Por muy liberado, abierto o sin secretos que para muchos pueda parecer el mundo de la sexualidad, realmente la realidad no se muestra tan diáfana y comprensible para todos. Existen los analfabetos sexuales.
Anteriormente se hizo referencia al analfabetismo emocional pero este desconocimiento no es el único que golpea a nuestra sociedad, también existen personas que muestran un desconocimiento impactante en materia de sexualidad humana. Probablemente se asombrarían al conocer muchas de las preguntas sobre sexualidad que se escuchan en una consulta o que se pueden leer en la red. Los temas son muy variados, las edades también, no solo los jóvenes presentan esta dificultad; lo único idéntico y transversal a estas cuestiones es el desconocimiento y los prejuicios que existen en su base.
¿Qué es el analfabetismo sexual?
Los analfabetos sexuales son aquellas personas que no disfrutan plenamente de sus encuentros sexuales debido a la falta de información o a sus prejuicios. Son personas que no tienen ninguna relación con el erotismo o con las informaciones sobre las Enfermedades de Transmisión Sexual, el control de la natalidad, la fisiología relacionada con la sexualidad…
A modo de ejemplo, en México, según el Consejo Nacional de Población, en el 2006 existieron 874 747 abortos y el 50% de las personas con VIH son menores de 25 años mientras que el 22.2% son menores de 15 años.
Otros datos recientes del Population Concern, organización no gubernamental británica, asevera que existen un total de 75 millones de embarazos no deseados al año, de los cuales 45 millones son interrumpidos.
Mientras que los jóvenes inician sus primeras relaciones sexuales llenos de mitos y dudas, los adultos no salimos ilesos de este fenómeno. Según el periódico digital SoiTu a partir de una investigación realizada con 1 132 estudiantes del Reino Unido que cursaban carreras universitarias relacionadas con la salud, el 50% refirió que no se sentía cómodo con los temas sexuales. Como contraparte, el 75% de la población cree que su médico desatenderá sus dudas sexuales y el 68% no les consultaría sus inquietudes por vergüenza.
Desinhibición no es lo mismo que alfabetización sexual
En fin, que aunque aparentemente existe más desinhibición en temas de sexualidad, esto no se traduce en que las personas vivencien con mayor libertad y conocimiento sus relaciones sexuales. El aumento del número de parejas y encuentros sexuales esporádicos, la existencia de clubes de sexo, de los hoyos del placer o el bombardeo de la publicidad que vende los cuerpos femeninos y masculinos no es sinónimo de que estemos avanzando hacia un mayor conocimiento y disfrute de nuestra sexualidad ya que muchas veces permanecen latentes las angustias, los sentimientos de culpa o la vergüenza.
El problema radica en que: más información no implica que se comprenda mejor o que llegue a más personas, cuando los actores fundamentales del proceso: los maestros y los padres continúan presentando dudas o se avergüenzan de hablar de estos temas con las nuevas generaciones. También suelen ser muy frecuentes los casos de adultos que, engañan y atemorizan, literalmente hablando, a los adolescentes en temas como la masturbación, el embarazo o el sexo oral.
Así, muchas veces los jóvenes caen en manos de personas inexpertas o que no son especialistas en la temática y asumen como verdades absolutas lo que no son más que prejuicios o leyendas sin ningún basamento científico, de esta forma se cierra el círculo de desconocimiento, transmitido de generación en generación que genera los embarazos no deseados, las Enfermedades de Transmisión Sexual, la inestabilidad en las parejas, los trastornos sexuales como la eyaculación precoz, la disfunción eréctil o la anorgasmia.
Si bien nos hemos “liberado” de la época de los corsés y las faldas amplias donde no se dejaba entrever absolutamente nada, la desnudez total tampoco es la respuesta porque no terminamos de asumir la sexualidad como algo inherente a la naturaleza y la cultura humana; un derecho de todos pero también responsabilidad de cada uno. Informarse y vivir la sexualidad plenamente no es un pecado, es una hermosa posibilidad que nos brinda la vida. Reflexionemos al respecto.
Nota: Las fuentes de donde se obtuvieron los datos estadísticos se hallan en los links respectivos.
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