Empezar a meditar por primera vez puede ser un desafío para muchas personas. En realidad, la meditación es muy sencilla. Basta concentrarnos en algo, generalmente la respiración, durante un periodo de tiempo, para vaciar la mente. Sin embargo, esa simplicidad es precisamente el mayor reto ya que es difícil acallar a una mente que está acostumbrada a un flujo de estímulos constante y que salta continuamente de una idea a otra.
Por eso, muchas personas abandonan la meditación antes de comenzar, de manera que se pierden todos los beneficios que aporta esta técnica ancestral. De hecho, la meditación cambia el cerebro, nos ayuda a relajarnos, disminuye la reactividad emocional e incluso puede cambiar nuestro ADN. La buena noticia es que empezar a meditar desde cero no es tan complicado, siempre que tengamos presentes algunas ideas básicas.
¿Cómo empezar a meditar por primera vez?
1. Recuerda que tu objetivo no es volverte “bueno” meditando
Iniciarse en la meditación con una mentalidad evaluativa, intentando ser “bueno” o hacerlo «bien», no mejorará tu experiencia, al contrario, puede hacer que sea decepcionante y frustrante. La meditación radica en centrarse en el presente y no juzgar la experiencia, lo cual significa excluir cualquier tipo de juicio sobre tus “habilidades” de meditación. El secreto consiste simplemente en meditar, sin preguntarte si eres bueno o malo en ello porque no existen “malos meditadores”.
2. Deja de criticar tu mente errante
Al empezar a meditar por primera vez, es normal que tu mente divague. Es difícil mantenerla focalizada. Entonces puedes caer en la trampa de las recriminaciones. Es probable que te digas: “Ya me he distraído. No debería estar pensando en esto. ¡Ni siquiera puedo meditar bien!”. En lugar de vapulearte, acepta que tu mente divagará, le ocurre incluso a los grandes maestros de la meditación. No te recrimines ni te enredes en ese flujo de pensamientos, sé amable contigo mismo y reconduce la mente suavemente hacia la meditación.
3. Para empezar a meditar, libérate de las expectativas
En el taoísmo, la meditación no persigue un fin específico. Los maestros taoístas piensan que si perseguimos un fin determinado al meditar, este será elusivo. En cambio, simplemente hay que sentarse a meditar, sin obsesionarse con un objetivo específico. Es probable que cuando medites alcances un estado de calma interior y tu mente se despeje, o quizá tengas otro tipo de experiencias asombrosas o iluminadoras, pero para que eso ocurra, debes abordar la meditación con una mente curiosa y abierta a la experiencia.
4. Un poco es mejor que nada
Como iniciarse en la meditación no suele ser fácil puesto que la mente no está acostumbrada a ese tipo de ejercicio, es probable que al inicio te sientas un poco aburrido o incluso frustrado. Es importante que seas conscientes de que ese aburrimiento o frustración son tan solo una distracción más que reclama tu atención. En cualquier caso, recuerda que no es obligatorio meditar durante cierto periodo de tiempo. Una respiración consciente es mejor que ninguna. Un minuto es mejor que nada. Con el tiempo irás ganando práctica y podrás meditar más.
5. Elige una forma de meditación que te agrade
Una de las claves para empezar a meditar consiste en encontrar una técnica que funcione para ti. Existen muchísimas opciones, desde la meditación vipassana hasta la meditación zazen o la trascendental. También existen programas de meditación guiada que pueden ayudarte a dar los primeros pasos, hasta que adquieras cierta práctica y puedas meditar por tu cuenta. Lo más importante es que te sientas cómodo y a gusto con la técnica que elijas porque eso hará que vuelvas a meditar. Y por supuesto, no olvides crear un espacio de meditación agradable y sin interrupciones que facilite el recogimiento interior.
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