En un artículo anterior hice referencia a la fragilidad de la Bolsa y a su dependencia de las emociones humanas. Ahora regresamos sobre el tema con un curiosísimo experimento que dio mucho de que hablar en los círculos de análisis bursátiles y deja entrever las relaciones entre la Bolsa y la astrología.
Para comprender las raíces de este experimento es necesario remontarse al 1831 cuando se creó la British Association for the Advancement of Science (BAAS). Para formarnos una idea de la rigurosidad científica y otro tanto de la creatividad de esta organización baste decir que en su seno se presentó en el tempranísimo 1960 una muestra de lo que hoy se conoce como transmisión wireless. Aunque también se gestó lo que hoy se denomina: Astrología Financiera, tema que nos ocupa.
Una simplificación de la Astrología Financiera nos avisa que según la fecha en la cual ha sido creada la empresa, así será su recorrido financiero, sus ganancias o pérdidas. En palabras sencillas: un horóscopo para compañías. Así, Richard Wiseman, a petición de la BAAS, diseñó un pequeño experimento para verificar cuanto de real existe en esta afirmación.
El experimento involucraba a tres participantes: un astrólogo financiero (dejo notar que ya existe esta figura en el mercado laboral: ¡Asombroso!), un analista en inversiones y una niña de cuatro años. Al inicio le facilitaron a cada uno un monto de 5 mil libras esterlinas y les pidieron que lo invirtieran en la Bolsa como consideraran más oportuno.
Una pregunta se hace evidente: ¿quién hizo la inversión más inteligente?
Después de examinar exhaustivamente las fechas de creación de las diversas compañías el astrólogo financiero decidió apostar por compañías de la comunicación y la tecnología, específicamente: Vodafone, Emap, Baltimore Tech y Pearson.
El analista con siete años de experiencia extensiva en el campo bursátil decidió invertir en compañías de comunicación, específicamente en: Vodafone, Marconi, Cable & Wireless y Prudential.
Las elecciones de la pequeña Tia fueron totalmente azarosas, como podrán imaginar, simplemente fue tomando algunas compañías que estaban representadas cada una en un trozo de papel. El azar condujo a la pequeña a seleccionar a: Bank of Scotland, Diageo (un consorcio de bebidas), Old Mutual (asesores financieros) y Sainsbury (cadena de supermercados).
El primer día la mejor inversión demostró ser la de la pequeña Tia pero el experimento se extendería por una semana, plazo en el cual las personas podrían cambiar sus decisiones de inversión.
El astrólogo volvió a consultar las estrellas y varió sus primeras inversiones, el analista decidió mantenerse con su primera apuesta mientras que la pequeña Tia volvió a escoger al azar los nombres de las compañías.
Al final de la semana todos se encontraron en Barclay’s Stockbrokers para analizar los resultados obtenidos. Debe aclararse que la semana escogida fue verdaderamente mala para el mercado bursátil que cayó de manera impresionante. Extrañamente ninguno de los dos especialistas fue capaz de prever este hecho.
Aunque todos experimentaron pérdidas los resultados más devastadores le correspondieron al astrólogo financiero que se encontró con un 10.1% de pérdidas. El segundo puesto lo ocupó el analista en inversiones que registró una pérdida del 7.1% mientras que, como ya sabrán por decantación, el primer puesto fue para Tia que tuvo una pérdida del 4.6%.
¿Cómo explicaban los expertos estos resultados?
El astrólogo se volvió a las estrellas para afirmar que Tia era de signo zodiacal Cáncer por lo cual era imposible ganarle. El analista afirmó que la semana había sido mala e incluso esperaba quedar en el último lugar, en síntesis: se recluyó en la mala suerte.
Pero Barklay’s Stockokers quedó curioso ante estos resultados por lo cual decidieron prolongar el experimento durante un año. ¿Saldos?
El analista sufrió una pérdida del 46.2%, el astrólogo se recuperó aunque sufrió una pérdida del 6.2% mientras que, a pesar de la crisis, Tia ganó un 5.8%.
A pesar de lo impresionante del experimento, no es el único que se ha realizado en el mundo. Le precede uno bastante similar solo que el papel de la niña estaba encarnado por un chimpancé llamado Ola. Los resultados fueron bastante similares en beneficio del chimpancé o mejor aclarar términos: influencia del azar.
En resumen, que no es la primera vez que se pone en entredicho el desempeño de los analistas de inversiones, por no hablar de la astrología aplicada a la bolsa; particularmente hubiese preferido que hubiesen incluido la figura de un sociólogo. Finalmente la Bolsa es movimiento de capital que se sustenta en las relaciones de las personas o grupos humanos. Así, quizás es hora de ir pensando en la Bolsa desde un punto de vista más sociológico y psicológico y no como un mercado eminentemente financiero.
Fuente:
Wiseman, R. (2007) Quirkology: How we discover teh big truths in small things. New York: Basic Books.
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