El trastorno de ansiedad social, también conocido como fobia social, es un miedo intenso a ponerse muy nervioso o incluso llegar a ser humillado en las situaciones sociales. La persona cree que se va a sentir avergonzada frente a los demás y eso le genera ansiedad.
Una persona que sufre de ansiedad social tiende a pensar que los demás son mejores en todas las situaciones sociales, como cuando tienen que hablar en público o simplemente conversar en una fiesta. La persona tiende a centrarse en cada pequeño pequeño error que podría cometer y exagera las reacciones que podrían mostrar las personas. Por ejemplo, el simple hecho de ruborizarse ya les resulta dolorosamente vergonzoso y piensa que todos los ojos se posarán sobre ellos para burlarse o denigrarlos.
En los casos más extremos la ansiedad social se manifiesta con miedo a usar los baños públicos, salir a comer o incluso hablar por teléfono cuando hay otras personas presentes.
Hay quienes confunden la fobia social con la timidez pero en realidad se trata de dos fenómenos diferentes. Las personas tímidas pueden sentirse incómodas frente a otra gente pero por lo general no experimentan el una ansiedad extrema frente a alguien, como le ocurre a quienes sufren de una fobia social. Además, las personas tímidas generalmente no ponen en práctica patrones extremos de evitación.
Al contrario, una persona que sufre de ansiedad social no tiene necesariamente que ser tímida e incluso puede sentirse cómoda en algunas situaciones pero el simple hecho de caminar por un pasillo lleno de desconocidos le genera ansiedad.
Los síntomas de la fobia social
2. La exposición a la situación social temida provoca casi invariablemente un elevado nivel de ansiedad, que incluso puede terminar en un ataque de pánico.
Finalmente, vale aclarar que para diagnosticar una fobia social es necesario que estos síntomas persistan al menos durante 6 meses.
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