
El término anhedonia fue acuñado por Ribot en el año 1897 y desde entonces ha contenido varias definiciones: “bloqueo de la capacidad de recompensa ante estímulos habitualmente reforzantes” o el que nos brindaba el DSM III: “pérdida del interés o placer en todas o casi todas las actividades”.
¿Qué es la anhedonia?
A través de la historia se han dado diferentes conceptualizaciones:
– La incapacidad para experimentar el placer, la anestesia o insensibilidad hacia el placer.
– La incapacidad para ser consciente del placer. En este caso lo que estaría alterado sería la emoción que debe acompañar a la sensación producida por el estímulo placentero. El placer estaría “embotado” pues la persona no reconoce la sensación como tal.
– La incapacidad para concientizar cualquier tipo de emoción y no solo el placer.
– Las personas pueden experimentar el sentimiento y la emoción pero son incapaces de expresarlo. Sería una especie de placer “aplanado”.
– La persona pierde el interés por el placer y esta apatía conduce al embotamiento afectivo.
Las causas de la anhedonia
Como puede observarse, la comprensión del mecanismo de base de la anhedonia es diversa en cada una de estas definiciones. Las investigaciones más recientes hipotetizan que la anhedonia podría deberse a deficiencias en el sistema cerebral relacionado con la recompensa, haciendo énfasis fundamental en un daño en las vías dopaminérgicas.
Una de los modelos explicativos sugiere que la anhedonia se genera de la siguiente manera: las estructuras cerebrales que se encargan de los mecanismos de recompensa y de experimentar placer se alteran y esto se expresa en cambios en el patrón de señales estimulantes. Este modelo suele hallarse en las personas con depresión que refieren una incapacidad para disfrutar así como una manifiesta insensibilidad ante lo que habitualmente les producía placer. Por supuesto, la persona puede ser consciente de éste cambio o no ser capaz de reconocerlo.
En las psicosis (sobre todo en las esquizofrenias) la persona no se percata de este cambio en las fuentes del placer así que muchos clínicos consideran que la anhedonia característica de la depresión y aquella presente en la esquizofrenia no son el mismo fenómeno, no solo por su intensidad o frecuencia sino por su propia naturaleza. Se dice entonces que la anhedonia que aparece en los pacientes deprimidos es una anhedonia «primaria» o «verdadera». En cambio, en las personas esquizofrénicas no existe una incapacidad para disfrutar ni para experimentar el placer como sensación, sería una anhedonia introvertida o secundaria.
En realidad, al término anhedonia (quizás por su identificación con el hedonismo) se le ha impreso a lo largo de la historia médica un sentido excluyente: inhabilidad o incapacidad para experimenta el placer pero… ¿que sucedería si nos acercáramos a la anhedonia como un continuun? ¿qué sucedería si comprendiésemos la anhedonia como un spectrum de severidad?
Esta idea nos conduciría a analizar la anhedonia como la inhabilidad o incapacidad para experimentar sentimientos positivos. La distinción no es meramente terminológica sino que tiene implicaciones más allá de los vocablos utilizados pues nos compulsa a comprender el impacto que tiene este síntoma en las personas.
¿Cómo se manifiesta la anhedonia?
En los casos de anhedonia más severos la persona está incapacitada para experimentar cualquier tipo de emoción positiva: placer, satisfacción, logros, beneficios; pierden la posibilidad de hallar los sentidos positivos de las cosas y las situaciones que viven. Sin embargo, los casos menos severos pueden experimentar pequeñísimas emociones positivas, si bien no podrían llamárseles placer, en el amplio sentido de esta palabra.
Pongamos un ejemplo de la vida cotidiana: estamos regresando del trabajo; estamos cansados, probablemente sentimos un poco de dolor físico y agotamiento mental pero sabemos que fuimos capaces de manejar todo el trabajo del día de una manera eficiente e incluso adelantamos algunas tareas por lo cual mañana no tendremos tanta carga laboral. Entonces nos sentimos reconfortados, satisfechos; esta sensación difícilmente podría equipararse con el placer pero es una sensación positiva, una pequeña experiencia de recompensa y satisfacción.
Por supuesto, siempre pueden aparecer quienes se cuestionen las implicaciones filosóficas del término placer pero lo esencial en este ejemplo es comprender que la anhedonia más severa priva a las personas incluso de estos pequeñas satisfacciones y no solo de la alegría y el placer más profundos.
Las incapacidad para sentirse mínimamente bien por los logros alcanzados. Sin embargo, existen otras personas que pueden percibir estas pequeñas satisfacciones.
De hecho, un estudio reciente desarrollado en la Universidad de Wisconsin-Madison afirma que, en la misma medida que la depresión avanza, se van evidenciando cambios a nivel cerebral relacionados con la imposibilidad de mantener los niveles de excitación en las zonas relacionadas con las emociones positivas y la recompensa. Lo cual indicaría que la anhedonia es un síntoma que se va agravando de a poco; una información esencial si deseamos comprender verdaderamente qué experimenta la persona pues como se puede presuponer, aquellos que vivencian la anhedonia más severa generalmente no pueden hacer nada para sentirse mejor y esto los sume en la desesperanza y la indefensión más profundas.
A la vez, las personas a su alrededor no pueden comprender su problemática ni su incapacidad para experimentar emociones positivas por lo que sus relaciones interpersonales se van dañando paulatinamente hasta que la persona con anhedonia termina por aislarse y experimentar un fuerte sentimiento de alienación.
Así, como puede apreciarse aún no existe un consenso en la comunidad científica en la forma de conceptualizar y comprender la anhedonia y esto, inevitablemente, repercute en su tratamiento (eminentemente farmacológico).
Resultan muy beneficiosos: una dieta sana, realizar actividad física, pasar tiempo con las personas que conforman su red de apoyo social y regular el tiempo de sueño. Aunque este estilo de vida es particularmente difícil de conseguir por las personas una vez que padecen de la anhedonia más severa.
Fuentes:
Charbonneau, M. (2009) Depression saps endurance of the brain’s reward circuitry. En: University of Wisconsin News.
Olivares, J. M. (2007) Psicopatología de los estados de animo: Anhedonia. Informaciones Psiquiátricas; 189.
Olivares, J.M. & Berrios, G.E. (1998) Anhedonia: clinical and neurobiological aspects. International Journal Of Psychiatry In Clinical Practice; 2: 157-171.
Jennifer Delgado dice
Soyluna,
El embotamiento afectivo puede ser un síntoma de la esquizofrenia pero cada persona es un mundo, lo cual implica que todos no tienen los mismos síntomas ni con la misma intensidad. Además, las patologías no se mantienen inalterables sino que cambian a lo largo del tiempo.
No obstante, si estás segura de que la anhedonia ha aparecido como consecuencia de la medicación, simplemente debes comentárselo a tu psiquiatra. Este te indicará cuál es la mejor solución.
Un saludo y suerte
Nightwish Rhapsody dice
Hola. No sabía que existía esta enfermedad. Yo siempre sufrí de depresión, pero mi cerebro siempre tenía buenos y malos momentos. Era extremadamente bipolar. Lo que me interesaría saber es como se despierta? de que forma puedo combatirlo? a veces siento que mis emociónes se adormecen,siento enloquecer. Hasta el mes de abril lo podía controlar, luego, sufrí un trauma de ansiedad que me saturo a parte más emocional de mi misma, desde entoncés la cosa se complico. Sentir, para mí, un abrazo, amor u cualquier cosa, es un estigma. Es más mi cerebros se siente paralizado, le cuesta reaccionar a los estimulos. No sé que hacer, ya lo intente todo. Nadie me entiende, me toman como loca. Me deprimo y me siento rara y fea. Por favor, diganmen ¿qué hacer? gracias.
Jennifer Delgado dice
En la actualidad la anhedonia, más que un trastorno, se considera un síntoma de otro problema subyacente. Desgraciadamente, no existe una fórmula universal para deshacerse de la anhedonia, es necesario someterse a un tratamiento psicológico profundo que explore las causas y elimine su origen. Por tanto, te recomiendo que pidas cita con un psicólogo de tu ciudad.