La experiencia es importante, pero a veces puede cegarnos. De hecho, algunas de las ideas más brillantes no han provenido de expertos en una materia sino de personas “ajenas” al sector que fueron capaces de innovar o encontrar soluciones donde los profesionales con experiencia fallaron.
Un estudio realizado en el King’s College de Londres lo confirma. Tras analizar 230 soluciones para problemas complejos de I+D, descubrieron que los outsiders solían proponer mejores alternativas que los profesionales, aunque solo cuando tenían un conocimiento básico del tema.
En la vida cotidiana, la experiencia también puede convertirse en una traba, sobre todo cuando miramos continuamente al pasado en busca de soluciones para problemas actuales. Por supuesto, eso no significa que la experiencia no sea importante. Muchas veces lo es. Pero cuando se trata de buscar soluciones diferentes, originales y creativas, puede convertirse en los barrotes que limitan nuestra mente a través del efecto Einstellung.
¿Qué es el Efecto Einstellung?
En 1942, el psicólogo Abraham Luchins realizó un experimento muy interesante en el que pedía a los participantes que resolvieran el siguiente problema: ¿cómo medir 100 unidades transfiriendo agua entre tres jarras vacías con capacidades de 21, 127 y 3 unidades? Podían llenar cada jarra todas las veces que quisieran, a condición de que siempre se llenaran hasta los bordes.
¿La solución? Llenar la jarra de 127 unidades, vaciar una parte de su contenido en la de 21 unidades para tener 106, y por último, llenar dos veces la jarra de 3 unidades para obtener las 100 unidades exactas.
El problema no era muy complejo, lo difícil vino después.
Luchins les propuso otros problemas que, básicamente, se podían resolver siguiendo esos tres pasos. Las personas los solucionaron rápidamente, pero cuando Luchins les planteó un problema que se podía resolver tan solo en dos pasos, casi nadie se percató de ello. La mayoría de los participantes insistían en usar el método de tres pasos que conocían.
Y cuando Luchins planteó otro problema que solo podía resolverse en dos pasos, la mayoría de las personas se dieron por vencidas y consideraron que era irresoluble.
Así surgió el efecto Einstellung, una palabra alemana que significa actitud o configuración. En práctica, se trata de un sesgo cognitivo que nos empuja a aplicar las soluciones conocidas, impidiéndonos explorar ideas alternativas para solucionar un problema. Es una tendencia del cerebro a aferrarse a los patrones y heurísticos que conoce y cuya eficacia ha comprobado, lo cual le impide concebir ideas mejores.
¿Por qué nos aferramos a las soluciones conocidas?
Nuestro cerebro es un gran “ahorrador de energía” y un fanático de los patrones. Por eso, cuando nos enfrentarnos a un problema, lo primero que hace es buscar en el arsenal de soluciones conocidas aquella que mejor se adapte a las demandas.
Ese arsenal de soluciones se basa en nuestros conocimientos y experiencias. Como regla general, cuantos más conocimientos y experiencias tengamos, más fácil nos resultará solucionar el problema porque, al menos en teoría, dispondremos de un amplio “almacén de soluciones” entre las cuales elegir.
Ese patrón suele generar una heurística útil; o sea, cuando encontramos un método eficaz para resolver un problema, no tiene mucho sentido buscar nuevas soluciones cada vez que tenemos un problema similar. Esa especie de “atajo cognitivo” nos ahorra mucha energía mental, tiempo y esfuerzo. Sin embargo, en algunos casos puede convertirse en un obstáculo.
El Efecto Einstellung y el peso de las viejas soluciones
El efecto Einstellung afecta nuestra capacidad para descubrir una solución óptima. Al aferrarnos al conocimiento y los patrones que conocemos, nos volvemos incapaces de considerar otras soluciones simplemente porque pensamos que ya tenemos una, aunque no sea la ideal.
En el experimento original, bastaron cinco rondas para que los participantes desarrollaran una fijación funcional con una solución. No solo la usaron cuando era menos eficiente sino, y lo que es aún peor, se dieron rápidamente por vencidos cuando el heurístico resultó ineficaz. O sea, se negaron a buscar otras alternativas.
Muchas veces esa negativa no es consciente, como demostró otro experimento realizado con jugadores de ajedrez. En esta ocasión, los investigadores analizaron los movimientos oculares de los jugadores mientras intentaban resolver un problema de ajedrez. Descubrieron que la primera idea que les venía a la mente dirigía su atención hacia fuentes de información consistentes y la alejaba de aquellas inconsistentes. O sea, canalizaba la atención y los recursos mentales en una sola dirección haciendo caso omiso del resto.
Lo peor es que ese sesgo se mantenía inconscientemente, incluso cuando los jugadores creían que estaban buscando soluciones alternativas. Los investigadores comprobaron que ignoraban las alternativas a la primera idea y cuando la solución inicial no era adecuada, se sumían en la frustración.
Por supuesto, en algunos casos el efecto Einstellung puede ayudarnos a resolver el problema, pero no nos permite innovar. En el peor de los casos, genera una rigidez funcional que nos impide encontrar la solución pues no prestamos atención a las características del problema ni abrimos suficientemente la mente para explorar vías alternativas.
El efecto Einstellung, por tanto, nos mantiene funcionando en una limitada zona de confort que, si bien puede ser útil en ciertas circunstancias, nos impide seguir avanzando porque nos ata a ideas preconcebidas, modos de pensar y formas de hacer disfuncionales o inadecuadas para la realidad actual. Como resultado, nuestro cerebro sabotea la capacidad para generar nuevas ideas. Así disminuye nuestra capacidad para adaptarnos y crear.
¿Cómo superar el efecto Einstellung?
Todos no somos igual de vulnerables al efecto Einstellung. Un estudio desarrollado en la St Lawrence University, por ejemplo, comprobó que las personas que tienen una necesidad de estructura; o sea, aquellas que son muy metódicas y prefieren el orden y el control, suelen mostrar una mayor fijación funcional, sobre todo en condiciones de estrés. No obstante, todos tenemos la capacidad de desarrollar una mentalidad más abierta y flexible.
1. Revisa tus suposiciones
En los experimentos, los participantes se quedaban perplejos cuando cambiaban los problemas porque asumieron que podían usar la misma solución. Esa suposición los cegó hasta el punto de impedirles encontrar otro camino para resolver el acertijo. En la vida cotidiana, cuando solo vemos una solución al problema que nos aqueja, es probable que también estemos siendo víctimas del efecto Einstellung.
Para superar esa fijación funcional es mejor comprobar las cosas que estamos dando por sentadas. Pregúntate: ¿con qué problema previo estoy identificando el problema actual? ¿En qué se diferencia este problema del anterior? Centrarte en las diferencias te ayudará a asumir un enfoque distinto y romperá la rigidez funcional, animándote a poner en marcha la creatividad, en vez de hurgar en las soluciones trilladas.
2. Interrumpe el patrón
Si ante un problema solo encuentras una “solución” que no soluciona nada o te conduce a un callejón sin salida, otra estrategia para detener el efecto Einstellung es romper con las normas o la manera de hacer las cosas. Hay muchas maneras de hacerlo.
Puedes, por ejemplo, distraerte. Pensar en otra cosa le dará un descanso a tu mente consciente mientras tu mente inconsciente se pone manos a la obra para buscar una solución más original. Dejar de pensar en el problema romperá las viejas conexiones y abrirá tu mente a explorar nuevas ideas y conexiones. Con un poco de suerte, incluso podrás tener un insight.
Otra estrategia para interrumpir ese patrón de pensamiento en bucle consiste en intercalar otras actividades. No se trata de caer en la multitarea sino de darte un respiro para disminuir la frustración y la fijación con una solución. “Entrar y salir” de un problema puede ayudarte a verlo con otros ojos, descubrir nuevas dimensiones de la situación y ser más flexible en la búsqueda de soluciones.
3. Busca ideas ridículas o descabelladas
Por extraño que parezca, una estrategia para deshacerse del efecto Einstellung es dejar que la mente vuele, sin juzgar las ideas que surjan, incluso las más ridículas. Pensar en cosas descabelladas o ridículas activa la creatividad. De hecho, no olvides que muchas de las ideas más geniales en un primer momento fueron calificadas como “locuras”.
Cuando te enfrentes a un problema difícil, piensa en una idea ridícula, mejor aún si no tiene ninguna relación con tu experiencia previa. Luego, reflexiona sobre cómo esa idea podría ser una solución. Dale vueltas. El secreto consiste, no en concentrarte en resolver el problema, sino en jugar con esa solución aparentemente absurda. Eso te ayudará a descubrir otros aspectos del problema que probablemente habías pasado por alto, encontrar nuevos enfoques o probar vías alternativas.
En general, cuanto mayor sea la distancia psicológica que asumas de un problema, más fácil te resultará atisbar las dimensiones más relevantes del mismo y encontrar soluciones más originales. Esa distancia no solo aporta claridad, también dispara la creatividad.
Fuentes:
Ali, O. & Ende, J. (2016) Knowledge Distance, Cognitive-Search Processes, and Creativity: The Making of Winning Solutions in Science Contests. Psychological Science; 27(5): 692-699.
Bilalić, M. et. Al. (2010) The Mechanism of the Einstellung (Set) Effect: A Pervasive Source of Cognitive Bias. Current Directions in Psychological Science; 19(2): 111-115.
Wesley, P. & Searleman, A. (1998) Personal need for structure, the Einstellung task, and the effects of stress. Personality and Individual Differences; 24(3): 305-310.
Luchins, A. S. (1942). Mechanization in problem solving: The effect of Einstellung. Psychological Monographs; 54(6): i–95.
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