Si mejoras cada día algo que estás realizando… ¿esperas que finalmente quede perfecto?
¿Es muy importante para ti obtener un resultado impecable?
¿Si puedes desarrollar algo a la perfección te sientes una persona más valiosa?
¿Crees que si algo no queda perfecto no vale la pena iniciarlo?
¿Si terminas en segundo lugar te recriminas constantemente por no haberlo hecho mejor?
Si respondiste afirmativamente al menos a tres de estas preguntas entonces… ¡Bienvenido al Club de los Perfeccionistas! Probablemente formes parte de las filas de esas personas que desean que todo sea perfecto, exacto, inequívoco, impecable. Conozco muchas personas así, incluso debo reconocer que he debido luchar yo misma contra el perfeccionismo obsesivo que no permite continuar en el camino pero poco a poco he aprendido a asumir las tareas desde una perspectiva más relajada.
El perfeccionismo no es cosa de un día, usualmente inicia en la infancia impulsado por cierto tipo de educación demasiado exigente que demanda mucho de nosotros mismos. Una vez echadas sus raíces, el perfeccionismo nos acompaña por un buen tramo de camino en nuestras vidas.
Pero… ¿qué es exactamente el perfeccionismo? Un patrón mental que utilizamos para enfrentar las más disímiles tareas a lo largo de la vida, es una actitud que subyace a nuestros comportamientos y una forma de pensar que determina nuestras decisiones. Dice una amiga pedagoga que los psicólogos somos más propensos a buscar la perfección en cada tarea que emprendemos. ¿Cierto tipo de deformación profesional? Quizás, pero lo cierto es que se debe luchar contra el intento de perfeccionar absolutamente cada detalle, proyecto, idea… ¿Por qué?
Sencillamente porque buscar la perfección disminuye la eficacia personal en tanto nos centramos obsesivamente en mejorar detalles cada vez más y más pequeños de nuestra obra o proyecto, demandando una cantidad de tiempo y esfuerzo que no son proporcionales al resultado. El perfeccionismo acarrea su cuota de obsesividad por lo cual en muchas ocasiones los cambios que realizamos en aras de mejorar realmente no son substanciales, es un llover sobre mojado que no aporta nada cualitativamente superior.
Pero el perfeccionismo también posee su dosis de inseguridad y de miedo: en muchas ocasiones nos ocultamos detrás de la fachada de la perfección minuciosa para ocultar que tenemos miedo a entregar el proyecto para que otros lo valoren y critiquen, creemos que mientras más tiempo esté en nuestras manos y bajo nuestros ojos tendrá una mejor calidad. Basta recordar que cuatro ojos ven más que dos y dos mentes piensan más que una por lo cual la mejor opción si verdaderamente deseamos perfeccionar un proyecto es ponerlo bajo el escrutinio de los otros. Quienes han hecho una tesis pueden sentirse muy identificados con estas sensaciones e ideas.
Entonces, una vez que estamos convencidos de que la perfección no es necesariamente amiga del éxito solo nos queda una cuestión: ¿Cómo combatirla?
1. Dándonos permiso para ser humanos y actuar como tal; es decir, aceptando que cuando iniciamos cualquier tarea o proyecto podemos cometer errores. Las equivocaciones no disminuyen nuestra valía ni son un impedimento para seguir adelante; son simplemente una fuente de aprendizaje.
2. Aprendiendo a dejar ir los errores. En muchas ocasiones nos torturamos con las equivocaciones que hemos cometido y estas nos transmiten miedo a errar otra vez, nos paralizan en el camino. Una vez que hemos aprendido de los errores cometidos, lo único que debe quedar es el aprendizaje; las equivocaciones pasan a ser pasado remoto.
3. Tomar los ideales como metas que guían en el camino no como resultados rígidos que deben obtenerse a toda costa. Generalmente cuando iniciamos un proyecto tenemos en mente un proyecto anterior más o menos similar que nos sirve como guía pero no podemos esperar que nuestros resultados sean idénticos o que tengan igual impacto.
4. Siendo realistas. Las cosas no son perfectas porque cada persona o grupo social tiene una idea de la perfección diversa; así, lo que para unos puede ser una obra cumbre, para otros puede ser mediocre o incluso pasar desapercibida.
5. Siendo gentiles con nosotros mismos y con nuestra autocrítica. Generalmente las personas que buscan la perfección son sus más acérrimos críticos. Nunca están conformes con sus resultados y se recriminan constantemente por los errores o defectos que podrían haberse subsanado. Sin lugar a dudas toda obra es perfectible pero en el aquí y ahora, con nuestros conocimientos, capacidades y recursos hicimos lo mejor que pudimos. Eso debe bastar.
6. Aprendiendo a autoaceptarnos tal cual somos. Somos especialistas en algo y desconocedores de muchas otras áreas. Tenemos ciertas destrezas mientras que en algunas actividades somos francamente pésimos. No podemos ser medianamente perfectos en todo, a veces ni siquiera en las cosas que verdaderamente cuentan, pero si ponemos todo nuestro empeño de seguro mejoraremos en esas áreas oscuras e importantes. Aprender a aceptar nuestras debilidades es el primer gran paso para crecer como personas y valorar más nuestros resultados.
7. Celebrando los logros, por muy pequeños que sean, con un sentido de orgullo. Felicitarnos por una etapa cumplida nos da nuevas energías para continuar el camino, no importa si aún nos queda mucho por andar, es importante recordarse cuanto hemos avanzado.
Puede que éste no sea un camino directo para eliminar la perfección, incluso puede ser que existan cientos de artículos mejores que brinden soluciones superiores para combatir la perfección pero me siento satisfecha con este granito de conocimiento que les he hecho llegar. Si puede ayudar al menos a una persona, me doy por satisfecha.
Quizás esta deba ser la actitud con la cual debemos emprender algunas tareas en nuestra vida.
Anónimo dice
FELICITACIONES GRACIAS POR TU AYUDA ME SIRVIO DE MUCHO
Jennifer Delgado Suarez dice
Hola Anónimo:
Creo que el perfeccionismo es un "problema", "caracteristica"… como quiera llamársele… que atañe a muchas personas y que es bastante complicado de eliminar pero que sin lugar a dudas lacera nuestro desempeño cotidiano y muchas veces nos hace ineficientes.
Me alegro que mis reflexiones te hayan servido y muchísimas gracias a ti por pasar y dejar tus impresiones.
Anónimo dice
Esta bien lo que dices, me ayuda a comprenderme mejor en este querer ser perfectos. Gracias
Anónimo dice
Hola! La verdad q llevo tiempo luchando contra el perfeccionismo. Al leer el artículo, te das cuenta de que es una especie de "hábito" que has adquirido desde la infancia, y que es bastante difícil deshacerte de él, porque, por diversos motivos, generalmente la educación, te han enseñado a buscar la perfección. Como decía, lucho desde hace años por evitar que cada cosa q hago sea perfecta, quiero luchar infinitamente por evitarlo, porque no ayuda nada ser perfeccionista, nunca es suficiente, lo que a la larga hace sufrir. Quiero aprender a ser una persona con defectos y cometer errores… como lo soy, pero aceptarlo. Gracias por este artículo, pues la psicología es poderosa cuando realmente queremos cambiar.
Jennifer Delgado Suarez dice
Anónimo,
Me alegra muchísimo que el artículo te sea de ayuda. Quisiera señalar un punto que creo fundamental en lo que opinas: buscar la perfección no es negativo pero lo verdaderamente importante es aceptar que podemos cometer errores.
Creo que esta es una enseñanza fundamental para quienes están intentando luchar contra el perfeccionismo.
Jose Luis dice
Hola jennifer, te faltaron las bondades del perfeccionismo no patologico, lo demas esta bien GRACIAS.
Jennifer Delgado Suarez dice
José Luis,
Gracias por tu puntualización. Analizando el significado del término perfeccionismo me inclino a hacer referencia a su aspecto más negativo y patológico.
Es decir, perfeccionismo significa: "la tendencia a mejorar indefinidamente un trabajo sin decidirse a considerarlo acabado". Desde esta perspectiva, no se trata de una actitud muy positiva.
No obstante, si nos alejamos del significado literal y comprendemos el perfeccionismo como una actitud autorregulada por la persona que sabe cuando es el momento de parar su trabajo, entonces, obviamente, el perfeccionismo nos muestra su aspecto más positivo ya que da lugar a obras más acabadas y, a la misma vez, no provoca un desgaste excesivo en la persona.
Anónimo dice
Hola soy abogada y la perfeccion no me permite avanzar ,ni siquiera delegar ,lo que me lleva al colapso fisico y mental.La responsabilidad me angustia .Creo que la perfeccion va acompañada de algo de complejo de superioridad o de miedos ,no lo se . Saludos y gracias.
Anónimo dice
Parece que el último comentario lo haya escrito yo, pues compartimos hasta profesión y sexo. Saludos.
Jennifer Delgado Suarez dice
En efecto, muchas personas no delegan porque tienen el complejo de Superman, piensan que pueden hacerlo todo ellas mismas porque los demás no son capaces.
Te aconsejaría que iniciaras delegando tareas sin importancia, al inicio te sentirás tensa pero poco a poco te irás acostumbrando.
Anónimo dice
A mí me ayudó mucho tu artículo! Gracias por compartirlo 🙂
Anónimo dice
Soy profesionista me case despues de tantos años de trabajo y planee mi vida perfecta y con demasiada ansiedad me dedico a criar a mis hijos y me doy cuenta que perfeccionista soy tanto que molesto a mi familia por exajerada en limpiar cosinar la ropa perfecta y en orden de color los zapatos impecables hasta los carros y cada planta termino agotada creo que me debo ocupar en algo de mi carrera o no se mis padres dicen que desde chiquita soy asi y que esta bien lo malo son mis niños viven como en el ejercito.
Jennifer Delgado Suarez dice
De hecho, el perfeccionismo está profundamente vinculado con la obsesividad.
Te incito a que pongas en práctica algunos de los consejos que cito en el artículo.
No obstante, siempre puedes pedirle cita a un psicólogo, este podrá proponerte un plan personalizado.