El año pasado unos investigadores de la Universidad de Singapur descubrieron que con el cambio de horario de verano los trabajadores eran más dados a usar Internet en cuestiones no relacionadas con el trabajo. Los investigadores se preguntaron por qué pasaba esto y los resultados a los cuales arribaron fueron sorprendentes.
Básicamente, las personas entraban en una sala donde tenían un ordenador conectado a Internet. Se les decía que su tarea era concentrarse en un vídeo donde se mostraba a un profesor leyendo, algo que, obviamente, resultaba un poco aburrido. Lo interesante es que estas personas también podían navegar por la red pero haciendo esto, estarían incumpliendo las normas pues desvirtuarían la atención del vídeo. Mientras tanto, un software especial monitorizaba lo que hacían los participantes en Internet guardando las páginas que visitaban.
Lo interesante fue que se encontró una correlación entre la privación del sueño y la navegación sin rumbo por la red. Específicamente, por cada hora de sueño perdida, las personas pasaban una media de 8,4 minutos más en la red. En resumen, la privación del sueño afecta nuestra capacidad para concentrarnos y disminuye ostensiblemente nuestro autocontrol generando patrones más caóticos.
De hecho, no se trata de un descubrimiento del todo novedoso. En el pasado ya se había demostrado que la falta de sueño conduce a asumir comportamientos poco éticos y que las personas son más directas y hostiles en su forma de comunicarse con los demás.
¿Por qué sucede todo esto? ¿Es la falta de sueño la verdadera responsable?
Los investigadores piensan que la falta de sueño es solo la mecha que impulsa una reacción en cadena. Dormir mal hace que perdamos nuestra capacidad de autocontrolarnos, en otras palabras, estaríamos demasiado cansados como para ejercer un control eficiente sobre nuestros impulsos.
De hecho, ya se han realizado otros experimentos en los cuales se ha apreciado que cuando las personas están cansadas porque se han esforzado mucho a lo largo del día, no solo puntúan peor en las pruebas que demandan autocontrol sino que también tienden a relajar sus normas morales y ser más autoindulgentes permitiéndose pequeños excesos que de otra forma habrían sabido controlar.
Fuente:
Wagner, D. T., Barnes, C. M., Lim, V., & Ferris, D. L. (2012) Lost sleep and cyberloafing: Evidence from the laboratory and a Daylight Saving Time quasi-experiment. Journal of Applied Psychology; 97: 1068-1076.
Deja una respuesta