
En China, dos estudiantes de Chongqing que habían estado jugando online durante 2 días consecutivos, se desmayaron en las vías del tren. Su nivel de agotamiento era tal que no escucharon el sonido del tren mientras se aproximaba. Perdieron la vida. Aunque su caso es extremo, la adicción a Internet y las redes sociales en adolescentes y jóvenes es un problema serio que es necesario abordar.
Un estudio realizado en los Países Bajos indicó que el 3,7% de los jóvenes podrían ser adictos a Internet. En Estados Unidos esa cifra asciende al 4%, en China alcanza el 8% y en España se sitúa alrededor del 3,5%. Sin duda, Internet y las redes sociales son herramientas excelentes, pero también pueden producir algunos efectos secundarios indeseados, sobre todo en los más vulnerables. De hecho, el impacto de las redes sociales en la salud mental de los adolescentes y jóvenes es cada vez mayor, por lo que es imprescindible prestarle atención.
Jóvenes en la red: ¿más vulnerables a la adicción?
La adolescencia y la juventud son una etapa del desarrollo particularmente sensible en la que confluyen la búsqueda de la identidad y la necesidad de pertenecer a un grupo. Las peculiaridades de este periodo vital aumentan el riesgo de sufrir crisis emocionales, a menudo acompañadas de cambios de humor y periodos de confusión y desorientación.
Muchos adolescentes y jóvenes intentan combatir ese malestar emocional encerrándose en sí mismos y/o desarrollando comportamientos adictivos, los cuales se convierten en una vía de escape para situaciones que no saben cómo gestionar. Por esa razón, son extraordinariamente vulnerables.
Cuando se sienten solos y desorientados, pueden sentirse atraídos por Internet y las redes sociales, las cuales se presentan como una “solución liberadora” que les proporcionan la posibilidad de relacionarse con los demás manteniendo al mismo tiempo cierto anonimato mientras les hace sentir como si pertenecieran a un grupo que los acoge y acepta.
Con el paso del tiempo, los jóvenes y adolescentes pueden verse cada vez más tentados a escapar a ese mundo digital, en el que generalmente tienen más control sobre sus identidades virtuales y pueden crear sus personajes ideales. Internet y las redes sociales se convierten así en una forma para evadir sus problemas en el mundo real. Eso puede volverse altamente adictivo.
De hecho, se ha apreciado que la baja autoestima, la depresión, la inestabilidad emocional y la hostilidad son factores de riesgo para desarrollar una adicción a Internet y las redes sociales. Un control deficiente de los impulsos, como el que presentan muchos adolescentes y jóvenes debido al insuficiente desarrollo de algunas zonas del cerebro, exacerba ese problema ya que no saben cuándo es momento de desconectarse. No es casual que un estudio realizado por neurocientíficos de la Universidad de Melbourne descubriera que los adolescentes con adicción a Internet tienen una conectividad funcional cerebral disminuida.
Las terribles consecuencias de la adicción a Internet y las redes sociales
Internet y las redes sociales pueden ser herramientas estupendas, pero también pueden convertirse en un agujero negro que atrapa la atención de los adolescentes y jóvenes, haciendo que prácticamente se desconecten del mundo que los rodea, el cual les parece cada vez más aburrido e insatisfactorio. Algunas de las principales consecuencias de la adicción a Internet y las redes sociales son:
- Aislamiento social
Uno de los principales peligros que encierra Internet es precisamente la pérdida de contacto con la realidad ya que los adolescentes y jóvenes pasan cada vez más tiempo en el mundo virtual. Eso los lleva a perder el vínculo afectivo con las personas más cercanas, como la familia, los amigos y compañeros del colegio. Están conectados, pero solos, ya que pierden la confianza en su círculo más íntimo y debilitan las redes de apoyo esenciales para ayudarlos a transitar por esa compleja etapa de su vida.
- Ansiedad
La adicción a Internet y las redes sociales está íntimamente vinculada al FOMO, que es el miedo a perderse algo cuando no están conectados. El intercambio de fotos, vídeos y noticias se convierte en un flujo prácticamente interminable de experiencias que generan la necesidad compulsiva de estar conectados para no perderse nada y reaccionar rápidamente. Eso genera una sensación de tensión interna constante que puede terminar convirtiéndose en un trastorno de ansiedad.
- Cambios de humor bruscos
Las adicciones suelen ser una estrategia desadaptativa para escapar de emociones desagradables. Cuando los adolescentes o jóvenes están conectados se sienten felices o eufóricos, pero cuando tienen que desconectarse sobreviene la tristeza, irritación o incluso ira. Pronto se vuelven dependientes de Internet para sentirse optimistas, aceptados y escuchados, de manera que sus estados emocionales comienzan a fluctuar cada vez más según la dosis diaria de actividad online.
- Depresión
La adicción a Internet, y en especial a las redes sociales, también encierra la semilla de la depresión. Las imágenes a menudo poco realistas que los jóvenes y adolescentes encuentran en las redes sociales pueden llevarlos a compararse con los demás y sentirse en desventaja, lo cual alimenta un estado de insatisfacción y desesperación. No es casual que usar las redes sociales durante más de dos horas al día se haya asociado con una mala salud mental, un aumento de los niveles de angustia psicológica e incluso la ideación suicida, un fenómeno que se ha etiquetado como “depresión de Facebook”.
- Privación del sueño
Muchos adolescentes y jóvenes no se separan de sus móviles durante todo el día, ni siquiera por a noche. De hecho, uno de cada cinco se despierta a mitad de la noche para revisar los mensajes de las redes sociales. Sin embargo, la luz azul de las pantallas interfiere y bloquea los procesos naturales que desencadenan la sensación de somnolencia, así como la liberación de melatonina, la hormona del sueño. Dado que el sueño es particularmente importante en estas etapas del desarrollo, la falta del mismo no solo genera cansancio diurno, irritación y mal humor, sino que puede empeorar los síntomas de la ansiedad y la depresión, además de afectar la capacidad de autocontrol, por lo que agravará aún más la adicción.
- Bajo rendimiento académico
Los adolescentes y jóvenes utilizan Internet, entre otras cosas, para buscar información y realizar los deberes y proyectos escolares. Sin embargo, quienes sufren una adicción suelen dedicar gran parte del tiempo online a jugar, navegar por Internet y revisar las redes sociales. Como resultado, esas actividades ocupan cada vez más tiempo, desplazando a un segundo plano las obligaciones escolares. Al descuidar el estudio, el rendimiento académico de estos jóvenes y adolescentes suele caer en picado, lo cual puede comprometer seriamente su futuro profesional.
¿Cómo pueden ayudar los padres? El tratamiento para la adicción a Internet
Es importante que los padres sean conscientes de que la adicción a Internet y las redes sociales es un trastorno psicológico que no se debe subestimar. Muchos de los adolescentes y jóvenes que sufren una adicción necesitan ayuda psicológica para reconocer que tienen un problema y poder desengancharse de Internet.
El principal objetivo del tratamiento de la adicción a Internet es lograr que los jóvenes y adolescentes diversifiquen su ocio y retomen sus actividades habituales, de manera que hagan un uso responsable de las redes sociales e Internet. Se intenta que comprendan las consecuencias de su conducta adictiva y desarrollen nuevos hábitos de cuidado personal que rompan el círculo vicioso de la adicción. También se les enseña a gestionar de manera asertiva sus emociones y se les brindan herramientas para que Internet deje ser el centro de su vida y aprenda a disfrutar de otras actividades que fomenten el equilibrio y mejoren su salud mental.
A lo largo de este proceso, los padres son esenciales ya que su amor y apoyo incondicional serán de gran ayuda para que sus hijos puedan superar la adicción. Aplicar normas de higiene digital en casa, seguir hábitos de vida saludables y pasar tiempo de calidad juntos creando vivencias positivas ayudará a los adolescentes y jóvenes a comprender que existe vida más allá de Internet y las redes sociales.
Fuentes:
Karacic, S. & Oreskovic, S. (2017) Internet Addiction Through the Phase of Adolescence: A Questionnaire Study. JMIR Ment Health; 4(2): e11.
Wallace, P. (2014) Internet addiction disorder and youth. EMBO Reports; 15(1): 12–16.
Kuss, D. J. et. Al. (2013) Internet addiction in adolescents: Prevalence and risk factors. Computers in Human Behavior; 29(5): 1987-1996.
Hong, S. et. Al. (2013) Decreased functional brain connectivity in adolescents with internet. PLoS One; 8(2): e57831.
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