
Este psicólogo francés, considerado como el padre de los test de inteligencia, desarrolló una prolífica obra, en la que no solo abordó la inteligencia como capacidad humana sino también nuestro juicio, sentido común y la capacidad para llegar al fondo de los misterios de la vida. Las frases de Alfred Binet se convierten, por ende, en perlas para reflexionar.
- Parece probado que en la vida se triunfa gracias a tres factores: la salud, la inteligencia y el carácter, añadamos un cuarto factor; un poco de suerte.
- La inteligencia es la habilidad para tomar y mantener determinada dirección, adaptarse a nuevas situaciones y tener la habilidad para criticar los propios actos.
- La escala, hablando apropiadamente, no permite medir la inteligencia, porque las calidades intelectuales no son comparables y, por lo tanto, no pueden ser medidas por comparación.
- Comprensión, inventiva, dirección y crítica: la inteligencia está contenida dentro de esas cuatro palabras.
- Si pudiéramos mirar dentro de la cabeza de un jugador de ajedrez, lo que veríamos sería todo un mundo de sentimientos, imágenes, ideas, emociones y pasiones.
- El materialismo es la metafísica de quienes se niegan a ser metafísicos.
- Es necesario protegerse de la exageración excesiva.
- El mundo no es más que un conjunto de sensaciones presentes, pasadas y posibles; la meta de la ciencia es analizarlos y coordinarlos separando sus relaciones accidentales de sus relaciones constantes.
- Estamos tan envueltos en sensaciones, que ninguna de nuestras concepciones más audaces puede romper ese círculo.
- La concepción mecánica del universo no es más que un realismo ingenuo.
- La inteligencia de una persona no es una capacidad estática.
- Cuando intentamos comprender la naturaleza más íntima del mundo exterior, a menudo nos encontramos ante la oscuridad absoluta.
- Algunos filósofos modernos afirman que la inteligencia de un individuo es una capacidad fija que no se puede aumentar. Debemos protestar y reaccionar contra este pesimismo brutal… Con práctica, entrenamiento y, sobre todo, método, conseguimos aumentar nuestra atención, nuestra memoria, nuestro juicio y, literalmente, volvernos más inteligentes de lo que éramos antes.
- En la inteligencia hay una facultad fundamental, cuya alteración o ausencia es de suma importancia para la vida práctica. Esa facultad es el juicio, también llamado sentido común, pragmatismo, iniciativa o la facultad de adaptarse a las circunstancias. Una persona puede ser un imbécil si carece de juicio; pero si tiene buen juicio, nunca podrá ser un idiota. De hecho, el resto de las facultades intelectuales parecen de poca importancia en comparación con el juicio.
- La herencia, a nuestro entender, no es capaz de dar a una enfermedad su forma característica… La herencia no inventa nada, no crea nada nuevo; no tiene imaginación.
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