La fobia social se caracteriza por un miedo persistente a situaciones sociales en las que la persona puede sentirse avergonzada o sometida a escrutinio. Normalmente este trastorno se trata con psicoterapia pero en los casos más graves se puede recurrir a los medicamentos, ambas opciones han demostrado ser bastante eficaces, sobre todo cuando se combinan.
Aunque la mayoría de las personas que sufren una fobia social necesitan ayuda profesional para superarla, algunos casos, sobre todo los menos graves o cuando la fobia aún no se ha instaurado por completo, han logrado controlar los síntomas simplemente recurriendo a las técnicas de autoayuda.
Psicoterapia para la fobia social
Por supuesto, existen otros tratamientos, como la terapia cognitiva, el entrenamiento en habilidades sociales, los ejercicios de relajación, la terapia de exposición e incluso la hipnosis. No obstante, muchos terapeutas utilizan la terapia de exposición como un eje central del tratamiento. Básicamente, consiste en ayudarle a entender a la persona la base irracional de sus temores (reestructuración cognitiva), casi siempre se acompaña con técnicas de relajación sencillas que le ayudan a enfrentar el miedo experimentando menos síntomas físicos. Poco a poco, la persona se expone a la situación que le genera ansiedad. Obviamente, la exposición se realiza por primera vez en la seguridad de la consulta, solo imaginando el escenario. Cuando la persona crea que está lista, se irá aumentando el grado de exposición, saliendo al mundo.
Los medicamentos para la fobia social
Además de los antidepresivos existen otros medicamentos que se prescriben ocasionalmente en el tratamiento de la fobia social. Entre ellos encontramos los ansiolíticos, también llamados benzodiazepinas. no obstante, se debe aclarar que como estos medicamentos pueden ser adictivos, generalmente es preferible evitarlos. Sin embargo, lo cierto es que actúan muy rápido y pueden ser una alternativa ante una crisis.
Los llamados bloqueadores beta también se usan para aliviar la ansiedad social. Estos medicamentos lo que hacen es bloquear el flujo de adrenalina, que se activa cuando estamos ansiosos. Esto significa que pueden ayudar a controlar y bloquear los síntomas físicos que acompañan la fobia social, al menos a corto plazo. De hecho, estos medicamentos se usan cuando la persona tiene que enfrentar una situación en particular, como cuando debe dar un discurso o hacer una presentación.
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