Las fechas límite, un trabajo demasiado exigente, el exceso de responsabilidades, las dificultades económicas, los compromisos sociales… La vida moderna acarrea muchas preocupaciones que se convierten en una fuente de estrés cotidiano.
De hecho, el estrés forma parte de nuestra vida. Es una reacción normal e incluso puede ser positivo ya que genera un nivel de activación y alerta que nos ayuda a dar lo mejor de nosotros para cumplir con los plazos o reaccionar rápidamente ante una emergencia.
Sin embargo, el estrés crónico suele tener efectos negativos en nuestra salud física y mental, llegando a provocando tensión muscular y dolor. Por esa razón, además de las técnicas psicológicas, puede ser conveniente recurrir a la fisioterapia para el estrés como parte de un programa holístico que integre de manera armónica el cuidado de la mente y el cuerpo.
Tensión invisible, el impacto del estrés en los músculos
Cuando estamos estresados, nuestro cuerpo responde liberando cortisol, una hormona que nos prepara para luchar o huir. Esa respuesta desencadena una cascada de cambios a nivel fisiológico, como el aumento de la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la frecuencia respiratoria, además de tensionar los músculos.
La tensión muscular es una reacción refleja al estrés ya que nos prepara para afrontar el peligro que percibimos. Cuando el estrés es sostenido, no solo nuestra mente se mantiene en un estado de vigilancia permanente, sino que nuestros músculos también se mantienen tensos, preparados para la acción.
Con el tiempo, el estrés puede provocar tensión muscular y dolor crónico, sobre todo en el cuello, los hombros y la espalda. Esta tensión también puede provocar dolores de cabeza tensional y migrañas. El dolor musculoesquelético en la parte baja de la espalda y las extremidades superiores también se ha relacionado con el estrés, sobre todo el estrés laboral.
A largo plazo, muchas veces el dolor que provoca esa tensión muscular conduce a las personas a limitar su nivel de actividad física, lo que termina provocando atrofia muscular, que puede dar pie a su vez a otras afecciones musculoesqueléticas más graves.
Investigadores del Departamento de Fisiología del SRM Medical College han constatado que las hormonas liberadas durante los periodos de estrés tienen un efecto metabólico negativo en los músculos. No solo causan daño oxidativo, sino que promueven el catabolismo de las proteínas musculares, lo cual significa que el estrés puede hacer que perdamos fuerza muscular de manera prematura, lo que conducirá eventualmente a caídas y fracturas.
Fisioterapia para el estrés: ¿cómo puede ayudarnos?
El estrés se puede combatir desde diferentes frentes. Además de identificar sus causas y aprender técnicas psicológicas que nos permitan gestionar la tensión de manera más adaptativa, si comenzamos a experimentar tensión muscular o incluso dolor, podemos recurrir a la fisioterapia para el estrés.
La fisioterapia puede incluir desde masajes hasta planes de ejercicios y circuitos de movimiento que tienen efectos fisiológicos importantes ya que contribuyen a reducir la tensión muscular, enviando un mensaje claro al cerebro: puedes relajarte. No debemos olvidar que nuestro cuerpo es un sistema psicosomático, de manera que así como el estrés causa tensión muscular, la relajación muscular genera la respuesta contraria: tranquilidad mental.
- Contrarrestar las hormonas del estrés
Los masajes pueden disminuir los niveles de cortisol aproximadamente un 31% mientras incrementan en un 28% la producción de hormonas como la serotonina y la dopamina, que generan una sensación de bienestar, según reveló un estudio realizado en la Universidad de Miami.
Como resultado, los masajes nos ayudan a reencontrar el equilibrio emocional y relajarnos, aliviando la tensión muscular. De hecho, también son un tratamiento eficaz para combatir la ansiedad generalizada. Investigadores de la Universidad de Emory comprobaron que dos sesiones semanales de masajes durante 6 semanas pueden reducir considerablemente los síntomas de la ansiedad.
- Mejorar la calidad del sueño
El estrés suele ir de la mano del insomnio generando un círculo vicioso que se retroalimenta. La fisioterapia puede ayudarnos a salir de esa espiral para que podamos descansar mejor, lo cual aliviará a su vez la tensión, reducirá la fatiga y disminuirá la irritabilidad contribuyendo a generar un círculo virtuoso que alimenta la sensación de bienestar.
Un metaanálisis realizado en el Departamento de Neurociencias Humanas de la Universidad Sapienza de Roma reveló que el entrenamiento aeróbico de intensidad moderada y, en general, la actividad física, mejora los biomarcadores relacionados con el sueño, como la melatonina y la serotonina. Este cambio es más evidente al cabo de 6 u 8 semanas, momento a partir del cual comienza a mejorar la calidad y cantidad del sueño.
- Disminuir la sensibilidad ante el estrés
La prescripción de ejercicio es habitual en los tratamientos de fisioterapia para el estrés. Y no es para menos puesto que la actividad física es un excelente antídoto contra la tensión acumulada y la ansiedad. El movimiento nos llena de vitalidad y nos ayuda a liberar las presiones, por lo que contribuye a mantener a raya el estrés, evitando que alcance niveles dañinos.
Un metaanálisis realizado en la Universidad de Yale reveló que quienes practican algún tipo de ejercicio en su tiempo libre tienen entre un 62 y 78% menos de probabilidades de sufrir un nivel de estrés alto o moderado. Curiosamente, la actividad física no solo alivia los síntomas del estrés, sino que también nos confiere una mayor resistencia ante la adversidad, por lo que nos ayudará a lidiar mejor con los problemas que puedan acaecer en el futuro.
Todos nos hemos sentido estresados en algún momento de nuestras vidas, pero la forma en que gestionemos esa tensión puede tener un impacto significativo en nuestra salud y bienestar general. Podemos quedarnos de brazos cruzados dejando que el estrés aumente o podemos buscar soluciones.
La fisioterapia y el ejercicio puede ser una excelente alternativa para controlar la tensión y el dolor relacionado con el estrés, así como para mejorar nuestra salud física en general. Los fisioterapeutas no solo trabajarán los puntos de dolor y los “nudos” en los músculos, sino que también pueden enseñarnos ejercicios de relajación muscular o incluso diseñar un circuito de entrenamiento personalizado que nos ayude a liberar la tensión mediante el movimiento. Existen directorios, como physiofinder.net, donde podrás encontrar fácilmente a un fisioterapeuta en tu zona para que asumas una actitud proactiva ante el estrés.
Fuentes:
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Poornima, K. N. et. Al. (2014) Study of the Effect of Stress on Skeletal Muscle Function in Geriatrics. J Clin Diagn Res; 8(1): 8–9.
Stults-Kolehmainen, M. A. & Sinha, R. (2014) The Effects of Stress on Physical Activity and Exercise. Sports Med; 44(1): 81–121.
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