El zodiaco es una de las formas de adivinación más antiguas que aún hoy subsiste y que tiene muchísimos adeptos. Aún si las personas conocen (o creo yo que conozcan) que existe una decimotercera constelación que no está contemplada en el zodiaco tal y como hoy se conoce y que se denomina Ofiuco, continúan creyendo en la veracidad de los doce signos zodiacales. ¿Por qué?
¿Qué es el efecto Forer?
Una curiosa explicación al por qué las personas creen en el zodiaco es el Efecto Forer, también conocido como la falacia de validación personal. El Efecto Forer es un sesgo cognitivo y se refiere a que las personas tienden a dar su aprobación a aquellas descripciones personológicas que supuestamente han sido realizadas para ellos pero que en verdad sólo muestran detalles muy vagos que podrían ser aplicados a un gran número de personas.
En un estudio realizado en el año 1948 el psicólogo Bertram Forer le brindó a un total de 39 personas un análisis de personalidad único y les pidió que evaluaran cuán preciso era el mismo en una escala del 1 al 5, siendo 5 la puntuación máxima.
Este análisis estaba compuesto por 13 afirmaciones generales extraídas de los diferentes signos zodiacales, como por ejemplo:
“Tienes una gran necesidad de agradarle a otras personas y de que éstas te admiren”
“Tienes una tendencia a ser crítico contigo mismo”
“Te enorgulleces de ser un libre pensador y no aceptas las ideas de los otros sin las pruebas correspondientes”
Como puede apreciarse, realmente los enunciados son muy generales, aún así las personas afirmaron que eran muy precisos, alcanzando una media de 4,26. Este fenómeno ha sido replicado en otros tantos experimentos y se ha podido validar que entre el 80 y el 90% de las personas consideran que las afirmaciones generales son muy precisas para su caso. Obviamente, existen algunos aspectos que aumentan la veracidad percibida por las personas:
-Cuando se cree que el análisis se aplica sólo a él
-Cuando el análisis atribuye en su mayoría características positivas
-Cuando la persona cree en la autoridad y conocimiento del evaluador
¿Por qué el efecto Forer funciona?
Un truco antiquísimo que permite que las personas se reconozcan en afirmaciones vagas y generales radica en brindar características opuestas que cubran todo el comportamiento cotidiano de la persona; por ejemplo: “a veces eres extrovertido mientras que en otras ocasiones te comportas de manera introvertida”.
Otro de los trucos consiste en insertar afirmaciones que puedan aplicarse a la inmensa mayoría de la gente, como: “te gusta agradar a las otras personas”. O incluir oraciones donde se afirme que tenemos algunas capacidades sin desarrollar: “tienes un potencial considerable por desarrollar”; al fin y al cabo a todos nos gusta que adulen nuestro ego y esto nos provoca una ceguera a la realidad.
Lo cierto es que tendemos a aceptar aquellas afirmaciones en la misma medida en que deseemos que éstas sean reales y nos resulten suficientemente positivas y halagadoras. Otro factor que incide en el Efecto Forer es que en la actualidad debemos manejar demasiada información, la mayoría de la misma muy controvertida, y esto de cierta forma genera un vacío psicológico que nos vemos tentado a llenar con aquellas informaciones sencillas, positivas y esperanzadoras.
Debe tenerse en cuenta que cuando encontramos una creencia (o información) que resuelve una incertidumbre, esto nos predispone a confirmar y dar como verdadera la misma, desechando la evidencia contraria. Así, se dispara una suerte de mecanismo autoperpetuante que consolida el error original y le brinda una confianza excesiva a la creencia.
Fuentes:
Dickson, D.H. & Kelly, I.W. (1985). The ‘Barnum Effect’ in Personality Assessment: A Review of the Literature. Psychological Reports, 57, 367–382.
Forer, B.R. (1949). The fallacy of personal validation: A classroom demonstration of gullibility. Journal of Abnormal and Social Psychology, 44, 118–123.
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