¿Eres de las personas que comienzan algo pero antes de terminarlo pasas a otra tarea? ¿Te cuesta concentrarte en las actividades que realizas cotidianamente? ¿Cuándo llega la noche se te han acumulado las tareas por terminar? ¿Tienes mucha energía pero a menudo cometes errores en el trabajo porque pierdes la concentración? ¿Sueles tener muchas tareas entre manos?
Si has respondido afirmativamente a estas preguntas es probable que padezcas de un trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), que no solo afecta a los niños sino que también se manifiesta en las personas adultas. De hecho, se estima que el 80% de los niños que tienen este trastorno continuarán padeciéndolo durante la adolescencia y entre un 30 y 65% lo arrastrará hasta la edad adulta.
Obviamente, a las personas que padecen este trastorno la vida se les hace cuesta arriba porque a menudo se comprometen con numerosos proyectos pero después les resulta difícil asumir sus responsabilidades y terminarlos. Lo que sucede es que se motivan con mucha facilidad pero, con la misma rapidez con que se involucran en una tarea, pierden el interés por esta.
Sin embargo, eso no significa que los adultos con hiperactividad no sean capaces de llevar adelante proyectos complejos, solo necesitan una mayor dosis de fuerza de voluntad y aprender algunas estrategias para convivir con su trastorno.
5 estrategias para terminar los proyectos en los que te has involucrado
1. Trabaja con un compañero
La mayoría de las veces los adultos con un déficit de atención e hiperactividad abandonan sus actividades, proyectos y responsabilidades porque se sienten desmotivados, pierden la concentración y el interés. Sin embargo, si compartieran las tareas con otra persona, sentirían una mayor responsabilidad y este podría contagiarle su entusiasmo.
Cuando estés a punto de abandonar, tener a otra persona a tu lado te ayudará a mantenerte focalizado en las actividades que son necesarias para terminar el proyecto. De hecho, no es casualidad que los psicólogos y entrenadores recomienden comenzar a hacer ejercicios con otra persona ya que así ambas se apoyarán en los momentos en que la otra quiera desistir.
2. Fija un tiempo límite para tus actividades
A menudo las personas con un déficit de atención e hiperactividad tienen problemas para distribuir su tiempo por lo que les resultará de gran ayuda aprender a fijar horarios. Es decir, determina con antelación cuántas horas al día le dedicarás a una actividad determinada y no dejes que nada te distraiga durante ese lapso de tiempo.
Es conveniente que establezcas un tiempo relativamente más pequeño del necesario porque se ha comprobado que añadir un poco de tensión para concluir las actividades en un tiempo límite nos ayuda a mantener equilibrados los niveles de dopamina (un neurotransmisor que interviene en el proceso de excitación cerebral) y que se encarga de mantener el interés y la motivación por la tarea.
3. Crea recordatorios significativos
Es conveniente que pongas en práctica diferentes estrategias para que recuerdes a menudo por qué estás haciendo esa tarea, así te mantendrás motivado durante todo el proyecto. En realidad, no es nada complicado, una simple imagen vinculada a la meta final o a tus motivos puede servir. Puedes colocarla en un lugar visible de manera que cuando notes que tu interés y/o atención comienzan a disminuir, esa imagen-recordatorio te indicará cuál es tu objetivo final o las razones que te llevaron a involucrarte en el proyecto.
A algunas personas les ayuda tener la foto de su familia mientras otras prefieren apostar por la imagen del objetivo final que quieren alcanzar. Se trata de que encuentres los recordatorios que son más efectivos para ti.
4. Establece metas claras para cada actividad
A menudo nos involucramos en determinadas actividades pero no tenemos las metas bien claras y eso nos desmotiva. Por tanto, antes de comenzar un proyecto, determina lo que deseas lograr. Por ejemplo, si has aumentado las horas que le dedicas al trabajo, piensa en tu objetivo final. ¿Por qué lo haces? Quizás estás ahorrando para las próximas vacaciones o quieres cambiar el coche. Ser consciente de tus metas le dará un sentido a la actividad que realizas e incluso podrás notar que te sientes mejor realizando esas tareas.
5. Comienza con pequeños objetivos
Empezar sin grandes pretensiones, un paso a la vez, es la mejor manera de trabajar porque así no te sentirás demasiado estresado. Recuerda que nadie ha llegado demasiado lejos sin dar el primer paso. Lo ideal sería que establecieses pequeños objetivos que te conduzcan a la meta final y que te felicites cada vez que cumplas una fase del proyecto. Es más fácil avanzar cuando miras atrás y ves todo lo que has hecho que cuando miras aprehensivamente al futuro y ves lo que te queda por hacer.
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