De una forma u otra, todos nos dejamos influenciar por las opiniones de los demás. La aprobación social es importante y en muchas ocasiones la usamos como una brújula para saber si vamos por el buen camino o hemos equivocado nuestros pasos.
Sin embargo, cuando nos preocupamos demasiado por lo que piensan los demás caemos en el error de vivir a través de sus opiniones y tomar decisiones basándonos en la aceptación o el rechazo, en vez de guiarnos por nuestros deseos y necesidades. Por eso, es importante mantenerse atentos a los signos que indican que hemos comenzado a preocuparnos demasiado por lo que piensan los demás.
¿Cómo reconocer la dependencia de las opiniones de los demás?
1. Dices mentiras o te contradices. Si cambias de opinión solo para intentar encajar en el grupo, es probable que te preocupe demasiado lo que piensen los demás y creas que no aceptarán de buen grado tus ideas, puntos de vista y opiniones. Si te descubres a menudo mintiendo, cambiando de opinión o fingiendo, es probable que estés buscando aceptación social.
2. Tienes miedo de decir ‘no’. Decir ‘no’ es un derecho asertivo, tienes derecho a negarte cuando crees que alguien está traspasando los límites o cuando algo simplemente no te apetece. Si dices ‘sí’ a menudo cuando desearías negarte, es probable que te estés dejando condicionar demasiado por los demás. De hecho, desde pequeños nos enseñan a ser complacientes, pero dar una negativa no implica dañar a nadie, es simplemente un derecho.
3. Pides disculpas aunque no tienes la culpa. Si a menudo te descubres disculpándote por cosas sobre las cuales no tienes ninguna responsabilidad ni control, es probable que estés asumiendo una culpa que no te corresponde. Pedir disculpas es signo de inteligencia y empatía, pero solo cuando hemos cometido realmente un error y nos arrepentimos de ello.
4. Te evalúas a través de los ojos de los demás. Si prácticamente cada vez que vas a hacer algo, te preguntas qué pensarán los otros, es probable que tengas un problema de autoestima. Si los comentarios de los demás siempre están dando vueltas en tu mente, para decirte lo que debes o no debes hacer, te resultará prácticamente imposible saber qué es lo que quieres realmente.
5. Cambias tus planes para agradar a los otros. Si abandonas continuamente tus planes y cedes ante los de los demás, es probable que en el fondo se esconda el miedo al rechazo y la exclusión social. Es importante encontrar un equilibrio, porque anteponer continuamente las necesidades de los demás a las propias hará que te relegues a un segundo plano y que optes por una vida que no te satisface.
6. Tus estados emocionales fluctúan en dependencia de la retroalimentación que recibes. Es normal que cuando los demás nos alaban nos sintamos felices pero si vives en una auténtica montaña rusa emocional que depende de las valoraciones que los demás hacen de ti, tendrás un problema. Es importante que aprendas a no tomarte los comentarios o críticas de los demás como algo demasiado personal.
7. Te preocupas por decir lo correcto en el momento adecuado. Te preocupas demasiado por las salidas de tono, así que te autocensuras a menudo, por lo que casi nunca compartes tus ideas y opiniones, por miedo a que los demás no estén de acuerdo o a que puedas ofender a alguien.
8. Intentas caerle bien a todos. Con algunas personas conectamos inmediatamente, con otras no. Es imposible caerle bien a todos, así que el deseo de causar una buena impresión y caerle bien a todos es simplemente irreal y solo sirve para añadir una tensión innecesaria a tu vida. De hecho, puedes correr el riesgo de terminar convirtiéndote en un camaleón social, lo cual significa que perderás tu identidad.
9. Te obsesionas con lo que piensan los demás. Preocuparse por lo que otras personas están pensando es diferente de buscar su aprobación. Todos participamos en ese juego de mentes, pero si llega un punto en el que te obsesionas con lo que los demás están pensando sobre ti, tendrás un gran problema.
10. Tienes dificultad para tomar decisiones, incluso las más pequeñas. La indecisión es característica de las personas que no son suficientemente seguras de sí mismas, por lo que intentan compensarlo con el perfeccionismo. De esta manera, el miedo a equivocarte, puede conducirte a una auténtica parálisis por análisis. Piensas constantemente en todo lo que podría ir mal y no logras decidirte.
Si eres de esas personas que se preocupan mucho por las opiniones de los demás o en los últimos tiempos has descubierto que eres más dependiente del juicio de los otros, he aquí 10 frases geniales para dejar de preocuparse por lo que los demás piensen de ti.
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