
Me atrevería a asegurar que todos, en algún que otro momento de nuestra vida, hemos experimentado el miedo al compromiso. Ya sea antes de casarse, de firmar un contrato importante o de pedir una hipoteca.
De cierta forma este sentimiento de aprehensión es normal ya que percibimos que, de cierta forma estamos coartando nuestra libertad. ¡Y es así! No nos engañamos. Usualmente cuando nos comprometemos con algo o alguien estamos limitando nuestra libertad en algunos aspectos, pero los beneficios (materiales en el caso de un puesto de trabajo o emocionales en el caso de la pareja) suelen valer la pena.
Casi siempre el compromiso implica ir un paso más allá de la zona de confort que hemos construidos. El compromiso suele implicar una transformación, a menudo radical, y todos tenemos cierta resistencia al cambio. Sin embargo, existen personas que sobrepasan los niveles de temor considerados normales y casi llegan a sentir una verdadera “fobia al compromiso”.
Las causas del miedo al compromiso
Este miedo llega a convertirse en una actitud ante la vida, dando lugar a una persona que rehúye constantemente de sus responsabilidades y tiene pavor a comprometerse, lo mismo con una causa social que con una relación de pareja.
En cierta medida, este tipo de actitud recelosa y conservadora está determinada por una educación demasiado protectora y permisiva. Cuando la persona ha crecido disfrutando de una sensación de bienestar casi permanente a cambio de casi nada y con muy pocas obligaciones y restricciones; es muy probable que desee mantener este estado de cosas también en su adultez.
Por ello, muchos jóvenes de hoy experimentan un gran miedo al compromiso e incluso no desean hacerse responsables de su propia vida. Indudablemente, tener a otra persona que se haga responsable por ellos es mucho más cómodo que asumir las riendas de la vida, equivocarse y pagar por los errores.
Detrás del miedo al compromiso se esconde esencialmente una gran brecha entre las demandas del medio y los recursos psicológicos de la persona. Es decir, la persona que no desea comprometerse vivencia la situación como desbordante y no sabe cómo hacerle frente. Por ende, elige la solución más sencilla: escapar a su círculo de comodidad.
Quien teme al compromiso es esencialmente una persona insegura, que no confía en sus capacidades o que ni siquiera las conoce. Por supuesto, si toda la vida alguien ha resuelto los problemas por nosotros, ni siquiera sabremos que somos capaces de resolver una situación problemática.
Otra peculiaridad psicológica que caracteriza a la persona que no desea comprometerse es la falta de iniciativa y de coraje. Todos tenemos miedo al cambio, a comprometernos con ciertas situaciones y dudamos de nuestras potencialidades pero al final logramos vencer estas barreras. Sin embargo, quien tiene miedo al compromiso no es capaz de lanzarse en esa nueva aventura y prefiere quedarse con lo que ya conoce.
La mezcla de miedo al cambio y al fracaso, la inseguridad en las potencialidades personales, el escaso conocimiento de sí mismo y una actitud conservadora son los factores que se conjugan y se convierten en causas más o menos directas del miedo al compromiso, sea cual sea el ámbito en el cual este se manifieste.
Sin embargo, debemos recordar que el miedo al compromiso tarde o temprano se convierte en un obstáculo para lograr nuestro desarrollo como personas y para alcanzar nuestras metas y sueños. Todo objetivo que realmente vale la pena demanda grandes dosis de pasión y compromiso.
Así, el miedo a comprometerse al final se convierte en miedo a la vida.
Alejo Vázquez dice
¡Interesante!
De alguna manera en nuestra vida, siempre hemos interactuado con personas así. Aunque todo lo que has contado mas o menos se puede presuponer, lo has dejado todo clarisimo y se ha entendido perfectamente.
¡Buena entrada!
Jennifer Delgado Suarez dice
Alejo,
Pues sí, de alguna u otra forma todos nos hemos encontrado con personas así o nosotros mismos, en algún momento, hemos tenido miedo al compromiso.
Particularmente siempre me gusta puntualizar que sentir miedo y poner cierta resistencia al cambio es humano y normal pero lo importante es saber reconocer estas señales y luchar contra ellas para superarnos a nosotros mismos como personas.
Gracias por tus impresiones 🙂
Juan k dice
la verdad el post dio en el clavo, lo difícil en ocasiones es lograr superar ese miedo, sin embargo nada es imposible y es muy necesario encarar los miedos y hasta dar un giro a nuestro estilo de vida.