Llevas algún tiempo sintiéndote mal y, después de darle muchas vueltas al asunto, finalmente decides ir a un psicólogo. Te basta un rápido periplo por Internet para darte cuenta de que existen muchísimos profesionales y no tienes la más remota idea de cuál elegir.
Durante el proceso de búsqueda…
2. La profesionalidad
Durante la primera sesión…
Gracias Jennifer por tu información.
Agradezco la utilidad y la sensatez de tus explicaciones ya que a menudo no se suele hablar de estos temas (extensión de la terapia, estructura de las sesiones, importancia de las tareas, orientación psicológica, profesional colegiado y con experiencia) hasta que uno se encuentra en una primera sesión, con la dificultad de cambiar en ese momento.
Tan solo añadiría la importancia de que psicólogo y paciente hablen y acuerden los objetivos del tratamiento psicológico tras una primera evaluación, para que el paciente sepa qué está trabajando y si tiene resultados, así como que se sienta con más control sobre su propia recuperación (empowerment)
Saludos,
Marta Psi Onlife
Hola Marta,
Precisamente a esos detalles me refería cuando hacía alusión al punto 4 "las bases de la terapia". Pero has sido mucho más aclarativa 🙂
Gracias
Hola Jennifer. Muy aclarador sobre las variables a tener en cuenta al buscar un psicólogo.
Yo añadiría en el punto en relación a la empatia importancia de no sentirse cuestionada y que el terapeuta no sea un interrogador. Saludos
Gracias una vez más por tus aportaciones Jennifer. El trabajo de un psicólogo, entre otros, es empatizar con los problemas de sus pacientes.Quisiera preguntarle si los psicólogos tienen algún mecanismo para que no le afecten estos problemas más allá de lo recomendable.
Saludos y hasta pronto.
Manuel Díaz.
Hola Manuel,
Pregunta complicada la tuya 🙂
En principio, los psicólogos tenemos que encontrar el punto exacto entre la empatía y la objetividad. Tenemos que comprender lo que siente la persona pero, a la misma vez, debemos tomar una distancia prudencial porque si nos involucramos demasiado corremos el riesgo de no ayudarles lo suficiente.
No siempre es fácil lograrlo, hay casos que te tocan en lo más profundo. Sin embargo, creo que nuestra principal arma es la monitorización constante de nuestros sentimientos. Cuando vemos que nos estamos implicando demasiado, nos damos cuenta a tiempo e intentamos parar. En los casos en que no se consigue, lo más saludable es pedirle a otro psicólogo que siga con el tratamiento.