Con el paso de los años, la memoria a corto plazo empeora, es una consecuencia normal del proceso de envejecimiento. Los despistes son más frecuentes, cuesta retener información nueva y los olvidos están a la orden del día.
Sin embargo, cuando los problemas de memoria son más graves, pueden indicar el desarrollo de alguna forma de demencia, un proceso neurodegenerativo que borra primero nuestra capacidad para fijar nueva información y luego los recuerdos de toda una vida.
Por desgracia, la demencia es una enfermedad común. La OMS indica que en el mundo, 50 millones de personas padecen demencia y cada año se registran 10 millones de casos nuevos. Mantenerse activos intelectualmente nos ayuda a prevenir este problema o, al menos, retrasar su aparición. Sin embargo, existe una característica que disminuye notablemente el riesgo de padecer demencia: darnos cuenta de que nuestra memoria empeora.
Autoconciencia: La clave para protegerse de la demencia
Desde hace tiempo, los médicos sospechaban que las personas que se mantienen ajenas a sus problemas de memoria corren un riesgo mayor de sufrir demencia, pero hasta el momento se trataba solo de observaciones clínicas.
Ahora investigadores de la Universidad McGill en Montreal, aportan nuevas evidencias que respaldan esa hipótesis. Reclutaron a 450 personas que padecían déficits leves de memoria y compararon sus experiencias con las opiniones objetivas de amigos y familiares para confirmar el grado de autoconciencia respecto a la calidad real de la memoria.
Dos años más tarde, descubrieron que las personas que ignoraban sus problemas de memoria, tenían el triple de riesgo de desarrollar una forma de demencia. Quienes desconocían sus dificultades de memoria mostraban un peor estado neurológico: tenían una disfunción metabólica a nivel cerebral y más proteínas amiloides, las placas relacionadas con la aparición del Alzheimer.
De hecho, la anosognosia, que significa literalmente “desconocimiento de la enfermedad”, es uno de los síntomas típicos de las demencias y otros problemas neurológicos en los cuales, la persona no se da cuenta de que sufre un déficit ya que el daño orgánico le impide desarrollar la percepción de lo que está ocurriendo.
¿Cómo desarrollar la autoconciencia?
Existen diferentes formas de desarrollar la autoconciencia, pero una de las más eficaces consiste en practicar la meditación mindfulness. De hecho, uno de los principales objetivos del mindufulness es desarrollar una conciencia plena.
Investigadores de la Universidad de Harvard y la Justus Liebig-University han analizado el impacto de la meditación mindfulness y han descubierto que, en efecto, provoca cambios a nivel cerebral, sobre todo en las zonas relacionadas con la autoconciencia, la representación corporal y la gestión emocional.
La meditación mindfulness te ayudará a tener un mayor control sobre tu mente y sintonizar mejor con las señales que envía tu cuerpo. Desencadena una serie de cambios positivos en la percepción del «yo» que te permitirán estar más alerta sobre los cambios emocionales y físicos que sufres, por lo que te ayudará a prevenir la demencia. De hecho, muchos programas terapéuticos para frenar el avance de la pérdida de memoria recurren precisamente a la meditación mindfulness.
Fuentes:
Therriault J, et. Al. (2018) Anosognosia predicts default mode network hypometabolism and clinical progression to dementia. Neurology.
Gotink, R. A. et. Al. (2016) 8-week Mindfulness Based Stress Reduction induces brain changes similar to traditional long-term meditation practice – A systematic review. Brain and Cognition; 108: 32–41.
Hölzel, B. K. et. Al. (2011) How Does Mindfulness Meditation Work? Proposing Mechanisms of Action From a Conceptual and Neural Perspective. Perspectives on Psychological Science; 6(6): 537-559.
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