Los síntomas físicos de la ansiedad son muchos y muy variados. A veces provoca una sensación de ahogo e hiperventilación, otras veces puede causar un dolor de cabeza emocional o incluso hay personas que experimentan mareos por ansiedad. Sin embargo, uno de los síntomas que más temor causa es el dolor en el pecho por ansiedad.
El problema es que muchas personas confunden ese dolor torácico por ansiedad con un infarto, lo cual exacerba aún más el miedo y el malestar. No obstante, el dolor en el pecho es uno de los síntomas más comunes en los trastornos de ansiedad, por lo que es importante aprender a reconocerlo y aliviarlo. De hecho, un estudio realizado en la Universidad de Texas desveló que una de cada diez personas que sufren ataques de pánico experimentan dolor en el pecho.
Los síntomas del dolor de pecho por ansiedad
El dolor en el pecho por angustia suele experimentarse como una incómoda sensación punzante. Algunas personas lo perciben como pinchazos en diferentes partes del tórax. Otros lo experimentan como una sensación de opresión, como si tuvieran un peso encima del pecho que les impide respirar.
El dolor en el pecho por ansiedad suele aparecer repentinamente, sobre todo cuando la persona se siente particularmente ansiosa, estresada o angustiada. También suele desaparecer bastante rápido, lo usual es que no dure más de diez minutos, aunque en algunos casos puede durar hasta un cuarto de hora, sobre todo si la persona se asusta mucho ya que de esta manera refuerza el síntoma.
Este síntoma no suele aparecer solo sino que se acompaña de otros signos de ansiedad:
– Mareos
– Sensación de desmayo
– Dificultades para respirar con normalidad
– Temblores
– Cambios en la temperatura corporal
– Sentir que la situación está fuera de control
– Entumecimiento y sudoración en los pies y las manos
¿Cómo diferenciar el dolor en el pecho por estrés de un infarto?
El dolor en el pecho también es uno de los síntomas típicos de las anginas e infartos de miocardio, por lo que a menudo ambos problemas se confunden. No obstante, existen algunas diferencias:
– El dolor torácico por ansiedad suele aparecer cuando estamos en reposo, mientras que el dolor por un ataque cardíaco suele aparecer cuando estamos en actividad.
– El dolor de un ataque cardíaco con frecuencia se extiende desde el pecho hasta otras partes del cuerpo, como la mandíbula, los hombros y los brazos, pero el dolor de pecho por ansiedad se limita a la zona torácica.
– El dolor de pecho por estrés suele desarrollarse rápidamente y luego se desvanece tan rápido como apareció, pero el dolor en el corazón comienza lentamente y aumenta su intensidad gradualmente.
– El dolor causado por un problema en el corazón suele persistir a lo largo del tiempo y empeora con el esfuerzo físico mientras que el dolor causado por la ansiedad se alivia rápidamente cuando logramos relajarnos.
En cualquier caso, ante las dudas, siempre es conveniente acudir cuanto antes al servicio médico para que nos garantice que se trata de un trastorno provocado por la ansiedad y no un problema cardíaco.
La «buena noticia» es que un estudio realizado en la Harvard Medical School desveló que aproximadamente un cuarto de los pacientes que acuden a urgencias con dolor en el pecho tienen una crisis de ansiedad y otra investigación llevada a cabo en la Universidad de Misuri indicó que en el 50% de los casos ese dolor no tiene una razón cardíaca.
Sin embargo, saber que ese dolor torácico no tiene un origen cardíaco nos tranquiliza momentáneamente pero no suele ser suficiente. Si no se encuentra una explicación convincente y el tratamiento adecuado, seguiremos sufriendo y es probable que el dolor se vuelva más recurrente y crónico. No es casualidad que aproximadamente el 50% de las personas que sufren dolor de pecho por ansiedad terminan desarrollando agorafobia en algún momento a lo largo del primer año desde que sufrió el primer episodio. También aumenta el riesgo de padecer depresión y abusar de sustancias, normalmente psicofármacos.
Por otra parte, no hay que perder de vista el hecho de que los ataques de pánico y la ansiedad fóbica están vinculados con un mayor riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular mortal. Los mecanismos no se han esclarecido pero puede deberse a los cambios a nivel fisiológico que provoca el estrés sostenido.
¿Qué causa el dolor en el pecho por ansiedad?
El dolor en el pecho por estrés es una respuesta psicosomática; es decir, un reflejo físico de lo que ocurre en la mente. No obstante, eso no significa que el dolor esté solo en tu mente.
La ansiedad activa la respuesta fisiológica del estrés, el cual provoca inmediatamente cambios fisiológicos, psicológicos y emocionales específicos en el cuerpo que nos preparan para enfrentar la supuesta amenaza.
Algunos de esos cambios incluyen tensar los músculos del cuerpo para que puedan resistir mejor el daño, y eso incluye los músculos del área del pecho y la caja torácica. El dolor en el pecho sería el reflejo de esa tensión de los músculos del tórax y de la caja torácica cuando estamos ansiosos. Sin embargo, todo no termina ahí.
Cuando el estrés se mantiene a lo largo del tiempo, el cuerpo no llega a recuperarse y se mantiene en un estado de tensión constante. Eso hace que el organismo se mantenga semi-hiperestimulado debido a la liberación constante de cortisol y adrenalina, las hormonas del estrés. Cuando el cuerpo se mantiene hiperestimulado puede responder con sensaciones y síntomas similares a los que se activan ante una situación específica de estrés.
De hecho, uno de los cambios que provoca el estrés es la hiperventilación, inhalar demasiado oxígeno al respirar, lo cual suele deberse a contracciones musculares rápidas y al exceso de aire en los pulmones. La hiperventilación contrae vasos sanguíneos y también contribuye a causar dolor en el pecho ya que demanda un elevado nivel de movimiento de la musculatura torácica y el diafragma. Además, las inhalaciones cortas, superficiales y constantes hacen que aparezca la sensación de estar ahogándose, lo cual generará una mayor activación nerviosa y una mayor cantidad de inhalaciones, provocando un círculo vicioso.
Otra causa del dolor de pecho por ansiedad son las alteraciones de la motilidad gástrica y la dilatación del tubo digestivo. En algunos casos incluso pueden causar un pinzamiento en los nervios del torso, o la acumulación de gases en el estómago que pueden subir hasta el pecho y causar ese dolor.
Tratamiento del dolor en el pecho por ansiedad: 5 formas para aliviarlo inmediatamente
Para tratar el dolor torácico por ansiedad es necesario erradicar su causa. Eso significa que tendrás que combatir la ansiedad en su origen. Por tanto, necesitas analizar qué factores externos e internos están causando esa respuesta ansiógena. Se trata de un trabajo psicológico profundo en el que no solo debes analizar tu estilo de vida y los factores del medio que te generan estrés y angustia, sino que también debes analizar cómo tu forma de pensar y reaccionar pueden exacerbar la ansiedad. En algunos casos, cuando se trata de ansiedad generalizada, es probable que necesites la ayuda de un psicólogo.
No obstante, también puedes recurrir a algunas técnicas que te ayudarán a aliviar rápidamente el dolor en el pecho y salir de esa situación:
- Aplica técnicas de respiración. Basta una media de ocho minutos de respiración pausada y profunda para que la función respiratoria y cardiovascular se acompasen. Busca una zona tranquila e inhala contando hasta 10 y luego exhala suavemente contando hasta 10. Repítelo hasta que te sientas tranquilo. No obstante, existen muchos otros ejercicios de respiración que pueden serte útiles, solo tienes que encontrar la que funciona mejor para ti.
- Pon las cosas en perspectiva. Es fundamental que comprendas que se trata tan solo de un dolor en el pecho por ansiedad, que no vas a morir y que puedes retomar el control de la situación cuando quieras. Se trata de poner las cosas en perspectiva, asumir una distancia psicológica de lo que te está ocurriendo para que no caigas en un bucle ansioso.
- No luches contra los pensamientos y emociones negativas. El primer impulso suele ser intentar acallar los pensamientos negativos que generan la ansiedad y rechazar las emociones desagradables que estás experimentando. Sin embargo, generalmente esa estrategia suele ser contraproducente e incluso genera más ansiedad ante cada intento infructuoso. Por eso, lo ideal es asumir la situación con una actitud mindfulness. Es decir, sé consciente de tus pensamientos y emociones negativas pero no te resistas. Cuando aceptas lo que te está ocurriendo, esos pensamientos y emociones se irán difuminando solos.
- Usa la visualización. Cuando te sientas ansioso, intenta visualizar un lugar que te calme. Esta técnica es especialmente útil cuando no puedes abandonar el sitio donde te encuentras. Cuantos más detalles logres visualizar, mejor. Si en algún momento te desconcentras, no te enfades, simplemente reconduce tu pensamiento a la visualización suavemente.
- Aplica técnicas de relajación.Las técnicas de relajación no solo te ayudarán a aliviar el dolor en el pecho por ansiedad sino que también te permitirán disminuir el nivel de estrés cotidiano. Existen diferentes opciones, desde la práctica de yoga hasta la técnica de relajación muscular profunda, el entrenamiento autógeno de Shultz o la meditación mindfulness. Tendrás que encontrar la que mejor funcione para ti.
Fuentes:
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Fleet, R. & Beitman, B. (1997) Reviews Unexplained Chest Pain: When Is It Panic Disorder?Clin. Cardiol; 20: 187-194.
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