En los últimos años los sitios web que permiten hacer apuestas han crecido de manera exponencial. Es un fenómeno perfectamente normal en tiempos de crisis ya que a las personas les gusta aferrarse a una ilusión, a la idea de que de la noche a la mañana les cambiará la vida.
Debo decir que jamás he apostado porque no creo en la suerte y considero que el dinero se debe ganar trabajando pero este estudio realizado por investigadores coreanos me resultó particularmente interesante por lo que decidí traerlo a colación, quizás le puede ser útil a aquellos que sí apuestan.
Pues bien, estos investigadores analizaron nada más y nada menos que 1,9 billones de apuestas realizadas en partidas de béisbol y fútbol. Su objetivo era comparar el índice de aciertos entre aquellos que habían predicho los resultados y quienes habían predicho las puntuaciones. Es decir, no se focalizaban en la exactitud de la apuesta en sí sino que tenían en cuenta tan solo si el equipo ganaba o perdía.
¿Qué encontraron? Cuando las personas apostaban sobre la puntuación, ganaban el 42,2% de las veces, cuando lo hacían sobre los resultados, tenían razón el 44,4%. Obviamente, no se trata de una diferencia sustancial pero si de una anomalía desde el punto de vista estadístico. Por tanto, los investigadores decidieron replicar en el laboratorio una situación de apuesta típica.
Básicamente, las personas debían hacer predicciones sobre la Copa Mundial de Fútbol, la Copa Europea y la Copa Asiática. A la mitad de los participantes se les pidió que predijera la puntuación mientras que a la otra mitad se les pidió que pedijera los resultados.
En esta ocasión los resultados fueron más clarificadores. Por ejemplo, en los partidos de la Copa Europea, quienes predijeron las puntuaciones acertaron en el 47.8% de los casos mientras que quienes apostaban por los resultados ganaron en el 53.5%. En otras palabras, es más fácil predecir los resultados que las puntuaciones y las posibilidades de ganar aumentan en un 5%.
No obstante, lo interesante es comprender por qué sucede esto. Los investigadores piensan que se debe a que cuando intentamos predecir las puntuaciones nos centramos en factores puntuales y esto nos confunde, crea un cuadro más complejo en nuestra mente y este nos resulta más difícil de manejar.
Al contrario, cuando simplemente intentamos predecir un resultado nos focalizamos en factores más globales, lo cual nos permite tomar en consideración lo que realmente importa. Por eso, las probabilidades de vencer serán mayores.
Fuente:
Yoon, S. et. Al. (2013) The Devil Is in the Specificity. The Negative Effect of Prediction Specificity on Prediction Accuracy. Psychological Science.
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