Llevas algún tiempo sintiéndote mal y, después de darle muchas vueltas al asunto, finalmente decides ir a un psicólogo. Te basta un rápido periplo por Internet para darte cuenta de que existen muchísimos profesionales y no tienes la más remota idea de cuál elegir.
Se trata de un cuadro común, un problema al que se enfrentan la mayoría de las personas que necesitan asistencia psicológica y que, desgraciadamente, no siempre resuelven de la mejor manera. De hecho, para escoger un buen psicólogo es necesario tomar en consideración diferentes aspectos.
Durante el proceso de búsqueda…
Existen tres factores esenciales que debes tener en cuenta mientras estás buscando un psicólogo:
1. La duración de la terapia
Ante todo, debes ser consciente de que la extensión de la terapia dependerá del problema que sufras, su intensidad y duración, así como de tus características personales. Por ejemplo, será mucho más fácil tratar un miedo que apenas ha surgido que una fobia ya instaurada con la cual has vivido durante varios años. Además, si te esfuerzas y pones en práctica todas las tareas que te da el psicoterapeuta, es probable que logres avanzar más rápido.
No obstante, el enfoque que utilice el psicólogo también determinará la longitud de la terapia. Es archiconocido que las terapias cognitivo-conductuales ofrecen resultados más veloces para una amplia gama de trastornos y que el psicoanálisis suele ser una alternativa más larga. Los psicoterapeutas que saben aplicar la hipnosis también logran obtener excelentes resultados en poco tiempo. Por tanto, en el momento de escoger psicólogo, infórmate sobre el enfoque que este utiliza.
Particularmente, recomiendo los psicólogos eclécticos, esos que tienen en su haber un vasto arsenal de técnicas y las aplican según el trastorno y las características del paciente. En sentido general, un profesional con experiencia será capaz de decirte después de la fase de diagnóstico, el tiempo estimado de duración de la terapia.
2. La profesionalidad
Recuerda que no es necesario ser psicólogo para tener una consulta. En los últimos años han proliferado los profesionales que ofrecen coaching e incluso algunos se aventuran más allá e intentan tratar determinadas patologías. En el momento de escoger psicólogo, cerciórate de que tenga un número de colegiado y, si puedes ver su perfil en algún sitio online, revisa los títulos que tiene y las universidades donde los ha obtenido.
No se trata de una precaución vana ya que el área de la Psicología a menudo se presta al intrusismo profesional. Sin embargo, considera que la Psicología Clínica es una ciencia, con sus propios métodos y técnicas validados científicamente. Por tanto, si necesitas ayuda, lo mejor es ponerse en las manos de un verdadero experto.
3. La experiencia
Freud afirmó que “solo la experiencia personal hace al hombre sabio”, una máxima que podemos aplicar prácticamente a cualquier esfera de nuestra vida. Sin embargo, cuando vayas a escoger psicólogo, no cometas el error de equiparar los años de vida con la experiencia clínica. Pregúntale al profesional qué experiencia tiene tratando casos como el tuyo.
Con un psicólogo experimentado es probable que el tratamiento sea más corto y que toda la terapia fluya con mayor dinamismo y naturalidad. No obstante, además de la experiencia, verifica que sea un profesional que se mantiene al tanto de los nuevos avances. La Psicología es una ciencia muy joven en continua evolución y prácticamente cada día salen a la luz investigaciones que arrojan nuevos datos sobre las patologías y las técnicas psicológicas. Busca la proporción justa de experiencia y actualización.
Durante la primera sesión…
Una vez que hayas encontrado un profesional que satisfaga los requisitos anteriores, la primera sesión será la prueba de fuego. En ella deberás tener en cuenta:
4. Las bases de la terapia
Durante el primer encuentro, lo usual es que el psicólogo establezca someramente las bases de la terapia. Aunque todavía no ha hecho un diagnóstico preciso, tendrá que indicarte sus honorarios, hablar de un número de sesiones aproximadas y de un método de trabajo a seguir. Estos detalles te indicarán su nivel de profesionalidad y su conocimiento del trastorno.
Aunque en el imaginario popular se ha asentado la idea de que la psicoterapia solo consiste en hablar con el psicólogo durante los 45 minutos que suele durar la sesión, en realidad, un psicoterapeuta no solo escucha, también debe hablar, darte orientaciones, aplicar técnicas e indicarte algunos ejercicios para que hagas en casa. Obviamente, cada psicólogo trabaja de manera diferente pero es importante que durante esa primera sesión te explique cómo lo hace. Se trata de un encuentro para nivelar expectativas, donde tú le indicas qué estás buscando y él te explica qué puede ofrecerte y cómo lo hará.
5. La empatía
Numerosas investigaciones apuntan al hecho de que la empatía es una característica fundamental para que la terapia tenga éxito. Básicamente, el psicólogo no solo tiene que ser capaz de ponerse en el lugar de la persona para comprender las razones que motivan su comportamiento sino que también debe experimentar, al menos en parte, los sentimientos de esta. Solo así se logra crear una relación cálida y auténtica que le transmite confianza al paciente y hace que la terapia fluya sin contratiempos.
Obviamente, evaluar el nivel de empatía es más complicado que revisar los títulos universitarios o años de experiencia por lo que tendrás que dejarte guiar por tu instinto. Si te sientes cómodo en la primera consulta y confías en el psicoterapeuta para contarle tus problemas, es porque has notado, quizás a nivel inconsciente, que se trata de una persona empática.
Los directorios online de profesionales: Un gran aliado
Una excelente alternativa consiste en buscar psicólogos en los directorios online. Por ejemplo, si vives en España, en sitios como Info is Info podrás hallar los mejores psicólogos en Madrid o en cualquier otra ciudad. En estos casos podrás obtener mucha información en poquísimo tiempo, desde sus credenciales hasta las opiniones de otros pacientes. Algunos incluso suben sus fotografías y así podrás ir creando un vínculo inicial o determinar que probablemente no te sentirías cómodo con una persona de esas características.
Marta de la Torre Martí dice
Gracias Jennifer por tu información.
Agradezco la utilidad y la sensatez de tus explicaciones ya que a menudo no se suele hablar de estos temas (extensión de la terapia, estructura de las sesiones, importancia de las tareas, orientación psicológica, profesional colegiado y con experiencia) hasta que uno se encuentra en una primera sesión, con la dificultad de cambiar en ese momento.
Tan solo añadiría la importancia de que psicólogo y paciente hablen y acuerden los objetivos del tratamiento psicológico tras una primera evaluación, para que el paciente sepa qué está trabajando y si tiene resultados, así como que se sienta con más control sobre su propia recuperación (empowerment)
Saludos,
Marta Psi Onlife
Jennifer D. dice
Hola Marta,
Precisamente a esos detalles me refería cuando hacía alusión al punto 4 "las bases de la terapia". Pero has sido mucho más aclarativa 🙂
Gracias
Oscar Guinea dice
Hola Jennifer. Muy aclarador sobre las variables a tener en cuenta al buscar un psicólogo.
Yo añadiría en el punto en relación a la empatia importancia de no sentirse cuestionada y que el terapeuta no sea un interrogador. Saludos
Manuel J.Díaz dice
Gracias una vez más por tus aportaciones Jennifer. El trabajo de un psicólogo, entre otros, es empatizar con los problemas de sus pacientes.Quisiera preguntarle si los psicólogos tienen algún mecanismo para que no le afecten estos problemas más allá de lo recomendable.
Saludos y hasta pronto.
Manuel Díaz.
Jennifer Delgado dice
Hola Manuel,
Pregunta complicada la tuya 🙂
En principio, los psicólogos tenemos que encontrar el punto exacto entre la empatía y la objetividad. Tenemos que comprender lo que siente la persona pero, a la misma vez, debemos tomar una distancia prudencial porque si nos involucramos demasiado corremos el riesgo de no ayudarles lo suficiente.
No siempre es fácil lograrlo, hay casos que te tocan en lo más profundo. Sin embargo, creo que nuestra principal arma es la monitorización constante de nuestros sentimientos. Cuando vemos que nos estamos implicando demasiado, nos damos cuenta a tiempo e intentamos parar. En los casos en que no se consigue, lo más saludable es pedirle a otro psicólogo que siga con el tratamiento.