¿Tienes miedo al dentista? No eres el único. Se estima que aproximadamente el 36% de la población mundial padece ansiedad dental y un 12% sufre un miedo extremo que se puede catalogar como odontofobia.
Sin duda, los avances que se han producido en los últimos tiempos en los tratamientos dentales han contribuido a disminuir la angustia que genera la visita al dentista. Un estudio realizado en el Reino Unido reveló que la prevalencia de la ansiedad dental cayó del 60% en 1988 a prácticamente la mitad en la actualidad. Sin embargo, la fobia al dentista se ha mantenido relativamente estable a lo largo del tiempo.
Ese miedo es una de las principales causas por las que las personas no acuden al dentista, lo cual suele tener serias repercusiones para la salud oral. La evitación dental termina retrasando los tratamientos y empeora la salud bucal. Las personas que sufren de fobia al dentista reconocen que sus problemas dentales terminan afectando su calidad de vida, como confirmaron investigadores de la Universidad de Hong Kong. Por consiguiente, si quieres cuidar tu salud y bienestar, es fundamental que logres superar la fobia al dentista.
¿Por qué las personas temen ir al dentista?
Más de la mitad de los adultos que tienen miedo al dentista comenzaron a experimentarlo en su infancia. En el caso de la fobia al dentista, un 61% considera que se debe a experiencias aversivas. De hecho, se ha apreciado que los niños que suelen acudir a visitas de control antes de experimentar el primer tratamiento dental curativo desarrollan niveles más bajos de ansiedad en la adultez.
Sin embargo, el miedo al dentista no se debe únicamente a haberse sometido a tratamientos invasivos. La memoria también desempeña un papel importante. Se hipotetiza que las personas con fobia al dentista guardan recuerdos más inexactos del dolor. Recordar la experiencia en el dentista como más desagradable y angustiante termina alimentando ese miedo y ansiedad. Curiosamente, también se ha apreciado que quienes han sufrido otras experiencias dolorosas y angustiantes en su vida son más propensos a desarrollar una odontofobia.
Por supuesto, el entorno también influye. Los niños que tienen un padre o un hermano que sufre ansiedad dental son más propensos a tener miedo al dentista. Eso sugiere que se produjo un aprendizaje vicario en la infancia; es decir, aprendieron la respuesta ansiosa al tratamiento dental observando el comportamiento de quienes los rodeaban.
¿Cómo perder el miedo al dentista?
Si tienes odontofobia, es probable que evites el dentista y no acudas hasta que no te quede más remedio. Pero de esa manera necesitarás un tratamiento más invasivo, que será más desagradable, lo cual alimentará el miedo y la ansiedad, generando a su vez más evitación. Para perder el miedo al dentista necesitas romper ese círculo vicioso.
1. Mantén tu mente distraída
Si la idea de sentarte en el sillón dental te genera ansiedad, necesitas mantener tu mente distraída antes y durante el tratamiento. Si te concentras en otra cosa, todo pasará más rápido y la experiencia será menos angustiante.
Esa es la razón por la cual muchas clínicas dentales suelen tener una música agradable de fondo que ayuda a los pacientes a relajarse. También es la razón por la cual colocan libros y revistas en la sala de espera, de manera que los pacientes puedan mantenerse entretenidos y no se dediquen a alimentar sus temores. Por consiguiente, asegúrate de mantener tu mente distraída en algo que realmente capte tu atención, desde leer un libro hasta escuchar música relajante o ver algún vídeo.
2. Cambia tus pensamientos con la reestructuración cognitiva
Si tienes miedo al dentista, es probable que apenas pongas un pie en la clínica te asalten pensamientos del tipo: “es terrible”, “no va a terminar nunca” o “no puedo soportarlo”. Sin embargo, recuerda que no son frases realistas, sino un producto del miedo. No habla la razón sino la fobia.
En este sentido, un metaanálisis realizado en la Universidad del Temple concluyó que la terapia cognitivo-conductual es el enfoque más eficaz para abordar la fobia al dentista. Por tanto, debes afrontar los pensamientos que te generan más ansiedad. No te mientas, tan solo elige pensamientos más realistas que te ayuden a calmarte. Puedes decirte: “me sentiré feliz cuando termine el tratamiento”, “estoy cuidando mi salud” o “este tratamiento mejorará mi aspecto”. Se trata de cambiar el foco, de forma que en vez de angustiarte por la experiencia te centres en los beneficios que te aportará.
3. Aplica técnicas de relajación
El miedo al dentista suele desencadenar una serie de respuestas a nivel físico, como la tensión muscular, manos temblorosas, palpitaciones, respiración entrecortada, sudoración y micción frecuente. Es importante evitar que esas reacciones fisiológicas vayan a más porque alimentarán la ansiedad y podrían conducir incluso a ataques de pánico.
En ese caso, aplicar alguna técnica de relajación o visualización puede serte muy útil. Técnicas como la relajación muscular progresiva de Jacobson, la relajación autógena, la respiración profunda o diafragmática, así como el mindfulness y la visualización guiada pueden convertirse en el antídoto perfecto para aliviar la ansiedad dental. Solo asegúrate de practicar en otras situaciones en las que te sientas más relajado pues cuanto mejor domines la técnica, mejores resultados obtendrás.
4. Desensibilízate eligiendo los tratamientos más sencillos primero
Una de las técnicas psicológicas más eficaces para superar prácticamente cualquier tipo de fobia es la desensibilización sistemática. Consiste en exponerse gradualmente a la situación temida en un entorno controlado, de manera que tu nivel de ansiedad no se dispare. Así podrás darte cuenta de que el estímulo fóbico no es tan peligroso como te hace creer tu mente.
Si hace mucho tiempo que no vas al dentista, es probable que tengas que someterte a varios tratamientos. En ese caso, pídele al odontólogo que comience por los más sencillos, rápidos e indoloros. De esa manera podrás ir desarrollando la confianza en el dentista y tu mente comprenderá que, aunque quizá no sean procedimientos agradables, en realidad no son para tanto.
5. Elige un buen dentista
La elección del dentista también es vital para superar la ansiedad ante el tratamiento dental. Un ambiente cómodo, agradable y distendido será de gran ayuda, así como encontrar un personal tranquilo, afectuoso y comunicativo en la clínica. Pequeños detalles, como no hacerte esperar mucho para no alimentar demasiado la ansiedad, cerrar la puerta para silenciar el sonido de los instrumentos o incluso usar aromaterapia para enmascarar el olor a eugenol también contribuirán positivamente a aliviar tu ansiedad.
Una buena relación con el dentista, basada en respuestas claras y una explicación detallada del procedimiento, aumenta la confianza y genera tranquilidad pues sentirás que tienes más control sobre el entorno clínico. Pactar con el dentista una señal de alto alzando la mano, por ejemplo, te será de gran ayuda para reducir la ansiedad cuando estés a punto de traspasar el umbral.
En cualquier caso, no te avergüences de reconocer tu miedo y confiarle tus preocupaciones al dentista. Desde la clínica dental Vericat Implantología señalan que cuando el miedo es muy intenso, otra solución consiste en recurrir a la sedación consciente. Explican que “es un complemento a la anestesia local que permite que el paciente esté totalmente relajado durante el tratamiento”, lo cual reduce significativamente las sensaciones de malestar y dolor, de manera que no solo podrás atravesar mejor ese momento sino que incluso podría ayudarte a romper el ciclo tóxico que alimenta la odontofobia.
Fuentes:
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