La envidia es uno de los pecados capitales, y uno de los sentimientos más corrosivos que se puede experimentar. Envidiar se convierte en un dolor causado por el deseo de tener lo que tienen los demás. Ese dolor se percibe como una sensación casi frenética de vacío interior, como si una bomba extrajera todo lo que hay dentro. A la larga, termina haciendo muchísimo daño, empequeñeciendo a la persona que la sufre. Esta recopilación de frases para personas envidiosas resume a la perfección ese estado psicológico.
Envidiar es sufrir una ceguera psicológica
La palabra envidia deriva del latín y significa, literalmente, “no ver”. En la Divina Comedia, Dante se refería a las personas envidiosas como aquellas que estaban bajo mantos de plomo, con los párpados cosidos con alambre de plomo. La etimología de la propia palabra nos sugiere que la envidia surge o propicia una especie de ceguera psicológica.
Las personas envidiosas se pueden comparar con el capitán de un barco que navega por los mares pero en vez de guiarse por las estrellas, usa una lente distorsionada. Como resultado, el barco girará en todas direcciones, hasta que termine siendo arrastrado hacia las rocas, arrecifes o tormentas. De hecho, varias frases sobre la envidia se refieren a esa incapacidad para analizar la realidad de manera objetiva.
1. La envidia siempre dura más que la dicha de aquellos a quienes envidiamos – François de La Rochefoucauld
La gente envidiosa termina viendo la vida de los demás a través de un prisma distorsionado, por lo que no es capaz de darse cuenta de que todos tenemos problemas. Dado que estas personas solo ven lo que quieren ver, su envidia dura mucho más que la dicha de los demás.
2. El hombre envidioso piensa que, si su vecino se rompe una pierna, solo podrá andar mejor – Helmut Schoeck
Las personas envidiosas suelen poner en marcha un patrón de pensamiento que raya en lo irracional y les hace ver dicha donde hay desgracia. El problema es que estas personas terminan idealizando la felicidad o satisfacción de los demás ya que en realidad la envidia no versa tanto sobre lo que tiene el otro como sobre lo que le falta al envidioso.
3. La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual – Miguel de Unamuno
La envidia es un sentimiento corrosivo que implica la incapacidad para llenar la vida propia. La persona envidiosa no encuentra nada que le otorgue un significado a su vida, que le haga vibrar e ilusionarse, por lo que mira hacia los demás en busca de esas respuestas. De hecho, quien envidia lo que tienen los demás, en realidad lo que envidia son los sentimientos y las satisfacciones que cree que esas posesiones generan.
Las condiciones imprescindibles para que crezca la envidia
Para que la envidia se arraigue, deben cumplirse tres condiciones. Primero, es necesario que la persona se compare con alguien que considere superior, ya sea por sus cualidades, logros o posesiones. En segundo lugar, la persona debe desear esas cosas para sí misma, o lo que es aún peor, desear que la otra persona no las tenga. Y en tercer lugar, debe sentirse mal por las emociones que genera esa comparación. A esa triada tóxica han hecho referencia diferentes pensadores a lo largo de los años con frases sobre la envidia que describen perfectamente esa sensación.
4. La envidia no es más que la falta de apreciación de nuestra unicidad y valía. Cada uno tiene algo especial que nadie más tiene – Elizabeth O’Connor
La persona envidiosa no se valora lo suficiente, no se siente segura de sí y no ha sido capaz de hallar y reconocer lo que la hace única. De cierta forma, la envidia es ser capaz de ver lo único en los demás pero no verlo en uno mismo. Por eso, en el fondo, la envidia siempre es expresión de una baja autoestima y un sentimiento de inferioridad.
5. La envidia es el homenaje que la mediocridad le rinde al talento – Jackson Brown
La envidia es una muestra de mediocridad, no necesariamente por falta de talento sino por la falta de ganas de superarse. La persona envidiosa generalmente no se esfuerza por alcanzar a quien envidia, sino que intenta que esa persona baje a su nivel, víctima de un enfermizo Síndrome de Procusto.
6. La envidia es el arte de contar las bendiciones del otro en lugar de las propias – Harold Coffin
La persona envidiosa no reconoce sus virtudes e incluso a menudo las menosprecia, por lo que no es capaz de sacarles partido. En su lugar, se centra en las supuestas virtudes de los demás, y las ansía. Sin embargo, no se da cuenta de que la auténtica satisfacción no llega imitando a los demás sino que solo se consigue cuando hallamos nuestro auténtico ikigai.
El dolor que genera la envidia
El dolor de la envidia no está causado por las cualidades o posesiones de los demás sino por el sentimiento de inferioridad y la incapacidad para superar la frustración ocasionados por la falta de confianza en uno mismo. De esta forma, la envidia sume a la persona en un bucle de negatividad que le impide alcanzar su máximo potencial. Con el tiempo, esa angustia y amargura pueden provocar problemas de salud física, de manera que la persona se consume, literalmente, por la envidia.
De hecho, un estudio realizado en el Instituto Nacional de Ciencias Radiológicas de Japón descubrió que cuando las personas se comparan con otras que son más exitosas y admiten sentir envidia, se activaban las regiones cerebrales relacionadas con el dolor físico. Y cuanto más intensa es la envidia, más se activan esas áreas neuronales.
7. La envidia es una declaración de inferioridad – Napoleón I
Envidiar es reconocer que no se puede llegar al mismo punto al que ha arribado otra persona, y olvidarse de los dones propios. Es condenarse a sentirse inferior, menos capaz y, por ende, menos digno a ser feliz. Por eso, la envidia siempre es un insulto a uno mismo.
8. La envidia es como beber veneno y esperar que la otra persona muera – Carrie Fisher
La envidia es un sentimiento muy dañino, sobre todo para quien la experimenta. Nada bueno surge de este sentimiento pues es un albergar y alimentar el resentimiento, la sensación de incapacidad e inferioridad.
9. La envidia muestra cuán desdichados se sienten, y su constante atención a lo que hacen o dejan de hacer los demás, muestra cuánto se aburren – Arthur Schopenhauer
La envidia es un sentimiento en el cual, en vez de centrarse en progresar y crecer, la persona enfoca toda su energía en los otros, para comparar y criticar. En el fondo es la expresión de un aburrimiento profundo, de un no saber qué hacer, por lo que en vez de vivir sus vidas, se dedican a vivir la de los demás.
10. En cuanto el hombre abandona la envidia empieza a prepararse para entrar en el camino de la dicha – Wallace Stevens
A la gente envidiosa le resulta difícil apreciar las cosas buenas que le ocurren en la vida porque están demasiado ocupadas comparándose con los demás y viendo qué hacen los otros. De hecho, en muchos casos la persona envidiosa puede llevar una vida mejor que quienes envidia, pero no se da cuenta de ello.
Esto ocurre porque tienen su lente puesta continuamente sobre los otros, y no son capaces de sentir gratitud por las cosas buenas sino que las comparan con los logros de los demás y siempre consideran que salen peor parados. Esa profunda insatisfacción no puede conducir a la felicidad pues si no aprendemos a ser felices con lo que tenemos, tampoco seremos felices con lo que podríamos conseguir.
Fuente:
Takahashi, H. et. Al. (2009) When Your Gain Is My Pain and Your Pain Is My Gain: Neural Correlates of Envy and Schadenfreude. Science; 323(5916): 937-939.
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