La mayoría de los padres quieren que sus hijos se mantengan alejados de los problemas, les vaya bien primero en la escuela y luego en su profesión, y logren ser felices. No existe una receta mágica y universal para lograrlo, pero diferentes investigaciones han encontrado que los padres de hijos exitosos tienen algunos rasgos en común que se reflejan en su estilo educativo y que, a la larga, repercute en el éxito y la felicidad de sus hijos.
¿Cómo es el estilo educativo de las personas que tienen éxito en la vida?
- Dan obligaciones en el hogar a sus hijos desde pequeños
La tendencia a facilitar cada vez más la vida a los niños, hasta el punto de excusarlos de cualquier responsabilidad y obligación, es muy dañina. Psicólogos de la Universidad de Stanford explican que “si el niño no recoge la mesa ni ordena su habitación, significa que alguien lo está haciendo en su lugar. Sin embargo, si los absuelven del trabajo, no solo les impiden aprender a hacerlo sino que tampoco pueden contribuir al mejoramiento del hogar y asumir sus responsabilidades”.
Al contrario, los niños que se involucran en las tareas del hogar se convierten en profesionales más empáticos que se desenvuelven bien en equipo porque saben de primera mano lo que significa trabajar para conseguir las cosas. Cuando los niños deben sacar la basura, ordenar su habitación, poner la mesa y recoger la ropa, saben que el trabajo es parte de la vida y no les asusta, lo cual contribuye a desarrollar su sentido de la responsabilidad e independencia.
- Les enseñan habilidades sociales
Investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania y la Universidad de Duke dieron seguimiento a más de 700 niños de todo el país desde el jardín de la infancia hasta que cumplieron 25 años y encontraron una relación significativa entre sus habilidades sociales cuando eran niños y su éxito profesional como adultos.
El estudio, que se extendió durante 20 años, mostró que los niños socialmente competentes que eran capaces de cooperar con sus compañeros sin tener rabietas, ayudar a los demás, entender sus sentimientos y resolver problemas por sí solos, tenían muchas más probabilidades de obtener un título universitario y alcanzar un trabajo de tiempo completo a los 25 años que aquellos que tenían habilidades sociales limitadas, quienes tenían mayores posibilidades de ser arrestados y beber en exceso al llegar a la juventud. Esto demuestra que ayudar a los niños a desarrollar sus habilidades sociales y emocionales es uno de los mayores regalos que podemos hacerles para prepararles para el futuro.
- Tienen autoridad, pero no son autoritarios ni permisivos
Ya sabemos que los extremos nunca han sido buenos. Tan malo es poner en práctica un estilo de educación autoritario en el que los niños no tengan voz ni voto como ser extremadamente permisivos y cumplir todos sus caprichos.
Un estudio desarrollado en la Universidad de California reveló que el mejor estilo de crianza para que los niños sean felices y tengan éxito es aquel en el que los padres tienen autoridad, una autoridad basada en normas racionales que el niño comprende y sigue, pero que les deja cierto margen de libertad. De esta forma los pequeños se sienten mucho más seguros para explorar el mundo y son más equilibrados.
- Les transmiten fortaleza de carácter
La vida no es una carrera de velocidad sino de resistencia, por lo que la fortaleza de carácter es esencial para afrontar la adversidad y perseguir las metas. Así lo comprobaron psicólogos de la Universidad de Pensilvania, quienes afirman que la fortaleza de carácter representa aproximadamente un 4% en la ecuación del éxito.
Estos investigadores definen la fortaleza de carácter como la “tendencia a mantener el interés y el esfuerzo hacia objetivos a largo plazo”, una característica que está relacionada con los buenos resultados académicos y las carreras profesionales exitosas. Por tanto, se trata de ayudar a los niños a comprender que deben comprometerse al 100% con el futuro que quieren crear.
- Estimulan una mentalidad de crecimiento
Hace décadas, la psicóloga de la Universidad de Stanford, Carol Dweck, descubrió que los niños y los adultos pensamos en el éxito de dos maneras diferentes. Algunos desarrollan una “mentalidad fija”, lo cual supone que nuestro carácter, inteligencia y capacidad creativa son estáticos y no podemos cambiarlos de manera significativa. En ese caso, el éxito no sería más que la afirmación de una capacidad inherente.
Otros tienen una “mentalidad de crecimiento”, piensan que las habilidades se desarrollan con los retos y no ven los fracasos y errores como una evidencia de falta de inteligencia o capacidad, sino como un trampolín que estimula el crecimiento. Educar a los niños en la mentalidad de crecimiento es la mejor manera para que tengan éxito en la vida.
- Ponen en práctica una crianza sensible
Un estudio realizado en la Universidad de Delaware analizó a 243 personas que habían nacido en condiciones de pobreza y descubrió que los niños que recibieron un “cuidado sensible” durante sus primeros tres años de vida no solo obtuvieron mejores resultados en las pruebas académicas durante su infancia sino que también mantuvieron relaciones más equilibradas y tenían mejores trabajos al llegar a los 30 años.
La crianza sensible es aquella en la que los padres satisfacen las necesidades de sus hijos de manera rápida y adecuada, proporcionándoles una una base segura para que los niños exploren el mundo. Eso no significa que satisfacen todos sus caprichos, sino que saben detectar sus necesidades de afecto, contacto y juego y satisfacerlas de la mejor manera posible, para que el niño desarrolle un apego seguro.
- Retrasan las gratificaciones
Un experimento clásico de la Psicología demostró que los niños que son capaces de retrasar las gratificaciones para alcanzar un premio mayor, luego se convierten en jóvenes con mejores habilidades sociales, que alcanzan calificaciones más altas en los exámenes y tienen menos probabilidades de abusar de sustancias.
Ayudar a los niños a desarrollar el autocontrol es vital para aumentar su umbral de tolerancia a la frustración y para que aprendan a lidiar con el estrés. Las personas que llegan a lo más alto de sus carreras profesionales y que se sienten más satisfechas consigo mismas son aquellas que logran poner las cosas en perspectiva y saben renunciar a pequeños placeres momentáneos con tal de mantenerse enfocadas en su objetivo.
Fuentes:
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