Wiseman es un investigador que, para ser fieles a la verdad, ha conducido una serie de investigaciones un tanto curiosas o sorprendentes. Una de ellas la resumí en el artículo: «Astrología financiera«. Ahora les traigo a colación otro de sus experimentos, no menos sorprendente cuyos objetivos eran: analizar cómo responden las personas ante las diversas bromas y determinar qué chistes resultan más simpáticos. Así, se creó el Laboratorio de la Risa.
El proyecto realmente fue bastante sencillo, se implementó un sitio web con dos grandes funcionalidades: enviar chistes y evaluar los chistes enviados; recopilando, por supuesto, datos sobre las personas como su edad, nivel de escolaridad, género, nacionalidad… Como podrán presuponer, durante el año que duró el experimento, se obtuvo una enorme base de datos de bromas.
Entonces… ¿cuáles eran las bromas preferidas?
Una de las seleccionadas fue:
Un hombre se sentía muy orgulloso porque armó un rompecabezas en menos de 30 minutos. En la caja decía: «5-6 años».
Lo curioso es que la mayoría de las bromas seleccionadas y que obtuvieron las puntuaciones más altas eran del mismo tipo; es decir, generaban un sentido de superioridad en el lector porque la persona ridiculizada en el chiste no era capaz de comprender una situación obvia. Otro dato interesante que aporta esta investigación es que tal sentido de la superioridad en el momento de reír se puede rastrear hasta Platón y a través de todos los continentes lo cual nos indica que desde los siglos de los siglos y en todo el mundo, las personas ríen de los mismos chistes.
En el lejano 1934 en la Universidad de Harvard, Harold Wolff condujo un experimento bastante similar que dio origen a la teoría de la superioridad en el humor. Los participantes pertenecían a dos grupos culturales diferentes y antagónicos. A cada persona se le brindaban los chistes en tirillas de papel y posteriormente debían puntuarlos en relación con su comicidad. Lo curioso es que las bromas que obtuvieron las puntuaciones más elevadas eran aquellas donde el representante del grupo cultural diverso quedaba en una posición ridícula o inferior.
Una posible explicación podemos hallarla en la teoría freudiana: las bromas actúan como una válvula de escape para liberar tensiones precisamente por eso, en época de crisis económica o política las personas se vuelven más creativas y las bromas aumentan. El simple acto de bromear o reír de algo revelaría una parte de nuestro Yo (de la cual podemos ser más o menos consciente) o al decir de Freud: «Un cigarrillo es solo un cigarrillo pero una broma nunca es solo una broma«.
Ya sabemos que detrás de un chiste pueden ampararse y expresarse muchos estereotipos. Entonces… ¿por qué nos reímos?… creo que es una pregunta que cada cual puede responderse por sí mismo así que dejo la reflexión inconclusa.
No obstante, les dejo otra pista para reflexionar: en el Laboratorio de la Risa también se halló que las personas encuentran algunas bromas más divertidas que otras según el grupo etáreo al que pertenezca. Idénticas diferencias se apreciaron entre las personas de diversos países y según el género. Esto nos indica que solemos reír de aquellas cosas que nos resultan más cercanas, preocupantes o que hallan eco en nuestro sistema de creencias.
Así, antes de terminar quisiera recordar un experimento no tan simpático donde nos muestran el efecto dramático que pueden acarrear las bromas sobre la superioridad. Jens Förster, profesor de la Universidad de Bremen en Alemania, evaluó el Coeficiente de Inteligencia de 80 mujeres de diferentes colores de pelo. La mitad de ellas leyó bromas sobre las rubias y su presunta falta de inteligencia. Lo verdaderamente impresionante es que cuando compararon los resultados de las mujeres rubias aquellas que habían leído los chistes puntuaron definitivamente más bajo en la escala de inteligencia en comparación con las rubias que no leyeron ninguna broma. Los investigadores afirman que las bromas donde se denigra algún tipo particular de población tienen resultados nefastos para muchas personas afectando su autoconfianza y su comportamiento.
Fuentes:
Wiseman, R. (2007) Quirkology: How we discover teh big truths in small things. New York: Basic Books.
Wheeler, S. C.; DeMarree, K. G. & Petty, R. E. (2005) The roles of the self in priming-to-behavior effects. New York: Psychology Press
Wolff, H. A.; Smith, C. E. & Murray, H. A. (1934) The psychology of humor. The Journal of Abnormal and Social Psychology; 28(4): 341-365.
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