En los últimos años ha surgido una nueva moda en Internet que se ha extendido a la vida más allá de la red de redes: el coaching. Hoy por hoy son muchas las personas que se hacen pasar por coach, pero… ¿realmente lo son? ¿qué es el coaching?
Para comprender el fenómeno del coaching debemos adentrarnos en las raíces del término y su historia. Como tal, el término surge en el mundo del deporte y se refería al entrenamiento no sólo físico sino también mental, a la motivación necesaria del deportista para que logre sus objetivos.
Como puede presuponerse, en la actualidad el coaching se ha desligado del deporte para adentrarse en otras esferas de la vida, teniendo gran aceptación en el área empresarial. Así, el coaching sería una práctica que permite hacer aflorar el potencial de la persona de forma que alcance metas que anteriormente no era capaz de lograr.
El concepto de coaching, según la International Coach Confederation, sería: “una colaboración con los clientes en un proceso inspirador y creativo que les ayuda a maximizar su potencial personal y profesional”.
El principio básico del coaching sería: “ayudar a aprender”; lo cual significa que el coaching es una persona que funge como guía para ayudar al otro a hallar la solución de los problemas por sí mismo.
Otra de los presupuestos del coaching afirma que estamos demasiado habituados a dejarnos influenciar por el pasado de manera que los hábitos y las experiencias anteriores influyen nocivamente en el presente. No obstante, el coach sería un creador de nuevas sinergias, no se centra en revolver en el pasado sino que se focaliza en el “aquí y ahora” para rediseñar el futuro.
Probablemente este video es mucho más explícito que mil palabras:
Pero… ¿dónde sienta sus raíces teóricas el coaching?
Realmente el coaching es una recopilación de técnicas psicológicas, muchas de ellas provenientes de la terapéutica conductista, cognitivista y gestaltista pero donde se prioriza sobre todo el método socrático; es decir, se intenta que la persona llegue a sus propias respuestas a través de preguntas que despiertan la reflexión.
Los detractores del coaching afirman que esta tendencia o práctica no tiene una metodología claramente definida y que la inexistencia de regulaciones oficiales ha hecho que muchas personas sin formación alguna ofrezcan sus servicios como coaches profesionales. Y es que sin lugar a dudas el coaching se ha convertido en un gran saco donde cabe casi todo.
Otro aspecto aún más criticable del coaching es que muchos de estos “profesionales” abogan por el éxito y la capacidad de obtener resultados de forma que se crea una visión superficial de la vida que puede ser rentable a corto plazo pero de escasa utilidad a largo plazo. Yo añadiría que el optimismo con el cual se abordan muchas de las problemáticas en ocasiones roza con el optimismo ingenuo, una forma de apreciar la vida que puede causar más daño que bien.
Pero más allá de lo cuestionable o no de su metodología o filosofía de base, lo cierto es que el coaching va a trabajar directamente con los procesos mentales de las personas por lo que un poco de sentido común es necesario. ¿Saben las personas que realizan coaching que, según un estudio realizado en la Universidad de Sydney, el 25% de las personas que solicitan un coach presentan niveles clínicamente elevados y significativos de ansiedad, estrés o depresión?
Así, siguiendo el estilo socrático la pregunta sería: ¿pondrías tu estabilidad psicológica en manos de una persona que no está cualificada para ejercer como coaching?
No obstante, creo que lo más importante es no cerrarse a las oportunidades y a los nuevos giros que da la ciencia ya que el coaching ejercido por profesionales puede mostrar una buena lista de éxitos.
Fuentes:
Gorchov, J. (2009) What Can Coaches Do for You? Harvard Business Review; Enero: 91-92.
Fuentes, J. A. (2003) Coaching personal y profesional. Una estrategia para la Autoestima, la Toma de Decisiones y la Resolución de Problemas. Revista “Espacio Humano”; 62.
Anónimo dice
¡Muy bueno el video!
Como bien dices, se necesita un poco de sentido común para no dejarse llevar por los charlatanes si bien existen muy buenos coaches.
Gracias por la reflexión
Mario
Juancho dice
"¿Psicólogo? ¿yo? Eso es para los locos, yo tengo a mi coach"
Muchas gracias por el articulo.
Jennifer Delgado Suarez dice
Juancho,
Desgraciadamente entre la población aún abunda el estereotipo de que el psicólogo atiende a los "locos"; cuando realmente no es así pues la Psicología tiene múltiples ramas de aplicación que no se restringen a la psicopatología.
Quizás muchos se dejan llevar por la moda porque es más cool o trendy afirmar que tenemos un "coach".
Gracias por tus reflexiones
Anónimo dice
Me ha encantado este video. Gracias.
Angela Conejero
Sara dice
Es curioso que el coaching se ha extendido como la pólvora, cualquiera puede ejercerlo o almenos eso es lo que se hace creer. Hay un sin fin de empresas que se dedican a impartir "lecciones" para ser un profesional del coaching y por otro lado, como todos sabemos, los masters posteriores a Psicología sobre el coaching.
Yo me replantearía más bien la pregunta de: ¿Cualquiera puede ejercerlo?
Anónimo dice
Ante la pregunta de ¿Cualquiera puede ejercerlo? Yo preguntaría ¿El concepto ética profesional es el mismo para todo el mundo?
Jennifer Delgado Suarez dice
Sara, Sarostegui,
Desde mi perspectiva el coaching debería ser asumido como una rama aplicada de la Psicología. Así, el código deontológico debería ser el mismo y los requisitos de la persona que lo va a aplicar serían idénticos a los que se le demandan al profesional de la psiquis.
Esto no quiere decir que me oponga al desarrollo del coaching sino que abogo por su regulación, única forma mediante la cual se pueden hacer fuera los charlatanes que aprovechan de las necesidades de las personas para vender un producto que en ocasiones hace más daño que bien.
Les invito a que le den un vistazo a este artículo que habla sobre los efectos negativos de los libros de autoayuda y desde mi perspectiva, es totalmente aplicable al caso del coaching: Los libros de autoayuda: ¿Efectos positivos o negativos?
Un saludo a ambos y gracias por hacernos reflexionar en conjunto
Marco dice
Sin olvidar la fuerte influencia que sobre el coaching tiene la PNL, con toda la falta de rigor y con toda la polémica que tal práctica conlleva. Como bien insinúas, se desconoce el posible efecto iatrogénico que pueda tener sobre una persona con algún tipo de trastorno.
Un saludo y enhorabuena por tu blog.
Jennifer Delgado Suarez dice
Marco,
No creo que los efectos iatrogénicos del coach se circunscriban sólo a las personas con algún trastorno. Precisamente lo que resulta más preocupante es que el daño de imaginar que casi todo puede ser posible y después no lograrlo es algo que puede afectar el equilibrio psicológico de todos y cada uno de nosotros.
Creo que la PNL es una disciplina que partió muy bien pero que poco a poco se ha convertido en un caldo de cultivo de aquellos que pretenden darle cientificidad a sus palabras.
Un saludo y gracias por tus reflexiones
Dr. Bruno Carrillo dice
Se debe regular su ejercicio como cualquier profesión u oficio. Hoy en día se dan cursos con un enfoque místico que llega a separar a las personas de sus vidas propias. Incluso diría se llega a sectarizar a los miembros. Una vez regulado se plantearía si es una capacitación o una terapia la que se imparte. Creo que es importante esta distinción. Lo valioso son las herramientas que ofrece, pero mal suministradas pueden causar grandes decepciones en la realidad individualista de nuestros días. Todos quieren ser lideres y dar lecciones de vida.
Jennifer Delgado dice
Hola Bruno,
Sin duda, estoy plenamente de acuerdo con aplicar una regularización más rigurosa en el área de la Psicología, una ciencia que todos creen dominar y que si no se tiene la formación y las habilidades adecuadas, puede terminar causando iatrogenia.
No obstante, también es importante que las propias personas que piden ayuda se cercioren de la capacitación del profesional. Así se trabaja en ambas direcciones y se minimiza la injerencia profesional, que puede llegar a ser muy nociva.