Aunque el avión es la forma más rápida de trasladarse y un medio muy seguro, mucho más que los coches; lo cierto es que muchísimas personas experimentan un gran miedo a volar. La empresa Boeing realizó una encuesta en la cual se apreció que dos de cada tres personas tenían miedo a subirse a un avión mientras que una de cada cinco experimentaba una verdadera aerofobia.
Al igual que sucede con otras fobias, el miedo a volar es irracional y, a menos que no se haya sufrido una experiencia traumática, normalmente no existe una razón objetiva que pueda explicarlo. De hecho, el 40% de las personas no puede explicar su miedo ni siquiera brindando excusas. No obstante, otras personas aquejadas de aerofobia refieren que el rechazo a volar se relaciona en su mente con:
– Accidentes aéreos (que pueden ser reales o ficticios) donde se han producido verdaderas catástrofes.
– La falta de comprensión del mecanismo que permite que el avión vuele. En este caso, el hecho de no saber que el avión es perfectamente seguro, les hace pensar que en cualquier momento pueden precipitar.
– La falta de control ya que el avión es manejado por un piloto.
Quienes experimentan la aerofobia presentan palpitaciones, boca seca, sudor frío, náuseas, hiperventilación y sensación de ahogo y de muerte inminente. Cuando los casos son extremos pueden sentir un deseo irrefrenable de escapar, algo que sería bastante complicado dentro de un avión cerrado. Así, a veces la aerofobia se mezcla con la claustrofobia.
De hecho, un estudio realizado en la Universidad de Nápoles encontró que el 73% de las personas que sufren de aerofobia también presentan otros problemas psicológicos como las fobias sociales, la ansiedad de separación o síntomas de neuroticismo.
El tratamiento de la aerofobia
Superar la aerofobia no es difícil (sobre todo si no existe otro trastorno asociado). En ocasiones algunas sesiones de terapia son más que suficientes. La técnica que más se utiliza en estos casos es la desensibilización sistemática, en la cual se pone a la persona frente a frente con su miedo (siempre en situaciones controladas) hasta que logre vencerlo. Por supuesto, antes el psicólogo ha trabajado con la persona para brindarle todas las técnicas psicológicas que le ayudarán a enfrentar su miedo.
Una de las técnicas más recientes que se está llevando a cabo para eliminar la aerofobia son los programas virtuales. En este caso existen software muy potentes que recrean la experiencia de vuelo hasta en sus más mínimos detalles y que le permiten a la persona enfrentar el miedo.
No obstante, más allá de las técnicas psicológicas (que siempre deben ser realizadas por un profesional) existen otros consejos para controlar la aerofobia:
– Llegar relajados al avión. La ansiedad y el estrés (sin importar de dónde provienen y cuáles son sus causas) solo provocan más ansiedad y estrés.
– Preparar el viaje y el equipaje con tiempo para evitar el estrés de última hora.
– No mirar por la ventanilla del avión, muchas personas se sienten mejor mirando solo al pasillo.
– Realizar los primeros vuelos haciéndose acompañar por una persona en quien confíe plenamente y le pueda dar sensación de seguridad.
– Beba un vaso de agua al menos cada una hora porque de esta forma el efecto de la adrenalina en el organismo se sentirá menos.
– Si hay turbulencias, ajuste el cinturón de seguridad y rodéese con almohadas y mantas. Así sentirá menos el vaivén.
– Si puede elegir, escoja los asientos por delante del ala del avión ya que los movimientos en esta zona son menos bruscos.
Finalmente, debe conocerse que en el año 2003 se produjeron en todo el mundo 162 accidentes aéreos en los cuales murieron 1.204 personas. Sin embargo, en ese mismo año murieron 4.084 personas en accidentes de coche y solo en el territorio español. Como puede apreciarse, a veces nuestro sentido de seguridad nos juega malas pasadas.
Fuentes:
Ruga, R. (2006) Aerofobia: Come superare la paura di volare. QUALE Psicologia; 28: 56-75.
Siracusano, A. et. Al. (1999) Fobie specifiche: l’aerofobia. NÓOς; 3: 187-204.
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