Nadie quiere sentirse ansioso. La tensión, la angustia y el estrés que acompañan la ansiedad no suelen ser buenos compañeros de viaje. Por eso, es comprensible que intentemos curar la ansiedad con todos los medios a nuestro alcance. Sin embargo, a veces los tratamientos y estrategias para propiciar la relajación tienen resultados contraproducentes en algunas personas y terminan desencadenando una ansiedad paradójica.
¿Qué es la ansiedad paradójica?
La ansiedad paradójica es una reacción contraria al efecto esperado de un tratamiento diseñado específicamente para reducir la ansiedad. Por tanto, implica el empeoramiento de la ansiedad tras la administración de un ansiolítico o la realización de una técnica de relajación, con síntomas que pueden incluir desde la labilidad emocional y la agitación hasta la confusión mental, taquicardia y taquipnea.
Existen algunos medicamentos, como el citalopram que se utiliza para tratar los episodios depresivos en la fase inicial y de los trastornos de pánico, que aumentan los síntomas de ansiedad al inicio del tratamiento. Se trata de una reacción paradójica que suele desaparecer tras dos semanas de tratamiento continuado, razón por la cual se aconseja empezar con dosis bajas para disminuir la posibilidad del efecto ansiogénico.
Sin embargo, la ansiedad paradójica no es solamente una reacción a los ansiolíticos. Un estudio desarrollado en la Universidad Internacional Alliant, por ejemplo, constató que el 30,8% del grupo de personas que sufría ansiedad y se había sometido a una sesión de relajación progresiva y el 53,8% de quienes realizaron meditación con mantras reportaron un aumento de la tensión debido a la sesión de relajación.
Otro estudio desarrollado en la Universidad de Virginia reveló que la relajación intencional en situaciones de gran carga mental, estrés y ansiedad puede producir un aumento de la conductancia de la piel. La conductancia de la piel es una medida bastante fiable del nivel de estrés y ansiedad ya que cuando estamos tensos y angustiados se produce una constricción de los vasos sanguíneos cutáneos que modifica temporalmente la estructura física de la piel y la excitación del Sistema Nervioso Central también desencadena la secreción de sudor, lo cual varía la conductancia. De hecho, las personas más tensas que intentaron relajarse mostraron un índice de conductancia mayor que aquellas que estaban estresadas, pero no intentaron combatir su ansiedad.
¿Qué causa la ansiedad paradójica?
El proceso fisiopatológico tras la ansiedad paradójica no está claro del todo. Se ha hipotetizado que algunos medicamentos para la ansiedad, como las benzodiazepinas, pueden contribuir a la pérdida de la contención cortical en algunas personas, lo cual facilitaría un estado de excitación. O sea, pueden hacer que las zonas corticales pierdan el mando, lo cual daría vía libre a la ansiedad. También se conoce que existe cierta susceptibilidad genética a este tipo de medicamentos, la cual puede aumentar las probabilidades de que esas personas experimenten una reacción paradójica.
En el caso de las técnicas de relajación, como la respiración diafragmática, el mindfulness o la relajación muscular, la ansiedad paradójica se debe a una respuesta psicológica. De hecho, se denomina “ansiedad inducida por la relajación”.
Un estudio realizado en la Universidad Estatal de Pensilvania concluyó que, en algunas personas, la relajación entra en conflicto con la estrategia que usan para disminuir el impacto de los eventos negativos: la preocupación continua. En práctica, apreciaron que las personas con trastorno de ansiedad generalizada eran más sensibles a los cambios emocionales extremos y tendían a sentirse más ansiosas mientras practicaban técnicas de relajación.
En 2011, la psicóloga Michelle G. Newman Newman desarrolló la teoría de la “evitación del contraste” según la cual, las personas pueden ponerse ansiosas a propósito como una estrategia de afrontamiento para evitar el contraste emocional que podría producir un hecho adverso.
En práctica, las personas con tendencia a la ansiedad usan la preocupación para evitar la experiencia del contraste emocional negativo. Desarrollan una fuerte reacción aversiva y una extrema sensibilidad a los contrastes emocionales negativos, de manera que para no verse vulnerables a esas experiencias de contraste, prefieren mantenerse preocupadas, estresadas o ansiosas antes que estar relajadas y tranquilas. De esa manera, si ocurre algo negativo, el impacto emocional será menor y si ocurre algo positivo pueden alegrarse más.
Básicamente, estas personas “pagarían por adelantado” preocupándose por lo que pueda suceder. Siempre están pensando en lo peor para que la adversidad no las tome por sorpresa. Siempre están a la defensiva asumiendo una actitud de supervivencia.
En cambio, si están completamente relajadas se sienten más vulnerables y con menos control. Por eso se aferran a sus preocupaciones, de manera que las técnicas de relajación son vistas como una amenaza a ese equilibrio defensivo. Por eso terminan experimentando lo que se conoce como ansiedad inducida por relajación.
¿Cómo lidiar con la ansiedad inducida por relajación?
Si experimentas ansiedad paradójica, la conclusión no es que no debes intentar relajarte. De hecho, las personas a las que más les cuesta relajarse y aquellas más vulnerables a la ansiedad son precisamente las que más necesitan desconectar y encontrar la tranquilidad mental que proporciona la relajación.
Todos conocemos a personas a las que les resulta difícil tumbarse en la playa, sentarse a leer tranquilamente o simplemente estar sin hacer nada. Sin embargo, la evitación del contraste no es una estrategia de afrontamiento adaptativa, más bien es una condena a vivir permanentemente en el malestar y la zozobra.
Las personas que no saben estar tranquilas, en realidad podrían beneficiarse del tiempo de inactividad o el dolce far niente. Pueden sentirse ansiosas ante la perspectiva de la relajación, pero lo cierto es que es saludable permitirse bajar la guardia y relajarse. Al inicio pueden experimentar ansiedad paradójica, pero si siguen adelante se darán cuenta de que pueden relajarse e incluso disfrutar de esa experiencia. Así se darán cuenta de que existe otra manera de vivir.
Las personas con aversión a relajarse deben seguir una terapia de exposición, lo cual significa exponerse gradualmente a situaciones que propicien un estado de tranquilidad y relajación, de manera que esa transición sea más sencilla y puedan comprender que no necesitan vivir todo el tiempo estando a la defensiva, con una armadura emocional para protegerse de posibles amenazas.
Fuentes:
Kim, H. & Newman, M. G. (2019) The paradox of relaxation training: Relaxation induced anxiety and mediation effects of negative contrast sensitivity in generalized anxiety disorder and major depressive disorder. Journal of Affective Disorders; 259: 271-278.
Newman, M.G. & Llera, S.J. (2011) A novel theory of experiential avoidance in generalized anxiety disorder: A review and synthesis of research supporting a contrast avoidance model of worry. Clinical Psychology Review; 31: 371-382.
Wegner, D. M. et. Al. (1997) Ironic effects of trying to relax under stress. Behaviour Research and Therapy; 35(1): 11-21.
Heide, F. J., & Borkovec, T. D. (1983) Relaxation-induced anxiety: Paradoxical anxiety enhancement due to relaxation training. Journal of Consulting and Clinical Psychology; 51(2): 171–182.
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