Gestionar, que no significa reprimir, las emociones en una relación de pareja a menudo es un acto de equilibrio. Si le damos rienda suelta a nuestras emociones podríamos decir cosas de las que después podemos arrepentirnos o tomar decisiones precipitadas llevados por la ira, el rencor o el miedo. Sin duda, es difícil ser fiel emocionalmente a la pareja, expresar lo que sentimos, ser auténticos y, a la vez, ejercer cierto grado de autocontrol emocional para que las cosas no se salgan de quicio.
Por eso, en ciertas situaciones podemos esconder nuestra frustración ante un pequeño error de la pareja o podemos fingir alegría ante una noticia que emociona mucho a la otra persona. A veces pensamos que fingir esas emociones es un acto de amor, o una estrategia para evitar conflictos innecesarios. Sin embargo, ¿esconder las emociones y sentimientos puede pasarle factura a la relación de pareja?
Un estudio realizado en el Ruppin Academic Center y el Academic College of Tel-Aviv-Yaffo ha sido el primero en explorar el impacto en la pareja de dos estrategias de manejo emocional: esconder las emociones negativas y fingir las emociones positivas. Específicamente, el objetivo era evaluar cómo estas estrategias afectaban la satisfacción de las personas en su relación de pareja.
Los investigadores encuestaron a 404 personas, con una edad promedio de 32 años, que mantenían una relación de pareja desde al menos seis meses. Estas personas tuvieron que responder test sobre su nivel de introversión/extroversión, la frecuencia con la que escondían emociones negativas como el nerviosismo, el odio y la ansiedad en su relación de pareja y la frecuencia con la que fingían emociones positivas como la felicidad, la preocupación y el amor. Además, respondieron varias preguntas acerca de su nivel de satisfacción con la pareja, así como la frecuencia con la que experimentaban problemas de salud asociados al estrés, como la fatiga y los dolores de cabeza.
Los resultados mostraron que ocultar las emociones negativas provocaba una mayor insatisfacción que fingir emociones positivas. Sin embargo, lo más interesante fue el vínculo que los investigadores encontraron con la personalidad de los participantes. Las personas extrovertidas se sentían peor cuando ocultaban las emociones negativas que los introvertidos. Aunque ambos se sentían igual de mal cuando fingían las emociones positivas.
En lo que respecta a los problemas de salud, se apreció que las personas extrovertidas tenían más dificultades cuando escondían las emociones, lo cual se debe a que están acostumbradas a expresar sus sentimientos, mientras que los introvertidos suelen tener el hábito de mantenerlos bajo llave.
¿Cuál es la enseñanza para la relación de pareja?
Estos resultados solo vienen a demostrar algo que ya sabíamos: la autenticidad y la confianza son aspectos fundamentales para mantener una pareja y sentirnos bien en la relación. Si nos vemos obligados a esconder las emociones que experimentamos y necesitamos fingir cosas que no sentimos, antes o después esa falta de congruencia emocional nos pasará factura.
Para evitar los conflictos en la pareja no es necesario fingir algo que no sentimos o esconder lo que nos sucede, solo debemos aprender a ser más asertivos. Esto significa que podemos expresar abiertamente nuestra frustración o decepción, pero cuidando de no dañar a la otra persona. Se trata de aprender a reconocer nuestras emociones y expresarlas de la mejor manera posible.
Fuente:
Seger-Guttmann, T. & Medler-Liraz, H. (2015) The Costs of Hiding and Faking Emotions: The Case of Extraverts and Introverts The Journal of Psychology; 150(3): 342-357.
Alfonso Mendez Audirac dice
Sencillamente, no se puede ser hipócrita ante los demás, ante uno mismo ni ante Dios.
Los ejercicios meditativos nos permiten ver nuestras emociones "a distancia" y no caer víctimas de ellas. Esa visión a distancia nos da la posibilidad de expresar estas sin agredir a los demás ni tampoco hacerlos que se sientan culpables. El amor es algo que se practica.