A propósito de la serie televisiva que están transmitiendo actualmente: Lie to me, unos cuantos amigos no han podido contener la curiosidad de preguntarme: ¿también puedes descubrir a un mentiroso? ¿son los psicólogos capaces de desenmascarar todos los gestos en la comunicación extraverbal?
Detrás de la pregunta muchas veces se esconde el deseo de obtener una respuesta del «todo o nada». No obstante, la comunicación extraverbal no resulta ni tan sencilla ni tan complicada por eso me propongo brindarles algunos consejos o reglas para manejar con cierto grado de desenvoltura la comunicación no verbal.
Los secretos para decodificar la comunicación no verbal
1. Los significados preestablecidos no son suficientes. Aunque los gestos de ira, decepción, risa fingida, rechazo… son casi universales la comunicación extraverbal no puede comprenderse ajena a la situación donde las personas interactúan. ¿Qué quiere decir esto? Que aunque aprendamos de memoria cuáles son los músculos que se inervan para expresar nuestros sentimientos, no nos valdrá de nada si no sabemos darle un sentido e interpretarlos en el contexto en el cual se muestran. Cada gesto por sí solo es como si fuese una pieza de un rompecabezas que no tiene sentido si no se engrana con el resto de las piezas. Entonces, manos a la obra:
2. Métete en contexto. Si deseamos interpretar la comunicación extraverbal un factor esencial es el análisis del contexto que incluye: qué tipo de relación existe con anterioridad entre las personas, el tiempo que llevan de relación, el sitio donde se está desarrollando la comunicación… Por ejemplo: las expresiones de afecto entre dos enamorados varían en intensidad según el sitio donde se encuentren: un teatro, un parque o una playa; así, para valorar la intensidad de la relación debemos ajustarnos a lo que es «socialmente permitido» en el local donde se encuentran.
La forma del saludo indica cuán íntima es la relación, así, un abrazo es una de las máximas expresiones de afecto cuando se da de cuerpo completo; si tiene lugar en un sitio público y con un ligerísimo acercamiento de los torsos indica un trato satisfactorio entre personas que apenas se conocen. De esta forma, para llegar a conclusiones sobre la comunicación no verbal debemos ser conocedores de la «etiqueta social» y comprender bajo este presupuesto toda la gestualidad que se manifiesta a su alrededor.
3. Analiza la secuencialidad de los gestos. Debemos analizar el orden en que se expresan los gestos. Cuando un gesto de duda viene seguido por un gesto de aprobación indica que nuestro interlocutor está convencido de lo que decimos. Cuando un gesto de aprobación va seguido de un gesto de duda indica que el interlocutor reflexionó sobre la información que le estamos haciendo llegar y no está convencido de la misma. Así, la secuencialidad de los gestos nos expresan los distintos estados por los cuales está transcurriendo nuestro interlocutor y nos permite redireccionar los argumentos y sopesar su fuerza.
4. Atento con la sincronicidad. Es mucho más fácil controlar nuestro discurso que nuestra gestualidad, por eso en muchas ocasiones las personas muestran un discurso verbal que no se corresponde con su extraverbalidad. Tal es el caso de una persona que nos está diciendo que nos acepta en su equipo de trabajo y que tendremos un amigo en quién confiar pero se mantiene detrás de su mesa, con los brazos cruzados sobre el pecho y una postura ligeramente inclinada hacia detrás. Evidentemente su actitud no nos muestra mucha calidez o aceptación.
Otro ejemplo puede hallarse en las personas que intentan ser abiertas y ganarse nuestra confianza pero la sonrisa solo aparece al final de la charla. Cuando estamos vivenciando una emoción ésta se manifiesta constantemente en nuestra gestualidad, de esta forma si la sonrisa solo aparece al final del discurso existen grandes posibilidades de afirmar que la persona está fingiendo y utiliza una sonrisa construida como recurso para brindarle credibilidad a sus palabras. Lo mismo sucede con los puñetazos en las superficies después de una aparente explosión de ira, son solo un recurso de realce para atemorizar al interlocutor haciéndole creer que la tempestad emocional tiene mayores proporciones.
5. Conoce la historia personal. Aunque en ocasiones sea difícil llegar a la historia de las personas para comprender su comunicación extraverbal, hay momentos en los cuales determinados gestos no son una respuesta a la situación actual sino a algún suceso del pasado que ha sido recordado momentaneamente. De esta manera, si sabemos que nuestro amigo o jefe ha iniciado un día difícil, no podemos esperar que su gestualidad sea totalmente positiva y abierta pero eso no indica que le resultemos antipáticos.
Estas son algunas reglas esenciales que todo psicólogo maneja, no obstante, quisiera agregar una idea que considero más importante aún: «No te prejuicies». No podemos esperar que las personas nos acepten a la primera ni que concuerden totalmente con nuestras ideas por lo cual, manejar los secretos de la comunicación no verbal es un instrumento para facilitar la comunicación y llegar a acuerdos ventajosos para ambas partes, no debe convertirse en un medio para levantar barreras contra las personas sino para aprender a derribarlas.
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