El embarazo, el parto y la llegada de un bebé son momentos bellísimos pero acarrean consigo un cambio importante no solo en el estilo de vida de los padres sino también en la fisiología de la mujer. Probablemente por esto se afirma que cerca el 80% de las mujeres embarazadas experimentan algún tipo de depresión en las primeras semanas que subsiguen al parto. Esta depresión se manifiesta a través de síntomas como la irritación, la tristeza, la inquietud, el decaimiento y a veces el llanto aparentemente inmotivado. En la Psicología a este estado se le conoce como tristeza puerperal o depresión postparto.
Durante este periodo la mujer experimenta una serie de pensamientos y emociones negativas pero normalmente este estado desaparece en unas pocas semanas o días. Según las estadísticas, la depresión postparto, en el sentido más estricto de la problemática, es experimentada entre un 8 y un 20% de las féminas.
Ahora nuevas investigaciones arrojan luces sobre este fenómeno al afirmar que la depresión postparto se debe a una producción en exceso de una hormona que regula los niveles de estrés. Obviamente, esta idea no desecha otros posibles factores como: el cambio que presupone convertirse en madre, sentir que no se tiene el apoyo suficiente, tener un parto difícil o poseer antecedentes de depresión.
Retomando la idea del desarreglo hormonal como causa de la depresión postparto, debe especificarse que durante el parto se demandan elevados niveles de progesterona, una hormona vinculada a las emociones. Como puede presuponerse, luego de dar a luz los niveles de la misma descienden considerablemente. Se afirma que son estas grandes fluctuaciones las responsables de la depresión.
Según el estudio realizado en la Universidad de California, las mujeres cuyos niveles de la hormona corticoprina aumentan ya en las 25 semanas, tienen más probabilidades de desarrollar una depresión postparto. Esta hormona sería la responsable de regular la respuesta de nuestro organismo ante el estrés pero lo curioso es que no solo se produce en el hipotálamo sino también en la placenta, entonces es la encargada de preparar el cuerpo para el momento del parto.
Vale aclarar que en algunas ocasiones la depresión postparto puede ir un paso más allá de la tristeza y el llanto provocando verdaderos ataques de pánico, dolor de cabeza, visión borrosa, problemas estomacales e ideas suicidas. De hecho, en algunas ocasiones esta problemática debe tratarse con medicamentos para la depresión. La buena noticia es que la depresión postparto podría evitarse o al menos aminorar sus síntomas si se detecta de forma temprana a través del mismo test prenatal que se realiza para controlar los niveles de glucosa en sangre.
Cuando una mujer experimenta los primeros síntomas físicos de la depresión, es esencial que pueda compartir lo que siente con otras personas cercanas, sin el temor de sentirse repudiada o valorada. De la misma forma, quienes la rodean, deben expresarle su cariño y apoyo, sin presionarla demasiado en su rol de madre. Debemos recordar que no todos reaccionamos de la misma manera ante los cambios y que, en muchas ocasiones, la biología también desempeña su papel.
Fuente:
Yim, I. S. et. Al. (2009) Risk of postpartum depressive symptoms with elevated corticotropin-releasing hormone in human pregnancy. Archives of General Psychiatry; 66(2):162-169.
Deja una respuesta