La información que se brinda puede herir algunas susceptibilidades.
Hay muchos temas en materia de psicología que resultan impactantes, quizás el canibalismo sea uno de los más impresionantes. Si bien la información que se puede hallar al respecto usualmente se restringe a describir los casos, intentaremos acercarnos al fenómeno desde una perspectiva comprensiva.
El canibalismo sexual es una práctica que puede observarse entre algunas especies de animales en la cual estos se comen, literalmente hablando, a su pareja durante o después de la copulación. Alrededor de 30 especies animales presentan este comportamiento, aunque probablemente la viuda negra sea el ejemplo más popular. En este caso la araña hembra se come al macho luego de la cópula y con esta práctica se facilita la fertilidad.
En la mayoría de los casos animales las hembras se alimentan del macho pero entre los humanos los roles generalmente se invierten. A través de la historia de la humanidad, aunque han existido algunos casos femeninos, la mayoría se refieren a hombres.
Una ojeada a los principales casos de canibalismo sexual
Probablemente el caso más conocido sea el del norteamericano Albert Fish. Este hombre nació en Washington en 1870 siendo el menor de los cinco hermanos. A los cinco años ingresó en un orfanato porque su padre había muerto y su madre no podía sostenerlo. Una vez en este sitio comenzó a presentar tendencias sadomasoquistas al comenzar a disfrutar de los azotes que le propiciaban los profesores y posteriormente fue aumentando el grado de dolor introduciendo objetos afilados en su área pélvica. Como parte de su historia se añaden: la práctica de la coprofagia, las relaciones homosexuales y la prostitución. Su matrimonio, que duró bien poco, fue concertado por su madre.
Los psiquiatras que llevaron el caso aseveraron que jamás se había visto tal perversidad en los anales de la Psiquiatría. Fish llegó a matar un número considerable de niños ya que escogía a sus víctimas entre los más pobres de forma que la policía no ahondase demasiado en las desapariciones.
Otro de los casos de canibalismo documentados se encuentra en Andrei Chikatilo o más conocido como «el destripador de Rostov». Nació en el 1936 en un pequeño pueblo de lo que era la Unión Soviética. Su infancia fue muy traumática, su madre solía contarle que su hermano mayor había sido comido por los vecinos hambrientos y si bien no se conoce a ciencia cierta si la historia es verídica se sabe que por aquellos tiempos fue una práctica no del todo extraña. Luego de presenciar los bombardeos alemanes comenzó a fantasear con que ejecutaba brutalmente a los soldados alemanes.
Posteriormente, alrededor de los 24 años la novia de Chikatilo hizo correr la voz de que era impotente y así su odio por las mujeres se estableció definitivamente aunque posteriormente se casó con una joven que fue escogida por su hermana.
Así, comenzó a matar mujeres extirpándoles sus órganos sexuales para comérselos pero posteriormente extendió su rango de acción a hombres y niños, que torturaba y castraba. Cometió un total de 53 asesinatos, la mayoría de ellos premeditados.
Uno de los casos más recientes de canibalismo sexual es el de Armin Meiwes, también conocido como “el caníbal de Rotemburgo”. A diferencia de los otros casos, Meiwes pedía el consentimiento de las víctimas para ser devorados. A través de Internet conoció a un ingeniero de Berlín que practicaba el sadomasoquismo en sus prácticas sexuales y en su segunda cita, éste le pidió a Meiwes que le amputase su pene. Una vez cortados los genitales ambos degustaron el peculiar plato y posteriormente Meiwes lo dejó desangrar hasta morir.
Meiwes no hubiese sido capturado si no hubiera colgado otro anuncio en Internet buscando a su próxima víctima. Reconoció que desde pequeño fantaseaba con matar y comer a los compañeros de escuela que más le agradaban y que se excitaba cuando observaba filmes de horror y muerte.
No obstante, también existen algunas féminas que han realizado actos de canibalismo sexual, tal es el caso de Anna Zimmerman una alemana de 26 años que en 1981 asesinó y descuartizó a su novio. Congeló las porciones y lo fue cocinando día tras día.
¿Qué le ocurre a esas personas?
Aunque nos resulte difícil aceptarlo, realmente la posibilidad de la antropofagia está presente en las personas; basta recordar que en situaciones de hambre extrema algunas personas han recurrido a esta técnica para mantenerse con vida. Pero la antropofagia con móviles sexuales es algo bien diferente.
Sin lugar a dudas hay que pasar por sobre muchas inhibiciones para poder eliminar a otro ser humano pero… comerlo… es un paso, indudablemente, superlativo.
Los intentos explicativos son variados y se mueven desde las explicaciones bio químicas hasta aquellas de fundamento psicoanalítico.
Hensel, en su libro: Cannibalism as a Sexual Disorder, asevera que comer carne humana aumenta los niveles de vitamina A y aminoácidos, lo cual causa una reacción química en la sangre y a nivel cerebral. Esta reacción sería la que produce esos estados alterados de excitación, muy similares a los que se vivencian cuando se consumen drogas duras, que refieren muchas de las personas que se comen a sus víctimas. No obstante, esta teoría no ha sido totalmente aceptada y no explica el por qué las personas inician sus prácticas macabras.
Precisamente, otro de los intentos explicativos se centra en comprender las motivaciones del comportamiento antropófago. La mayoría de los actos de canibalismo están motivados por el deseo de expresar el poder sobre la víctima; de hecho, comer a la otra persona se comprende como la más sublime expresión de poder. Sustentando esta conducta se hallarían unos fuertes sentimientos de hostilidad y/o miedo que conduce al antropófago a tomar venganza contra los otros para fortalecer su posición de poder. Esta teoría expresaría perfectamente el caso de Zimmerman y probablemente sea uno de los pilares explicativos de semejante comportamiento.
Continuando el análisis y ahondando en la génesis del trastorno, la mayoría de los psicólogos coincide en el hecho de que estas prácticas son el resultado de un trauma infantil que se revive durante la adultez cuando existen periodos de estrés. Esta teoría se basa esencialmente en el análisis de los diferentes casos que han existido a través de la historia, donde la mayoría de las personas vivenciaban desde muy pequeños una fuerte ansiedad de separación que desembocaba en frustración y agresividad. Algunos psicólogos van más allá y aseveran que el canibalismo sexual es una representación, casi teatral, de los verdaderos impulsos y sentimientos que se experimentan hacia otra figura (que generalmente es la madre o una pareja). En fin, que matan e ingieren a otras personas como un acto simbólico aunque realmente la fantasía involucra a figuras muy cercanas pero debido a los lazos sentimentales tan estrechos, no pueden ejecutar su proyecto en la persona objetivo por lo que buscan un sustituto.
Esta idea implica que el antropófago muchas veces recurre a la cosificación para poder cometer sus crímenes, esto quiere decir que elimina de las personas sus características humanas y la comprende cual si fuera un objeto, de esta manera no se le hace difícil cometer sus crímenes y se libra de los sentimientos de culpa. Sin embargo, existe un pequeño porcentaje de casos que no se explican mediante los traumas infantiles.
Así, llegamos a la teoría que explica el canibalismo como un trastorno de origen sexual; algunos psicólogos lo comprenden como un nivel máximo del sadismo mientras que otros aseveran que es una mezcla del sadismo con la necrofilia. Esta idea se confirmó, al menos en un porcentaje de los casos, cuando en el 2002 en la Universidad de del Este de Illinois se desarrolló un estudio con personas que confesaron tener intereses sexuales antropófagos. Los participantes en la investigación aseguraban que sus deseos de ingerir a otras personas solo se mostraban si se sentían sexualmente atraídas por el otro.
Por último, si bien no es la última de las teorías, se encuentran aquellos psicólogos que afirman que la antropofagia es un desorden asociado a otros trastornos psicopatológicos como la esquizofrenia y los trastornos de personalidad pero no debemos olvidar que si bien algunas de las personas padecían diversas psicosis o psicopatías, en otros casos no se han hallado trazas de estos desórdenes.
En resumen, que como puede observarse, cada caso brinda información diversa y diferentes explicaciones sobre un mismo hecho. Particularmente considero que no existe una linealidad ni una serie de sucesos traumáticos que invariablemente puedan desembocar en el canibalismo sino más bien un complejo entramado de hechos potencialmente traumáticos, que encuentran terreno fértil, ya sea en un trastorno psicológico sustentado en deficiencias a nivel cerebral o en características de personalidad acentuadas que desvirtúan una respuesta adaptativa de la persona hacia su entorno. No obstante, las puertas al descubrimiento están abiertas, aún queda mucho camino por descubrir en el área de la Psicología Criminológica y sobre todo en relación con este trastorno.
Fuentes:
Talwani, S. (2000) Experts Debate What Forces Create A Cannibal. Great Falls Tribune. Montana.
Martingale, M. (1993) Cannibal Killers. Londres: Carroll and Graf Publishers.
Sanday, P. (1986) Divine Hunger. New York: Cambridge University Press.
Arens, W. (1979) The Man-Eating Myth: Anthropology & Anthropophagy. New York: Oxford University Press.
Anónimo dice
esto quiere decir que elimina de las personas sus características humanas y la comprende cual si fuera un objeto, de esta manera no se le hace difícil cometer sus crímenes y se libra de los sentimientos de culpa.
Ahí está el quid del asunto. A parte de generar un sentimiento de poder, de superioridad, de negación a las normas y realidad impuesta, a ser difernete a los demás, único, a traspasar límites "morales".
Jennifer Delgado Suarez dice
Lo que propones sería otra teoría, la idea de la "cosificación" del otro para poder hacerle daño y traspasar las barreras morales.
De hecho, es algo que hacen continuamente los políticos para poder coexistir tranquilamente con su conciencia y tomar medidas que en condiciones normales nadie sería capaz de aplicar.
La "cosificación" es un fenómeno que se puede expresar en varios niveles.