La felicidad es una de las grandes metas de la mayoría de las personas. Todos deseamos ser felices. Sin embargo, muy pocos ponen manos a la obra. La mayoría se queda cruzados de brazos, esperando que la felicidad llame a su puerta y a veces, cuando esta decide darles una oportunidad, ni siquiera le abren. ¿Por qué?
La expectativa de ser feliz nos juega una mala pasada
Una serie de experimentos llevados a cabo en la Universidad de Stanford nos desvelan por qué la felicidad es tan escurridiza para muchas personas. Según estos psicólogos, la clave se encuentra en nuestras expectativas.
Estos investigadores analizaron cuán felices hacía a las personas ayudar al prójimo. En uno de sus experimentos reclutaron a 92 personas, a las cuales se les habló de pacientes que estaban buscando donantes de médula ósea y se les pidió que hicieran algo para ayudarles.
La clave radicó en que a algunos les dieron un objetivo abstracto: “darle una mayor esperanza a estos pacientes” y a otros les dieron un objetivo más concreto: “aumentar las probabilidades de estos pacientes de encontrar un donante”.
¿El simple cambio de objetivo podría incidir en el nivel de satisfacción y la felicidad que experimentaban las personas con la ayuda brindada?
Los psicólogos descubrieron que, en efecto, los objetivos más concretos generaban una mayor satisfacción y felicidad que los objetivos abstractos, resultados que se hicieron patentes en el resto de los experimentos. ¿Por qué?
Estos investigadores afirman que mientras más abstractas sean nuestras metas, menos probabilidades tendremos de ser felices, incluso si estas se cumplen. La clave radica en que las metas abstractas suelen dar pie a expectativas más irreales por lo que, al final, no nos sentimos tan satisfechos y no somos felices.
En práctica, es como cuando esperamos con ansia un momento pero cuando finalmente este llega, no satisface nuestras expectativas y no nos sentimos tan felices como esperábamos. De hecho, es probable que te haya ocurrido en alguna ocasión.
Por eso, se recomienda que si quieres ser feliz, te centres en objetivos concretos, en cosas que te pueden hacer sentir bien aquí y ahora. La felicidad no es un estado abstracto, es algo que se conquista paso a paso.
Ser más feliz yendo paso a paso
1. Contacta a un amigo. La mayor fuente de felicidad, y también la más duradera, son las relaciones interpersonales. Pasar tiempo con las personas que quieres es la mejor medicina contra la ansiedad y la depresión y también uno de los caminos más directos para encontrar la felicidad. Si hace mucho tiempo que no ves a un buen amigo, contáctalo y quedad.
2. Practica media hora de ejercicio aeróbico. El ejercicio aeróbico, más que cualquier otro tipo de actividad física, genera un estado de ánimo particularmente positivo caracterizado por la relajación y la sensación de plenitud. Esto se debe a que estimula la producción de endorfinas, unos neurotransmisores que generan bienestar y felicidad. La buena noticia es que no necesitas dedicarle mucho tiempo, media hora al día es suficiente.
3. Escribe tres razones por las cuales te sientes agradecido. Si en algo coinciden la mayoría de las corrientes filosóficas es que la gratitud es una de las claves de la felicidad. El simple acto de dar las gracias por lo que tenemos, en vez de quejarnos por lo que no tenemos, nos hace sentir afortunados y nos brinda serenidad, dos aspectos básicos para ser felices.
4. Imagina la mejor imagen de ti. Poner tu mente en funcionamiento para generar la mejor imagen de ti mismo es un ejercicio muy positivo. De hecho, te permitirá enfrentar el día desde una perspectiva más optimista y aumentará tu autoconfianza. No olvides que una de las mayores barreras que te impide ser feliz son esos pensamientos y creencias negativas sobre ti mismo.
5. Plantéate un objetivo que puedas lograr en el día. Alcanzar los objetivos que nos proponemos nos hace sentir poderosos, genera una sensación de satisfacción para con nosotros mismos y aumenta la confianza en nuestras capacidades. A la larga, si cultivas estos sentimientos, también serás más feliz. Por tanto, cada día, plantéate un objetivo diferente y cúmplelo. Al final de la jornada podrás sentirte satisfecho y un poco más feliz.
Recuerda que el secreto radica en comprender que la felicidad no es una meta, se encuentra en el camino.
Fuentes:
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Walton, G. M. et. Al. (2012) Mere belonging: the power of social connections. Journal of Personality and Social Psychology, 102(3): 513.
Reed, J. & Ones, D. S. (2006) The effect of acute aerobic exercise on positive activated affect: A meta-analysis. Psychology of Sport and Exercise, 7(5): 477-514.
Meevissen, Y. et. Al. (2011) Become more optimistic by imagining a best possible self: Effects of a two week intervention. Journal of Behavior Therapy and Experimental Psychiatry, 42(3): 371-378.
Emmons, R. A. & McCullough, M. E. (2003) Counting blessings versus burdens: an experimental investigation of gratitude and subjective well-being in daily life. Journal of Personality and Social Psychology, 84(2): 377.
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