¿Qué motivó al buen samaritano a cruzar la calle para ayudar a un extraño en peligro? Quizás escuchó su corazón. Y no en el sentido poético sino literalmente. O al menos así lo confirma un curiosísimo estudio.
En práctica, en este experimento se apreció que la percepción de los latidos del corazón influye en las decisiones de índole moral que tomamos. Es decir, cuando a los participantes en el estudio se les dio una retroalimentación falsa que les indujo a pensar que sus corazones latían más fuerte, la mayoría de las personas mostraban comportamientos más positivos y tenían una tendencia a defender las causas justas.
En el experimento participaron 86 estudiantes. Apenas llegaron, se les pidió que probasen un equipo de grabación de los latidos del corazón. Se les colocó un monitor y unos auriculares, solo que por estos se transmitía un sonido falso (60 latidos por minuto y 96 latidos por minuto).
Mientras tanto, se les pidió que leyeran una carta de reclutamiento donde se les proponía que participasen en otro estudio sobre las consecuencias negativas de la discriminación a los homosexuales.
¿Cuáles fueron los resultados?
El 40% de los estudiantes que escucharon su corazón latiendo rápidamente accedió a ofrecer su tiempo. Sin embargo, entre aquellos que escucharon su corazón latiendo a ritmo normal, solo el 17% dio su consentimiento para el nuevo estudio.
Estos resultados motivaron a los investigadores a realizar un segundo experimento. Esta vez reclutaron a 65 estudiantes y, en vez de pedirles que participaran en otro estudio, les pidieron que se involucrasen en un juego donde debían compartir dinero. En este juego simplemente debían darle instrucciones a una persona situada en otra habitación para que eligiese la opción A (que le reportaba beneficios económicos al participante) o la opción B (que reportaba beneficios más lucrativos para la persona situada en la otra habitación).
Una vez más, quienes habían escuchado su corazón latiendo rápidamente mostraron comportamientos más desinteresados (el 69% de ellos eligió la opción B). Al contrario, el 58% de los que escucharon su corazón latiendo a ritmo normal eligieron la opción A.
¿Por qué sucede esto?
Los investigadores piensan que las personas interpretan un latido rápido como signo de estrés y que asumen comportamientos positivos y justos como una forma de escapar de esta situación. Este experimento demostraría la hipótesis de Damasio sobre los marcadores somáticos según la cual, la retroalimentación que recibimos de nuestro cuerpo, determina nuestras decisiones a un nivel no consciente.
Fuente:
Gu, J.; Zhong, C. B. & Page-Gould, E. (2012) Listen to Your Heart: When False Somatic Feedback Shapes Moral Behavior. Journal of Experimental Psychology.
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