En una ocasión Elizabeth Carter afirmó que “ser felices significa ser agradecidos”. Y lo cierto es que usualmente olvidamos las mil razones que tenemos para sentir gratitud, ya sea hacia las personas o hacia la vida.
Cuando las personas se sienten infelices normalmente comienzan a lamentarse porque no encuentran una razón para sentir gratitud. Sin embargo, ¿alguna vez has conseguido algo con tus lamentos? ¿Lamentarte te ha permitido reencontrar la motivación, ser más feliz, mejorar las relaciones interpersonales? Probablemente tu respuesta será negativa porque lamentarse solo sirve para deprimirnos, enfadarnos y, de paso, enfadar a los que están a nuestro alrededor.
Sin embargo, si en esos momentos nos recordáramos tan solo de una razón por la cual sentirnos gratos, todo el enfado pasará como por arte de magia. De hecho, un curioso experimento desarrollado en tres grupos de personas demuestra el enorme poder que tiene la gratitud.
Al primer grupo se le pidió que cada semana escribiera cinco cosas por las cuales se habían sentido gratos en los siete días precedentes. A un segundo grupo se le pidió que escribieran cinco problemas que debieron enfrentar mientras que a un tercer grupo se les pidió que escribieran cinco situaciones cualquiera que habían vivido.
Al finalizar las diez semanas que duró el experimento, se aplicó un test para evaluar el estado de ánimo de las personas y se apreció que el grupo que escribió sobre la gratitud era un 25% más feliz que el resto de los participantes.
Por supuesto, es interesante saber qué significa “un 25% más feliz” pero dejando aparte este detalle tan propio de los estudios americanos es interesante ver como a lo largo de las diez semanas el primer grupo mostró un comportamiento consistente más optimista e incluso algunos comenzaron a practicar ejercicios físicos.
Obviamente, estos investigadores no han hecho sino descubrir el agua tibia puesto que muchas corrientes filosóficas orientales de hace miles de años ya proclamaban que la gratitud es una de las claves para vivir una vida más plena y feliz. En este punto probablemente te estarás preguntando cómo practicar la gratitud día a día.
Tres ideas para desarrollar la gratitud
1. Comienza un diario de la gratitud. Es decir, antes de ir a dormir, cada día, escribe al menos tres razones por las cuales te has sentido grato a lo largo del día. Al principio te podrá resultar difícil pero verás que en la misma medida en que pasen los días, lo complicado será dejar de escribir ya que encontrarás decenas de razones por las cuales sentirse gratos.
2. Utiliza tus sentidos. En el estudio anteriormente citado, el 80% de las personas expresaban que se sentían gratos simplemente de tener salud. Y verdaderamente este es un motivo más que suficiente para ser felices. Concéntrate en tus sentidos y en todo el placer que estos te propician. Piensa en lo mal que te sentirías si los perdieras y agradece por tenerlos.
3. Encuentra razones improbables para sentir la gratitud. Probablemente esta es la técnica más divertida de todas porque deberás dejar volar la imaginación, sobre todo en esos momentos en que sientes la tentación de comenzar a lamentarte. Por ejemplo, si tu iPhone acaba de romperse, piensa que es un momento ideal para iniciar una “dieta mediática”.
Fuente:
Emmons, R. A. (2008) Thanks!: How Practicing Gratitude Can Make You Happier. New York: Houghton Mifflin.
Emilio Solís dice
Hola!
Mola el experimento, me puedes pasar el estudio?
Buen post!
Gracias y un saludo!
Jennifer Delgado Suarez dice
Hola Emilio,
El estudio está referenciado en el libro que cito al final del artículo. Se encuentra a la venta en sitios como Amazon.
Un saludo.