
Transmitirles a los niños el amor por la lectura es uno de los mayores regalos que les podemos hacer. La lectura nos convierte en personas libres, nos da alas, nos abre las puertas a un mundo de posibilidades y nos hace reflexionar y crecer.
En el caso de los niños, la lectura representa un desafío intelectual pero también un increíble pozo de placer. Los niños que leen no solo adquieren más vocabulario sino que también desarrollan su inteligencia, su capacidad crítica y su creatividad. También tendrán más temas de conversación y diferentes modelos a imitar que van más allá de los cómics y los vídeo juegos.
Sin embargo, en el mundo moderno, dominado por la tecnología y la inmediatez, puede ser difícil desarrollar la pasión por la lectura. Y es que el exceso de estímulos que llega de Internet y los mandos de las consolas pueden hacer que un libro parezca poco motivante. Pero no hay que dar el brazo a torcer, la lectura no se lleva en los genes ni se nace con una predisposición para ella, es algo que se desarrolla y se educa a partir de los hábitos adecuados.
¿Cómo incentivar el amor por los libros?
1. Da el ejemplo. Los niños aprenden por imitación y cuando son pequeños, su mejor ejemplo son los padres. Si estos pasan gran parte del tiempo delante del ordenador y la televisión o utilizando el móvil, el niño querrá imitar estos comportamientos porque considerará que son adecuados y creerá que están permitidos. Al contrario, si el pequeño ve que sus padres siempre están acompañados de un libro, tarde o temprano se motivará a coger uno entre sus manos. Entonces tendrá lugar el milagro.
2. Comienza temprano. Nunca es demasiado temprano para acercar un libro a un niño, aunque no sepa leer. Desde pequeño e incluso antes de que sepa hablar, el niño ya entiende muchas palabras y puede interactuar con su entorno. Recurre a los libros para bebés y ve insertándolo en el maravilloso mundo de las letras. Más tarde, podrás dormirle leyéndole una fábula y después, cuando sea mayor, las lecturas más complejas llegarán solas. No olvides continuar leyéndole aunque ya haya aprendido, durante los primeros años leer implica un gran esfuerzo para el niño y necesitará que le motives. Si dejas de leerle antes de tiempo, es probable que no desarrolle la pasión por la lectura.
3. Crea hábitos de lectura. Los niños, como los adultos, son seres de hábitos por lo que es importante que crees un momento para la lectura a lo largo del día. Puede ser antes de irse a la cama o a la hora de la merienda. Cuando se crea un hábito y este genera experiencias positivas, el niño querrá repetirlo y te pedirá que le leas o le alcances un libro. De la misma manera, es recomendable que establezcas un horario para los otros juegos, de forma que no tenga acceso a la tecnología a todas horas.
4. Haz de la lectura una experiencia divertida. Algunos niños no leen porque han asociado los libros con algo aburrido, es probable que sus padres no hayan sabido transmitirles el entusiasmo por la lectura a edades tempranas. Sin embargo, existen mil maneras de darles vida a los personajes de los libros. Puedes cambiar la entonación, recurrir a las marionetas o incluso escenificar algunas escenas en familia. También podéis jugar a inventar finales diferentes o incluso dedicarle un día temático al último libro que acaba de leer. Se trata de que el niño viva la lectura como algo divertido, que puede trascender las páginas de un libro.
5. Dale libertad para que elija los títulos. Recuerda que tu objetivo es que el niño desarrolle la pasión por la lectura y, para ello, es fundamental que no sienta que se trata de una tarea impuesta. No le obligues a leer determinadas obras, profundiza en sus gustos e intenta proponerle libros que pueda disfrutar. Por ejemplo, los cómics pueden ser el primer paso, sobre todo cuando están aprendiendo a leer. No obstante, este paso después le puede conducir a los libros de fantasía, las aventuras y posteriormente a las biografías. Los hermanos Grimm pueden ser la llave a Julio Verne y a Conan Doyle.
Como punto final, puedes echarle un vistazo a estos libros infantiles que deberíamos volver a leer como adultos. De seguro descubrirás nuevos matices y será un verdadero placer hacerlo junto a tu hijo/a.
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