Alcanzar nuestros objetivos, enfrentar los desafíos y superar los errores depende en extraordinaria medida de cuán optimistas seamos. Es cierto que cada persona ve la vida de forma diferente pero podemos entrenar nuestra mente para desarrollar una actitud optimista ante las situaciones más disímiles.
De hecho, nuestro cerebro es un órgano que necesita entrenamiento. De la misma manera en que realizamos ejercicios para fortalecer nuestros músculos, si queremos aprovechar todo el potencial del cerebro, necesitaremos aplicar algunas transformaciones en nuestros hábitos.
¿Te has percatado que a lo largo del día solemos prestarle más atención a los datos negativos que a los positivos? Se trata de una tendencia natural e incluso nos resulta conveniente ya que al tener en cuenta nuestros errores, desarrollamos las habilidades que necesitamos para resolver futuros problemas pero debemos andar con pies de plomo porque si estas ideas ocupan demasiado espacio en nuestra mente generarán una actitud pesimista.
El optimismo es una decisión personal
Aunque estamos acostumbrados a centrarnos en los aspectos negativos de las situaciones y minimizar los positivos, este hábito se puede cambiar de manera consciente. Estos consejos te ayudarán a ser más optimista:
1. Relativiza los pensamientos negativos
Cada vez que un pensamiento negativo cruce tu mente, contrarréstalo poniendo en su lugar uno positivo. Recuerda que el impacto emocional de los sucesos negativos es lo que hace que magnifiquemos su impacto por lo que es fundamental restarles importancia. ¿Cómo? Muy sencillo: analizándolos desde una perspectiva más objetiva.
Para disminuir la importancia que le das a las situaciones negativas, una buena idea consiste en buscar recuerdos similares pero que hayan sido ligeramente más agradables. De esta forma te darás cuenta de que estás maximizando una situación. Y mientras lo haces, ya estarás cambiando los pensamientos negativos por otros más positivos. Obviamente, este proceso no se aprende de un día para otro, demanda un poco de práctica.
2. Expresa tu gratitud
Los eventos negativos se agigantan en nuestra mente, a menos que los equilibremos de forma consciente. Por eso, cuando tengas que enfrentarte a un desafío o resolver un problema que te preocupa, puedes hacer un balance de las cosas que están funcionando bien. Cuando te tomas un tiempo para hacer esto te estás permitiendo registrar los aspectos positivos que has vivido y, automáticamente, asumes una actitud más positiva.
Una excelente herramienta para lograrlo consiste en expresar tu gratitud por todos aquellos eventos positivos que te han pasado en los últimos días. Recuerda que la gratitud es una sensación tranquilizante y muy satisfactoria que no solo te permitirá ser más optimista sino también sentirte más satisfecho con tu vida.
3. Busca un mantra positivo
Un elemento clave para ser más optimistas consiste en ser capaces de pensar en positivo, lo cual no significa que obviemos la presencia de los problemas sino que nos llenemos de fuerza para enfrentar determinado conflicto o reto. Recuerda que los mensajes que te repites con regularidad, a la larga, se convierten en una realidad para ti y condicionan tu vida. Por eso, lo mejor es que elijas algunos mantras positivos y te los repitas con frecuencia.
Puedes comenzar con una o dos afirmaciones que representen los valores que deseas alcanzar, como por ejemplo: “cada día me siento mejor” o “tengo fuerza para enfrentarme al mundo”. La repetición de frases similares a estas irán cambiando paulatinamente tu visión de los sucesos negativos, te harán más fuerte y, por supuesto, más optimista.
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