La mayoría de las personas, cuando han estado expuestas a mucho ruido, después experimentan una especie de zumbido en los oídos. Es algo normal y transitorio. No obstante, hay quienes escuchan ese ruido constantemente, padecen acúfenos.
Ese ruido puede afectar un solo oído o ambos, aunque hay casos en los que la persona refiere escucharlos dentro de su cabeza. Hay quienes escuchan un zumbido, silbido o pitido, otras refieren una especie de melodía o incluso un sonido similar a la voz humana.
Se conoce que el estrés continuado, la fatiga, el consumo excesivo de estimulantes del sistema nervioso como el café y la exposición a sonidos de gran intensidad o el uso frecuente y prolongado de audífonos son factores que agravan los acúfenos.
¿Por qué los acúfenos son molestos?
Con el paso del tiempo, muchos se acostumbran a esos sonidos y prácticamente no los notan. Sin embargo, para el 3% de las personas ese ruido en los oídos puede llegar a ser insoportable, por lo que termina afectando su calidad de vida.
Casi siempre el problema se debe a que las conexiones nerviosas se han establecido fuera del sistema auditivo, por lo que activan centros nerviosos que pueden despertar la sensación de angustia, miedo o ansiedad, en dependencia de si está implicado el sistema límbico o el autónomo.
Cuando los acúfenos provocan una respuesta emocional negativa, se desencadena una reacción de rechazo, que es la que le impide a la persona concentrarse en sus tareas cotidianas o incluso conciliar el sueño. De hecho, no podemos olvidar que estos sonidos se intensifican cuando hay silencio ya que los ruidos del ambiente no logran atenuarlos. Por eso, pueden convertirse en una gran molestia a la hora de dormir y suelen provocar insomnio.
Esa afectación también puede terminar provocando trastornos psicológicos como la ansiedad y la depresión. De hecho, los acúfenos se han vinculado con una visión pesimista de la vida y la aparición de ideas suicidas. También se ha apreciado que las personas a las que más les molestan estos sonidos son aquellas que tienen una personalidad tipo D (tendencia a la irritación y el pesimismo con marcada inseguridad y baja autoestima).
¿Cuáles son las principales causas de los acúfenos?
En algunos casos los acúfenos están provocados por una afectación del oído interno o medio, como una perforación del tímpano, un simple tapón de cerumen, una infección o un tumor benigno. La enfermedad de Menière, el infarto laberíntico y los traumas acústicos también pueden provocar este problema. En la mayoría de estos casos los acúfenos suelen estar acompañados de cierto grado de hipoacusia.
En otros casos, los acúfenos pueden deberse a somatosonidos; es decir, sonidos que emite el propio cuerpo y que el médico puede escuchar cuando hace la exploración. Esos sonidos pueden estar sincronizados con el latido del corazón, lo cual indica que su causa es circulatoria o vascular, pero también puede deberse a contracciones musculares del oído o las zonas cercanas.
No obstante, la causa de los acúfenos también se puede hallar en el cerebro. Hay personas que muestran una activación anormal de las áreas cerebrales encargadas del procesamiento auditivo. En práctica, estas emiten una señal continua, que es la que provoca el ruido en los oídos, casi siempre como resultado de una pérdida auditiva.
El tratamiento de los acúfenos debe ser multidisciplinar
Se estima que con el tratamiento adecuado, más del 80% de los pacientes con acúfenos pueden volver a tener una vida normal. No obstante, es importante someterse a una serie de pruebas, en las que se intentará detectar la causa del problema. Por eso, lo mejor es recurrir a centros especializados que puedan brindar un tratamiento multidisciplinar.
La TRT (Terapia de Reentrenamiento Auditivo) es el tratamiento de elección, en el que se persigue que la persona se acostumbre al ruido, de forma que este deje de interferir en su vida cotidiana. Este tratamiento se basa en un modelo neurofisiológico según el cual es importante conocer la forma en que se procesa el ruido, desde el oído hasta el cerebro.
De hecho, las estructuras del sistema nervioso central son las que hacen que esos sonidos adquieran protagonismo. Cuando le damos un significado excesivo, se activa un nivel de alerta que es el que genera esas molestias. El tratamiento se dirige, básicamente, a decirle al sistema nervioso que ese sonido no es importante y que no tiene que centrarse en él.
Para lograrlo, normalmente se combina la terapia sonora y el tratamiento psicológico. Con la terapia sonora se incorpora sonido del exterior, para evitar el silencio y que el ruido se acentúe. Por otra parte, el tratamiento psicológico se enfoca en lograr que la persona comprenda lo que le sucede y rompa la conexión negativa realizada con el sonido, en ese caso se utilizan diferentes técnicas, desde la reestructuración cognitiva hasta la EMDR.
En los casos más complicados, cuando los acúfenos son resistentes al tratamiento convencional, el implante coclear ha demostrado ser una estrategia eficaz. De hecho, aunque normalmente esta intervención se recomienda a las personas con hipoacusia severa o profunda bilateral, en varios estudios se ha apreciado que el implante coclear unilateral incluso beneficia a las personas con acúfenos bilaterales.
Se piensa que estos implantes pueden variar la actividad anormal de las células ciliadas, el mecanismo que se encuentra en la base de muchos acúfenos, por lo que se pueden apreciar efectos inmediatos aunque el implante no se haya activado o esté apagado.
Por otra parte, si el ruido en los oídos está provocado por una organización cortical inadecuada debido a la falta de aferencia periférica, el implante coclear contribuye a restaurar el input sensorial permitiendo que el sistema nervioso auditivo se reestructure correctamente. En estos casos, la mejoría se suele notar a los tres meses.
Fuentes:
Der, C. & Pardo, J. (2010) Implante coclear para el manejo del tinnitus intratable en pacientes con hipoacusia unilateral. Rev. Otorrinolaringol. Cir. Cabeza Cuello; 70: 265-272.
Quaranta, N. et. Al. (2004) Tinnitus and cochlear implantation. IntJ Audiol; 43: 245-251.
Miyamoto, R.T. & Bichey, B. (2003) Cochlear Implants for suppression of tinnitus. Otolaryngol Clin N Am; 36: 345-252.
Gaspy dice
Pronto hago 2 años con mi acompañante. Aunque no me han hecho tantas pruebas, primero probaron con antibióticos, y luego una acufenometría. De todas formas, por mi estilo de vida, no creo que sea por un sonido muy alto, aunque sí es verdad que experimento una ligera pérdida de audición en el oído en el que tengo mi acúfeno.
Se aprende a vivir con él, aunque no es tan maravilloso como dicen algunos y que puedes convertir al acúfeno en un aliado, a veces se pasa un poco mal y por las noches es complicado dormir, pero tengo una pequeña solución: ir cansado, muy cansado a la cama, o si no, ponerte auriculares y música, radio o audiolibros, así no se centra tanto la atención en el sonido.
Una cosa que he notado es que en sueños, es muy muy raro que lo escuche, he preguntado también a otros "sufridores" y por lo general tampoco, con pocas excepciones.
Y si vemos que hay momentos que puede con nosotros, siempre podemos escribirlo, y desahogarnos: http://minutodecaos.com/mivision/2016/01/el-dia-en-que-me-arrebataron-el-silencio/
Jennifer Delgado dice
Hola Gaspy,
Muchas gracias por compartir tus experiencias. De hecho, tu relato sobre los acúfenos me parece simplemente precioso, la forma en que abordas el tema y lo describes puede ayudar a muchas personas que sufren ese mismo problema.