El dolor físico es una sensación molesta que en algún que otro momento de la vida nos ha afectado a todos. Entonces optamos por las píldoras en el intento de aliviar los síntomas pero hay ocasiones en que algunos trucos psicológicos podrían bastar para controlar el dolor.
Se conoce que la percepción del dolor varía de persona a persona e incluso es diferente en relación con el estado de ánimo que poseemos. Por ejemplo, es muy usual que se experimente más dolor cuando estamos en la oficina realizando un trabajo que no nos agrada que cuando estamos caminando entre la naturaleza.
El dolor es una especie de campana que está íntimamente relacionada con el sentido de sobrevivencia y que nos indica que algo anda mal. Por ende, es una señal de alarma que deberíamos agradecer ya que si lo tomamos en cuenta, podemos evitar males mayores. Por ejemplo, las personas que no pueden percibir el dolor no reaccionan ante el mismo y terminan haciéndose daño. (La asimbolia dolorosa hace referencia a las personas que pueden reconocer el estímulo doloroso pero no reaccionan ante el mismo, otros ejemplos interesantes pueden encontrarse en el libro Psicología Curiosa).
También existen casos en que el dolor es inútil ya que no es una signo real de que algo anda mal, me refiero al dolor que se experimenta con el miembro fantasma.
No obstante, en esta oportunidad desearía referirme a la percepción del dolor cotidiano, cuando nos hacemos daño mientras cocinamos o nos pinchamos con una aguja. ¿Cómo combatir el dolor cotidiano?
Según un estudio realizado recientemente por investigadores del University College de Londres, para aminorar este tipo de dolor basta con mirar atentamente la zona afectada; o para ser más específicos: si miramos la zona en la cual no estamos haciendo daño, podemos discriminar con mayor precisión el punto desde donde parte el dolor y, por ende, este será menor.
En sus experimentos se les pedía a los participantes que observasen su propia mano mientras un láser incidía en la misma y provocaba una pequeña dosis de dolor. Sorprendentemente, las personas reportaban menos dolor cuando se les permitía observar el procedimiento.
Según los investigadores, no se trata de una diferencia a nivel subjetivo sino que observar el daño provocado propicia una verdadera modificación fisiológica a nivel cerebral haciendo que la sensación de dolor realmente disminuya.
En este punto muchos estarán recordando que cuando eran pequeños los médicos y las madres le aconsejaban: “no mires la aguja”, con la intención de que se sintiese menos dolor. Pues bien, los investigadores afirman que existe una sutil diferencia entre observar el objeto que causa el dolor y mirar la parte dañada. En otras palabras, si miramos el objeto que provoca el daño puede aumentar la percepción del dolor ya que nos sentimos “impresionados” pero si logramos concentrarnos únicamente en la zona dañada, sentiremos menos dolor.
El mecanismo que subyace a esta idea es el mismo que se encuentra en la base de la hipnosis. Hace algunos años se pensaba que la hipnosis y otras prácticas psicológicas eran útiles para tratar el dolor debido a que servían como elemento distractor. Por ende, como la persona estaba distraída de lo que sucedía en su medio, la percepción del dolor disminuía pero a nivel cerebral no ocurría nada de particular.
Sin embargo, hoy se conoce que la hipnosis realmente ejerce el mismo poder que un fármaco analgésico; es decir, inhibe la respuesta ante el dolor incidiendo químicamente sobre algunos de los receptores cerebrales.
En resumen, que lo que podría parecer un simple truco psicológico, tal y como afirma el título de este artículo, es una verdadera técnica que nos ayuda a combatir el dolor cotidiano.
Fuente:
Longo. M. R. et. Al. (2009) Visually Induced Analgesia: Seeing the Body Reduces Pain. The Journal of Neuroscience; 29(39): 12125-12130.
Melovida dice
Muy interesante el post, la verdad es que yo recuerdo hacer esto de pequeño de manera inconsciente y darme cuenta que no era para tanto.
Jennifer Delgado Suarez dice
Melovida,
Debo reconocer que nunca lo he hecho. Ahora que lo sé probablemente lo pondré en práctica pero mi coraje de pequeña no me alcanzaba para mirar la aguja cuando venía en dirección de mi brazo.
Rafael dice
Hoy día la hipnosis se utiliza también en hospitales, para tratar el dolor y evitar la anestesia. Sin duda resulta muy interesante…
Eduardo dice
Hola, quisiera saber que otras aplicaciones pudiera tener este "truco", aparte de agujas.
Jennifer Delgado Suarez dice
Rafael,
Aunque los principios de la hipnosis, el uso de los juegos virtuales y esta técnica son diversos todos se basan en una misma idea: el control que tiene el cerebro sobre las percepciones y el cuerpo.
A la par del desarrollo de nuevos medicamentos, la Psicología también está avanzando en la aplicación de técnicas que minimicen cada vez más el uso de fármacos.
Sin lugar a dudas el futuro será mucho más sorprendente de lo que podemos imaginar.
Jennifer Delgado Suarez dice
Eduardo,
Pues ahora mismo se me ocurre que podrías aplicarlo cuando el médico te orienta las compresas de agua muy caliente o muy fría y que en ocasiones nos resultan tan difíciles de soportar. O cuando debes someterte a las curas de una herida.
En fin, es un truco que puedes aplicar allí donde sepas que vas a sufrir un dolor focalizado en un área.
Melovida dice
Jennifer, eso es como todo en la vida, pero como en todo es adaptarse o perder el tren.
Jennifer Delgado Suarez dice
Melovida,
Creo que eso es precisamente lo bello de la vida, que nos "obliga" a adaptarnos constantemente. De esta forma no nos mantenemos anclados al pasado sino que nos compulsa a mirar hacia el futuro y cambiar (o perder el tren, como bien dices).
Creo que uno de los libros más geniales que hacen referencia al cambio es "¿Quién se ha llevado mi queso?". Muy sencillo pero desde mi perspectiva debería ser una lectura obligatoria para todos.
Anónimo dice
hola melovida,quiero darles las gracias por la ayuda que le dieron a mi hija,con la musicoterapia,cuando estubo ingresada en la clinica verde (tenerife)esto fue a partir del 12 de julio de 2011,ella se llama johanna peña,muchas gracias por todo…un beso
Jennifer Delgado Suarez dice
Anónimo,
Gracias a ti por compartir tu experiencia con la musicoterapia. Me alegro que hasya tenido resultados positivos.