Personalidades creativas, excentricidad y demencia latente… tres conceptos que se entremezclan en un mejunje explosivo de imaginación, talento y peligro mortal. En el público general, me refiero a las personas comunes y corrientes (si me perdonan estos calificativos porque creo que nadie es común y corriente) solo un 1% es diagnosticado con una enfermedad maniaco-depresiva. Entre los políticos, científicos y atletas el porcentaje aumenta al 5% mientras que entre los artistas y escritores hallamos una sorprendentemente elevada incidencia: 38%.
¿Acaso la genialidad y la creatividad deben ir de mano de la locura? Einstein en una ocasión expresó que si una idea al inicio no parece descabellada entonces no será genial. En el artículo “¿Locura o genialidad? El gen explicativo” ya hice referencia a los fundamentos genéticos “casi idénticos” de las psicosis y los procesos creativos. Ahora Jeffrey A. Kottler, profesor de la Universidad de California que además ha trabajado en varios centros de salud intenta responder a esta pregunta en su libro: «Divina Locura, Diez personalidades en el límite entre la locura y la genialidad»; una de las obras que ando leyendo por estos días.
El autor nos aclara que su intención es: «entender los vínculos entre creatividad y locura a través de las vidas de diez individuos de diferentes profesiones y épocas artísticas dentro del siglo XX«. Debo reconocer que el objetivo se cumple con creces. Kottler también nos pone sobreaviso: reconoce que después que terminó de escribir el libro se sintió un tanto deprimido ya que: «los individuos perfilados en el libro han poblado mi mundo e invadido mis sueños. Había ocasiones en que me encontraba sintiendo su misma desesperación o ira. Es una experiencia aterradora«. Así, en cualquier momento también el lector podría experimentar la misma sensación experimentada por el autor y entrar en la piel de las personas que se describen y van tomando vida en nuestra imaginación.
El libro, como su título indica, retoma a diez personalidades entre las cuales hallamos a Ernest Hemingway, Sylvia Plath, Judy Garland, Virginia Woolf, Brian Wilson y Marilyn Monroe para realizar una suerte de análisis psicopatológico en la búsqueda del origen de los trastornos psiquiátricos que padecían estas personas.
La lectura es muy amena, se discurre por sus páginas muy rápidamente y su autor, aunque sin abandonar la cientificidad, brinda un panorama muy humano, casi novelesco de cada personalidad. Más allá de las sabidas distancias que tomamos los psicólogos o psiquiatras de las obras de este tipo; no podemos hacer caso omiso de la magistralidad literaria con la cual Kottler nos acerca a cada personaje hasta el punto que llegamos a vivenciar algunas de sus problemáticas casi en carne propia. Al menos para mi, la historia de Virginia Woolf, resultó una de las más impresionantes y mejor logradas desde el punto de vista de la psicología y de la labor literaria. Aunque quizás la vida tortuosa y para nada fácil que llevó Woolf ayuda al escritor en su cometido de presentarnos un fascinante caso de trastorno bipolar.
Aunque, para ser sincera, desde el punto de vista de la psicopatología, el libro deja bastante que desear; no se produce un acercamiento suficientemente extenso a la sintomatología de cada creador, quizás porque el autor apostó por brindarnos más detalles históricos y privados de la vida de cada personaje para que nos formásemos una idea general de dónde y cómo podría haberse originado cada enfermedad.
No obstante, considero el libro como una obra interesante, que deja más preguntas abiertas que aquellas que responde por lo cual su poder motivador para continuar indagando en estas grandes personalidades de las artes es innegable. Particularmente, prefiero los libros que me incitan en el camino a buscar mis propias respuestas; categoría a la cual pertenece, sin lugar a dudas: «Divina Locura».
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