que si la segunda letra aparece demasiado pronto, no seremos capaces de detectarla, es lo que se conoce como “parpadeo atencional”.
Después, los participantes tenían que mirar un punto que se movía alrededor de un círculo y evaluar cuántos segundos duraba este movimiento. Curiosamente, las personas que mostraban mayores signos de aburrimiento no tenían dificultades para detectar las letras, lo cual indica que su atención funcionaba bien, pero realizaban estimaciones de tiempo muy largas. Lo cual demuestra que no se trata de una sensación meramente subjetiva, cuando estamos aburridos el tiempo, en efecto, pasa más lento.
2. Estimula la creatividad
El aburrimiento no tiene por qué ser negativo. De hecho, por mucho que odiemos estar aburridos, un estudio realizado en la University of Central Lancashire ha demostrado que este estado potencia la creatividad. ¿Cómo llegaron a estas conclusiones?
Estos investigadores reclutaron a 170 personas. A la mitad le pidieron que copiasen los números de teléfono de una guía, durante 15 minutos, así se encargaron de que apareciera el aburrimiento. Al contrario, la otra mitad pasó directamente a la tarea creativa.
A todos les pidieron que enumeraran los usos que le podrían dar a una taza de poliestireno. En este punto surgió un resultado inesperado: las personas más aburridas no solo mencionaron más usos sino que estos también eran más originales. ¿Por qué?
Los investigadores afirman que el aburrimiento es una señal de que estamos atascados y que necesitamos nuevas metas por lo que es probable que al encontrarlas, enfrentemos la actividad asumiendo una actitud mucho más positiva y entusiasta. No es extraño que algunos escritores confiesen que para escribir necesitan un periodo de aburrimiento, en el que se sienten atascados, porque después a menudo aparece esa gran idea.
3. Desvela poco conocimiento de sí mismo
Solemos pensar que el aburrimiento está vinculado con la falta de estímulos del medio que nos rodea pero un estudio realizado en la Universidad de York, en Toronto, nos indica otro rumbo: el aburrimiento está vinculado con la falta de conexión con nuestras emociones, un problema de autoconocimiento.
Para llegar a estas conclusiones los investigadores le pidieron a 204 personas que completaran un cuestionario en el cual se evaluaba su tendencia a caer en periodos de aburrimiento, así como el conocimiento de sus emociones y la tendencia a focalizarse en sí mismos o en el medio.
Así descubrieron una correlación significativa entre el aburrimiento y la tendencia a centrarse en el medio. Las personas que más solían aburrirse también tenían dificultades para reconocer y manejar sus emociones. En realidad, si lo pensamos bien, no se trata de un descubrimiento tan insólito ya que cuando tenemos la tendencia a buscar las fuentes de satisfacción en el exterior, es probable que al quedarnos solos con nosotros mismos o cuando los estímulos dejen de ser novedosos, nos aburramos.
Por tanto, el aburrimiento también puede ser un signo de que necesitas volver a conectar con tu mundo interior, redescubrir tus emociones y pasar más tiempo contigo mismo.
Fuentes:
Mann, S. & Cadman, R. (2013) Does Being Bored Make Us More Creative? Creativity Research Journal; 26(2): 165-173.
Eastwood, J.D. et. Al. (2007) A desire for desires: Boredom and its relation to alexithymia. Personality and Individual Differences; 42: 1035-1045.
Danckert, J.A. & Allman, A.A. (2005). Time flies when you’re having fun: Temporal estimation and the experience of boredom. Brain and Cognition; 59: 236-245.
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