Podemos identificar una cantidad sorprendente de información sobre los demás a partir de pequeñas pistas, aunque ni siquiera seamos plenamente conscientes de ello. Somos capaces de detectar si una persona es de fiar en cuestión de segundos y podemos empatizar con alguien en pocos minutos. Esto se debe a un mecanismo ancestral que nos permite formarnos la “primera impresión”.
La primera impresión es un mecanismo muy útil que nos ayuda a guiarnos en el entramado social, incluso si poseemos pocos datos sobre la persona que tenemos delante. Por eso, ante la falta de información, escaneamos rápidamente a la persona en busca de cualquier tipo de pistas que nos pueda orientar y nos permita valorar en cuestión de segundos si debemos alejarnos o es seguro acercarse.
Ahora investigadores de la Brigham Young University han ido un paso más allá al afirmar que todos tenemos un “Radar para la Infidelidad”, una capacidad que no solo se pone en marcha con nuestra relación sino que también nos permite detectar las pistas del engaño en otras parejas.
Una pareja, una tarea común y un observador externo
Los psicólogos reclutaron a 51 personas, algunas de las cuales mantenían una relación de pareja. A cada miembro se le pidió que respondiese a una encuesta en la cual se indagaba sobre sus infidelidades hacia su pareja actual. A continuación, cada pareja fue filmada durante cinco minutos mientras realizaban una tarea de dibujo. La clave radicaba en que una de las personas tenía los ojos vendados y la otra debía guiarle e indicarle cómo dibujar. Después se invertían los roles.
Más tarde, se les pidió a otras personas que vieran esos vídeos y dijeran si creían que alguno de los participantes mostraba interés romántico hacia otra persona, si habían estado coqueteando con alguien más o si habían mantenido relaciones sexuales fuera de la relación de pareja.
Curiosamente, muchas de estas personas pudieron captar a los infieles.
No satisfechos con estos resultados, los psicólogos volvieron a repetir el experimento, esta vez con 43 personas. No obstante, en esta ocasión les pidieron a los observadores que además de detectar a los infieles, evaluaran determinados valores de cada uno de los miembros de la pareja, como el grado de compromiso y confianza.
Una vez más, los observadores dieron en el blanco. Y los investigadores descubrieron que los juicios de esas personas estaban basados en el nivel de confianza y el grado de compromiso que mostraban cada uno de los miembros de la pareja. En otras palabras, los observadores sacaban inferencias basándose en pequeños detalles que salían a relucir mientras la pareja se relacionaba y que les permitían saber si uno de los dos estaba siendo infiel.
¿De dónde proviene ese “Radar para la Infidelidad”?
Según estos investigadores, todos estamos dotados de una especie de radar para captar a los infieles, una habilidad que ayudó a nuestros antepasados a prosperar, sobre todo teniendo en consideración las consecuencias adversas que tenía la infidelidad en aquellos tiempos, cuando los recursos de los que disponía una familia eran muy limitados. Este mecanismo evolutivo les permitía a los hombres detectar a las mujeres infieles para no tener que invertir en la educación de hijos que no fuesen propios y, en el caso de las mujeres, las ponía en alerta sobre hombres que podrían abandonarlas a su suerte.
En la actualidad estos problemas no existen pero el “Radar para la Infidelidad” continúa activándose, sobre todo porque la mayoría de las personas busca una relación de pareja a largo plazo que les transmita seguridad. Así, de forma inconsciente, nos resulta muy útil captar las pequeñas pistas que indican que una persona no es de fiar. De esta forma podemos pensárnoslo dos veces antes de comprometernos. En práctica, gracias a este mecanismo, podemos identificar las señales que pueden ser devastadoras para la relación de pareja.
Fuente:
Lambert, N. et. Al. (2014). Thin slices of infidelity: Determining whether observers can pick out cheaters from a video clip interaction and what tips them off. Personal Relationships; 21(4): 612-619.
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