Estamos dando pasos atrás.
La distancia social ha sido una de las medidas más importantes para contener la pandemia de coronavirus que nos asola desde hace meses. Pero parece que a algunas personas no les resulta tan fácil mantener ese distanciamiento, lo cual ha hecho que aparezcan nuevos brotes que amenazan con desencadenar una segunda oleada que nos condene a revivir la pesadilla del confinamiento total.
Las razones para obviar las medidas de distanciamiento social varían de una persona a otra, pero ahora investigadores de la Universidad de California han descubierto que todo podría reencauzarse a nuestra memoria de trabajo.
¿Qué es exactamente la memoria de trabajo?
La memoria a corto plazo, también conocida como memoria operativa o de trabajo, es un proceso cognitivo mediante el cual mantenemos la información activa en nuestra mente durante un breve período de tiempo, generalmente solo unos segundos. Es como una especie de almacén temporal donde mantenemos los datos que necesitamos para tomar decisiones, pensar o seguir el hilo de una conversación.
No obstante, la cantidad de información que podemos retener en la memoria de trabajo durante cierto espacio de tiempo varía de una persona a otra. De hecho, la capacidad de la memoria de trabajo se ha relacionado con otras habilidades cognitivas, como la inteligencia, la comprensión y el aprendizaje.
Por ejemplo, si tenemos que tomar una decisión, pero no podemos mantener en la memoria de trabajo toda la información relevante, es probable que terminemos ignorando variables importantes y tomemos una decisión sesgada. En cambio, mantener activa la información necesaria nos ayudará a ver el problema desde diferentes enfoques y sopesar distintas alternativas.
A mayor memoria de trabajo, más distanciamiento social
En el estudio en cuestión participaron 850 personas. Se llevó a cabo durante las dos primeras semanas después de la declaración de alarma por la pandemia en Estados Unidos. Los participantes completaron una serie de encuestas y test en los que se evaluaba desde su estado de ánimo hasta sus funciones cognitivas y, por supuesto, el grado en el que cumplían con las medidas de distanciamiento social.
Los investigadores descubrieron que quienes tenían una mayor capacidad de memoria de trabajo aplicaban mejor las pautas del distanciamiento social porque eran más conscientes de los beneficios y comprendían mejor los costos y riesgos a los que se exponían.
“Cuanto mayor sea la capacidad de la memoria de trabajo, más probable será que las personas sigan los comportamientos de distanciamiento social”, indicaron los investigadores, añadiendo que “esa relación se mantiene incluso después de haber controlado factores psicológicos y socioeconómicos relevantes como un estado de ánimo deprimido o ansioso, los rasgos de personalidad, el nivel de educación y los ingresos”.
Decisiones más arriesgadas por culpa de una escasa memoria de trabajo
A pesar de que el virus lleva meses entre nosotros, muchas personas todavía no han convertido el uso de mascarillas y el distanciamiento social en un hábito, lo cual significa que cada vez que se enfrentan a situaciones de riesgo potencial, deben decidir qué hacer.
Por tanto, cumplir las medidas de distanciamiento social implica poner en marcha un proceso de decisión laborioso que consiste en evaluar los costos y riesgos comparándolos con los beneficios de estos comportamientos. Ese proceso ocurre precisamente en la memoria de trabajo.
De hecho, otro estudio realizado en la Universidad de Trieste comprobó que la memoria de trabajo desempeña un papel particularmente importante en las tareas cognitivas más complejas, en especial en los procesos de resistencia al cambio, la aplicación de reglas decisionales y la confianza en las decisiones que tomamos.
Para tomar una decisión, debemos mantener en nuestra memoria todas las razones por las cuales incumplir el distanciamiento social puede ser peligroso. Si no somos capaces de hacerlo, aumentan las probabilidades de que incurramos en comportamientos de riesgo y que pongamos en riesgo a los demás.
Y es que esta crisis es sanitaria, pero demanda un abordaje más inteligente desde el punto de vista psicológico, tanto a nivel social como personal. Por tanto, la próxima vez que nos veamos tentados a romper el distanciamiento social, debemos detenernos a pensar si estamos considerando todos los factores. Es probable que no sea así.
Fuentes:
Xie, W. et. Al. (2020) Working memory capacity predicts individual differences in social-distancing compliance during the COVID-19 pandemic in the United States. PNAS; 2008868117.
Missier, F. et. Al. (2013) The Multifold Relationship Between Memory and Decision Making: An Individual-differences Study. J Exp Psychol Learn Mem Cogn; 39(5): 1344–1364.
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