La adolescencia suele ser una etapa complicada. Es una fase de transición entre la infancia y la adultez marcada por cambios físicos, emocionales y sociales que suponen un gran desafío. Los adolescentes comienzan a desarrollar su identidad, quieren autonomía e intentan encontrar su lugar en el mundo, pero aún les falta madurez y les cuesta gestionar adecuadamente sus emociones. Por tanto, no es extraño que la mitad de todos los trastornos mentales de por vida se desarrollen a los 14 años, lo cual significa que la adolescencia es un período muy sensible para la prevención y el tratamiento de los problemas de salud mental.
La salud mental de los adolescentes nunca había sido tan mala
En el otoño de 2021, la Academia Estadounidense de Pediatría y la Academia Estadounidense de Psiquiatría Infantil y Adolescente unieron sus voces para declarar una emergencia nacional en la salud mental de niños y adolescentes. En España no se declaró oficialmente una emergencia, pero la estamos viviendo igualmente.
El último informe sobre la conducta suicida y la salud mental en la infancia y la adolescencia realizado por la Fundación ANAR es preocupante. El número de casos con conducta suicida se ha disparado un 1.921,3% en la última década, en especial después de la pandemia, cuando los intentos suicidas aumentaron un 128%.
La Asociación Española de Pediatría también ha alertado de que la salud mental de los niños y adolescentes se ha deteriorado considerablemente en los últimos años. Antes de la pandemia se estimaba que aproximadamente el 20% de los adolescentes sufría trastornos mentales cuyas consecuencias se podían prolongar a lo largo de toda su vida.
Sin embargo, en los últimos dos años los trastornos de la conducta alimentaria han aumentado un 40%, la depresión un 19% y las crisis de agresividad un 10%. Además, los casos son más graves, los pacientes cada vez más jóvenes y necesitan más hospitalizaciones. Por esa razón, es importante que los padres sean conscientes de la importancia de la salud mental en los adolescentes.
Si tu hijo tiene fiebre, es probable que reacciones inmediatamente buscando ayuda médica, de manera que si lo notas triste, irritable o le interesan menos las actividades que antes solía disfrutar, no pienses que se trata solo de una fase o algo sin importancia que puedes ignorar sin mayores consecuencias. Cuando se trata de la salud mental de nuestros hijos, es fundamental no bajar la guardia.
Los problemas de salud mental no tratados interfieren con el aprendizaje, la socialización, la autoestima y otros aspectos importantes del desarrollo, de manera que los adolescentes pueden arrastrar sus repercusiones por toda la vida. En casos extremos, los trastornos de salud mental incluso pueden conducir al suicidio.
¿Cómo cuidar la salud mental de los adolescentes en el hogar?
A menudo los padres temen la llegada de la adolescencia porque anticipan esos cambios de humor, los comportamientos de riesgo y las discusiones infinitas, pero en realidad también es una oportunidad para estrechar vínculos. De hecho, en esta etapa los padres pueden servir como modelos a seguir para el desarrollo emocional y ayudar a sus hijos adolescentes a implementar estrategias de afrontamiento eficaces y adaptativas que les permitan convertirse en personas seguras de sí mismas. ¿Cómo lograrlo?
- Establece patrones saludables para la vida en familia
La estructura y la seguridad son pilares esenciales para la estabilidad psicológica, pero desempeñan un papel aún más importante en la vida de los adolescentes ya que estos siguen necesitando límites y pautas claras para crecer y aprender a cuidarse cuando sean adultos. Por esa razón, la salud mental comienza por una vida familiar bien estructurada basada en hábitos saludables.
Intenta que todos en casa sigan una dieta sana y nutritiva, prioriza los buenos hábitos de sueño y establece rutinas de descanso y desconexión de la tecnología que os ayuden a relajaros y reponer energía. Esos hábitos contribuirán a dar orden y equilibrio a la vida de tu hijo y favorecerán su bienestar psicológico.
- Pasad tiempo de calidad juntos
La adolescencia es una etapa de búsqueda y reafirmación, por lo que es normal que tu hijo quiera pasar más tiempo con su grupo de amigos o a solas. Como padre, debes respetar su espacio y darle cierta libertad para que descubra y explore el mundo, pero también debes asegurarte de que el tiempo que paséis juntos cuente.
Encontrar una pasión común y compartirla se convertirá en una oportunidad para estar juntos sin presión, simplemente para disfrutar de la compañía y conoceros mejor. Ese tipo de experiencias también crean espacios seguros y generan oportunidades para que tu hijo se abra y te cuente sus problemas o preocupaciones.
- Anímalo a compartir sus sentimientos
Cuando los padres ayudan a los adolescentes a reconocer y expresar sus sentimientos, refuerzan su salud mental. Por eso, debes buscar formas para comunicarte con tu hijo adolescente. Puedes pedirle que te ayude a preparar la cena o te eche una mano en el jardín para conversar. Aprovecha el momento para preguntarle cómo ha sido su día y qué ha hecho.
Si lo notas triste, frustrado o ansioso, pregúntale qué le ha ocurrido y ayúdalo a gestionar esas emociones. Es importante que tu hijo comprenda que no es necesario huir de las emociones negativas y que la solución tampoco consiste en ignorarlas sino en aprender a gestionarlas. Actividades como la pintura, el ejercicio físico, llevar un diario o hablar sobre lo que le ocurre son válvulas de escape muy eficaces para liberar las tensiones y ganar perspectiva ante los problemas.
- Convierte tu hogar en un refugio seguro libre de juicios
Una de las claves para fomentar una comunicación abierta es liberarse de los juicios. Tu hijo debe saber que lo amas incondicionalmente y que siempre lo apoyarás. Debe sentir que sus padres conforman un sistema de apoyo sólido en el que puede confiar cuando las cosas vayan mal.
Para lograrlo, es importante practicar la validación emocional; o sea, evitar la tendencia a minimizar sus sentimientos, miedos o frustraciones. Tu hijo debe sentir que puede hablar contigo sobre cualquier tema que le preocupe o pedirte consejo sabiendo que no lo juzgarás. Eso no significa que tengas que estar de acuerdo con todo, sino que asumirás una postura empática y comprensiva para abordar el tema de forma madura, sin gritos ni recriminaciones de por medio.
- Enséñale a usar la tecnología de manera racional
Es casi imposible pretender que tu hijo viva al margen de la tecnología, pero esta representa serios peligros para su salud mental de los adolescentes, por lo que deben aprender a usarla adecuadamente y protegerse de los riesgos que entraña. Establece horarios de desconexión en casa y realizad actividades sin tecnología para que tu hijo comprenda que existe un mundo maravilloso más allá de las pantallas.
Es fundamental que le expliques que las acciones en Internet tienen consecuencias, que muchas veces se extienden a la vida real, y que debe tener cuidado con lo que publica porque difícilmente podrá ser borrado de la red. Enséñale además a usar los filtros de privacidad, aborda temas como el ciberacoso, el sexting y el grooming, y ayúdalo a desligar su autoestima y valía como persona de la cantidad de “me gusta” o visualizaciones que pueda conseguir en las redes sociales.
- Fomenta una autoestima sólida
Probablemente el mayor regalo que puedes hacerle a tu hijo es ayudarle a construir una autoestima a prueba de balas, sobre todo en una etapa de la vida en la que los sentimientos hacia uno mismo dependen mucho de la aceptación del grupo y la popularidad en las redes sociales.
No te limites a reprender a tu hijo cuando hace algo mal, elógialo también por su buen comportamiento. Para que ese elogio se convierta en abono para su autoestima, céntrate más en el esfuerzo que en el resultado. Así tu hijo comprenderá que tiene una valía intrínseca. Incluirlo en las decisiones importantes de la familia también hará que se sienta escuchado y valorado, dándole la confianza necesaria para usar su voz y defender sus derechos en otros contextos fuera del hogar.
- Resolved juntos los conflictos
En la relación con un adolescente, los padres tienen que prepararse para afrontar las diferencias, conflictos y luchas de poder que irán surgiendo. Recuerda que tú también pasaste por esa edad, así que es mejor que seas honesto y transparente con tu hijo. Escúchalo con calma y empatiza con sus nuevas necesidades, aunque eso no significa que tengas que ceder.
En cualquier caso, evita las luchas de poder modelando una comunicación respetuosa sin intentar controlar su reacción o perspectiva. Es poco probable que un adolescente admita que se ha equivocado cuando está molesto, por lo que es mejor que habléis cuando las aguas se calmen. Intentad buscar soluciones en las que todos ganen y, si es necesario, llegad a compromisos en los que tu hijo acepte ciertas condiciones y responsabilidades a cambio de mayor independencia.
- Conviértete en un ejemplo de gestión emocional
Cuidar la salud mental de los adolescentes pasa por enseñarles a gestionar las emociones negativas. A menudo eso implica que los padres también deben emprender un camino de aprendizaje emocional que los lleve a evitar discutir cuando están demasiado enojados o ser más empáticos y comprensivos en situaciones en las que normalmente los invadiría el pánico o perderían los nervios.
Compartir tus emociones con tu hijo también le hará bien. Si estás sometido a un nivel de estrés inusual, díselo. No se trata de abrumarlo con tus problemas, sino de que comprenda que todos tenemos dificultades. Cuando tu hijo vea cómo lidias con esas emociones complejas comprenderá que no es necesario huir de esos sentimientos, sino aprender a gestionarlos, por lo que estarás disminuyendo el riesgo de que se autolesione o de que sufra ansiedad o depresión.
- Cúbrete las espaldas
Aunque hagas todo lo que esté a tu alcance para cuidar la salud mental de tu hijo y protegerlo, existen muchas situaciones que escapan de tu control. La adolescencia es una etapa de gran vulnerabilidad, por lo que muchas situaciones pueden dejar una huella psicológica profunda que conduzca a traumas o trastornos psicológicos.
Como padre, es importante que no bajes la guardia y pidas la ayuda de un psicólogo o psiquiatra apenas detectes los primeros signos de alarma. Con un seguro de salud para familias, por ejemplo, no solo tendréis acceso a un cuadro de especialistas médicos muy completo sino también a una cobertura de salud mental para atajar el problema apenas surja. Recuerda que recibir tratamiento a tiempo es esencial para evitar que un trastorno mental se agrave.
Fuentes:
(2021) AAP-AACAP-CHA Declaration of a National Emergency in Child and Adolescent Mental Health. En: American Academic of Pediatrics.
(2022) La Fundación ANAR presenta su Estudio sobre Conducta Suicida y Salud Mental en la Infancia y la Adolescencia en España (2012-2022). En: Fundación ANAR.
(2022) La pandemia ha provocado un aumento de hasta el 47 % en los trastornos de salud mental en los menores. En: Asociación Española de Pediatría.
Kessler, R. C. et. Al. (2005) Lifetime prevalence and age-of-onset distributions of DSM-IV disorders in the National Comorbidity Survey Replication. Arch Gen Psychiatry; 62(6):593-602.
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