No existe una fórmula universal para lograr el éxito porque el éxito puede ser comprendido y asumido de muy diversas maneras: para algunos ser exitoso indica ser el dueño de una multinacional, para otros ser un profesional de prestigio, quizás tener múltiples propiedades o simplemente tener una familia feliz y rodearse de personas que los apoyen.
No obstante, existen algunas actitudes o comportamientos que nos brindan un 90% de probabilidades de terminar en un fracaso total, entendiendo el fracaso como la imposibilidad de lograr aquello por lo cual nos esforzamos durante un periodo de tiempo determinado.
1. Ser inflexible. En algunas ocasiones tomamos ciertas decisiones que probablemente hayan sido las más adecuadas para solucionar la situación que estábamos vivenciando en un pasado pero en la actualidad han dejado de ser funcionales u operativas. Entonces nos aferramos al antiguo comportamiento, a la vieja creencia, en fin, a la misma forma de pensar y resolver los problemas sin percatarnos que a nuestro alrededor hay un mundo cambiante que nos demanda la capacidad de reorganizarnos de forma flexible.
Atarse a los estereotipos, a los hábitos o a las antiguas decisiones es la mejor forma de entorpecer nuestro desarrollo y por ende, es uno de los caminos más directos para llegar al fracaso. Todo a nuestro alrededor varía y si deseamos obtener o mantener nuestro éxito debemos comprender cómo cambian las demandas de nuestro entorno, si no tenemos la flexibilidad suficiente para adaptarnos al mismo, terminaremos en un inmovilismo que nos condenará al fracaso.
2. No asumir riesgos. Cuando somos jóvenes solemos tomar muchos riesgos pero posteriormente, según va avanzando la edad, tendemos a encerrarnos en posturas más conservadoras e incluso intentamos evitar todo el riesgo que sea posible. Si bien esto indica cierto grado de inteligencia para enfrentar la vida también nos puede conducir a la inmovilidad más absoluta, a cerrarnos ante las nuevas oportunidades.
Lo desconocido o incierto siempre está presente de una forma u otra, ya sea cuando iniciamos una nueva empresa, cuando planificamos trasladarnos de país o si iniciamos una nueva relación sentimental. Lo incierto forma parte de nuestra vida cotidiana por lo cual debemos aprender a convivir con las situaciones que implican riesgos y en vez de cerrarles las puertas, asumirlos desde posturas maduras que implican: el análisis, la reflexión profunda, la toma de responsabilidad y la confianza en sí mismo. El miedo al fracaso es la principal forma de fracasar de antemano.
3. La falta de premisas claras. Si no sabemos con exactitud cuáles son nuestros objetivos y su orden de prioridad, será muy difícil llevarlos a buen término, en primer lugar porque no podremos establecer un plan de acción suficientemente sólido que nos permita lograr nuestras metas y, en segundo lugar porque caemos en el peligro de variar constantemente nuestras ideas y submetas en la búsqueda de aquello que nos parece más cool. El éxito implica perseverancia y focalización.
4. Creerse infalible. Si asumimos que solo nosotros somos los poseedores de la verdad, inmediatamente nos estamos negando a valorar perspectivas diversas a las nuestras que pueden conducir a vías de solución que puedan ser más eficaces para el logro de nuestros objetivos. Creerse infalibles nos ubica en un status ilusorio de superioridad del cual somos nosotros mismos las víctimas principales. ¿Su costo? El éxito en la consecución de nuestros planes.
5. No tomarse el tiempo para pensar. Las decisiones apresuradas generalmente no nos permiten valorar la mayor cantidad de variables que pueden incidir en la situación. Así, cuando decidimos precipitadamente tomamos un riesgo innecesario. De la misma forma, no tomarse el tiempo necesario para pensar en la situación nos encierra en un número muy reducido de posibles soluciones haciéndonos optar por aquella menos adecuada.
En resumen, fracasar no resulta difícil pero con un poco de sentido común, mucho de reflexión y otro tanto de flexibilidad el éxito se encuentra más cercano de lo que podríamos imaginar.
blpgirl dice
muy buen artículo jennifer, ese punto de ser inflexible me recordó una frase que leí alguna vez que decía algo como "no se ganan los juegos de hoy con los jonrones de ayer". Además vale la pena recalcar el tercer punto que enfatiza la importancia de saber lo que realmente queremos, ese es un requerimiento necesario para alcanzar el éxito.
Jennifer Delgado Suarez dice
Hola Blpgirl:
Muy simpática la frase que utilizas para hacer referencia a esas personas que "se duermen en los laureles".
Creerse infalible, más allá del bien y el mal, es una de las actitudes que nos conducen diectamente al fracaso porque no alcanzamos a ver el cambio y por lo tanto, no logramos variar en consonancia con el medio.
Así, debemos batear las pelotas que nos toquen en el día, ni más ni menos.
Gracias por tus observaciones,
Un saludo