Hikikomori es una palabra japonesa que significa “retiro” e indica un comportamiento caracterizado porque las personas se aíslan de la sociedad y de la familia, generalmente encerrándose en su propia habitación por periodos superiores a los seis meses.
El término en sí fue acuñado por el Dr. Tamaki Saito, director del Hospital Sofukai Sasaki, cuando comenzó a darse cuenta que cada vez un mayor número de los adolescentes que acudían a su consulta mostraban algunos síntomas comunes: letargia, incomunicación y aislamiento total. Así, casi siempre las víctimas del Hikikomori son adolescentes o adultos jóvenes.
Más allá del aislamiento quienes sufren de Hikikomori también padecen depresión y comportamientos obsesivo compulsivos. De hecho, algunas de estas personas adoptan hábitos un tanto extraños como tomar la ducha durante varias horas al día o usar guantes muy gruesos para mantener alejados a los gérmenes.
Obviamente, el hecho de que no se abandona la habitación es sólo un estereotipo que ha crecido gracias a los medios de comunicación porque en realidad muchas de las personas que padecen el Hikikomori realmente abandonan sus habitaciones pero sólo para hacer aquello imprescindible, como ir al supermercado a hacer las compras.
Con el paso del tiempo estos jóvenes van desarrollando un profundo sentimiento de infelicidad y desesperanza, van perdiendo sus amistades en el mundo real y se hacen más y más tímidos e inseguros. Un día clásico de quien padece esta patología transcurre durmiendo mientras que en las noches se opta por ver la televisión, jugar en el ordenador y/o navegar en Internet. Obviamente, la falta de relaciones sociales hace que estos jóvenes pierdan paulatinamente sus habilidades sociales y se hagan siempre menos comunicativos.
La difusión de este fenómeno en Japón ha tenido lugar en los últimos 15 años y algunos afirman que casi un millón de habitantes (prácticamente el 1% de la población) se encuentra atrapada en esta problemática. Otras cifras más cautas hablan de una incidencia que varía entre los 100 000 y los 320 000 personas. Se afirma además, que el 80% de quienes se recluyen son varones.
Quizás en nuestros países occidentales este fenómeno no sea del todo extraño y también se evidencia pero con otro nombre, que apuntaría hacia aquellos que se hacen llamar Nerd o Geek; si bien la comunidad mediática aún no se ha centrado en los mismos. Recientemente uno de los diarios italianos más importantes, “Il Corriere della Sera”, ha hecho referencia a que en Italia ya se contabilizan 50 casos diagnosticados por los psicólogos pero realmente se afirma que esta es una tendencia que se extiende cada vez más , llamándoseles la “Generación perdida”.
Se afirma que el fenómeno Hikikomori occidental comparte varios aspectos con el origen de la problemática japonesa: los jóvenes presentan un gran abismo entre lo que desea y la realidad por lo que experimentan una suerte de vergüenza narcisista. La diferencia estriba en que mientras los adolescentes japoneses escapan de una realidad con reglas demasiado severas, los adolescentes occidentales presentan una incapacidad para gestionar las relaciones de grupo.
Las posibles causas del Hikikomori
Ante un fenómeno tan novedoso las causas son simplemente hipótesis. Hay quienes afirman que el fenómeno se debe a una sociedad enferma caracterizada por la competitividad social y relaciones familiares demasiado rígidas.
Por ejemplo, James Roberson, un antropólogo cultural afirma que los adolescentes japoneses perciben una fuerte presión de autorrealización ya desde la escuela media donde se les exige que sean excelentes. El fracaso es vivido con un particular sentimiento de vergüenza por parte de los padres y estos le transmiten las mismas actitudes a sus hijos.
Siguiendo esta misma línea de pensamiento, el Dr. Saito atribuye el fenómeno del Hikikomori a los estilos educativos de la familia japonesa donde son sobre protectivos en exceso y siempre desean mantener los hijos dentro de casa. De esta forma, el Hikikomori es una problemática que se da fundamentalmente entre los chicos de clase media-alta ya que son sus progenitores quienes pueden permitirse mantener un hijo en casa sin estudiar o trabajar.
Otros teóricos de la sociología afirman que el Hikikomori es simplemente una forma de expresar la rebeldía juvenil de una manera diversa, introyectando las emociones. Obviamente, también hay quienes culpan a la tecnología afirmando que los adolescentes japoneses viven en un mundo zúrrela caracterizado por el Manga, Internet y los videojuegos, algo que les hace perder el contacto con la realidad.
Particularmente creo que sea un error buscar una única causa, un fenómeno social como éste que no se evidencia sólo en Japón sin lugar a dudas está multideterminado y no sólo por las peculiaridades de la sociedad y sus productos tecnológicos sino también por las formas de relacionarnos y por las mismas peculiaridades personológicas que se van creando. A la misma vez, debe puntualizarse que el hecho de encerrarse en una habitación para perder el contacto con la realidad exterior no es un problema del todo nuevo en la Psicología y las causas que han llevado a las personas a asumir la reclusión han sido muy diversas.
El tratamiento del Hikikomori
En los últimos años, sobre todo en Japón, han surgido una serie de terapias diversas que afrontan este fenómeno. A pesar de la diversidad que presentan las mismas es posible hablar de dos grandes aproximaciones:
– El acercamiento médico-psiquiátrico donde se trata la problemática como un desorden mental o comportamental que demanda la recuperación en hospital, sesiones de psicoterapia y asunción de psicofármacos.
– El acercamiento social donde se comprende el fenómeno como un problema eminentemente social y se aleja al joven de la casa, alojándolo en una comunidad con otros chicos que tienen su misma problemática. De esta forma se les motiva a reinsertarse socialmente.
Fuentes:
Mangiarotti, A. (2009) I giovani che si autorecludono: il mondo esterno è solo sul computer. En: Il Corriere della Sera.
Jones, M. (2006) Shutting Themselves In. En: The New York Times.
Murray-Harvey, R. et. Al. (2001) Life At School in Australia and Japan: The Impact of Stress and Support on Bullying and Adaptation to School. En: Australian Association for Research in Education.
Alice.W dice
Gracias Jenny, siempre leo tu blog aunque es la primera vez que comento =D. Siempre subes artíulos muy MUY interesantes, se ve que amas tu carrera.
Ëste año comenzaré a estudiar psicología, estoy emocionada, la psicología es algo que siempre siempre estimula mi curiosidad e interés. Aún tengo algunas dudas acerca de mi decisión, las personas cercanas a mí dicen que ésta carrera no es buena, que no genera NADA de dinero y que no me servirán éstos años de estudio, pero sé que me gusta, y no encuentro otra cosa que me apasione de ésta manera.
Me enteré de éste fenómeno hace algunos años, por medio de una serie japonesa llamada Welcome to the NHK, es divertida e interesante, aunque lógicamente no es para nada realista, sí representa algunas situaciones reales.Conozco personas así, es triste ver como su vida se consume, cómo pasa el tiempo sin que logren superar el miedo a vivir.
Gracias de nuevo por compartir con nosotros =)
Juancho dice
Leyéndolo así suena de un tanto extraño, pero yo he vivido así la mayor parte de mi vida. Es verdad que no hay que buscar una única causa… en mi caso no hay relaciones familiares rígida; justamente lo contrario, demasiada permisividad.
En algunos artículos sobre el síndrome de Peter Pan (el cual tarde o temprano se desarrolla si se mantiene este estilo de vida)se dice que el tratamiento consiste en mostrarle al paciente la importancia de la madurez (obviamente no solo de forma teórica u objetiva, sino que llegue a sentir esa importancia)y creo que esto se aplica (de alguna forma) a los Hikikomori; una tarea un tanto… titanica considerando que uno madura a los golpes jaja
Jennifer Delgado Suarez dice
Alice:
Gracias por dejar tu huella!
En relación con las percepciones que tienen las personas sobre Psicología te confieso que la relacionada con la remuneración económica es bastante real. Es decir, el psicólogo no gana tanto como otro profesional.
Al contrario, los años de estudio probablemente son más fructíferos que los de cualquier otra carrera porque no sólo nos permiten ayudar a las personas sino enfrentar la vida desde una perspectiva más satisfactoria y equilibrada.
Yo, que amo mi profesión, con eso me doy por satisfecha.
Javier dice
Alice:
No recuerdo quien lo dijo; "Encuentra un trabajo que te apasione, y no tendrás que trabajar nunca". “Estudia y vive de lo que te guste, lo contrario te traerá mucha desdicha”.
Yo con 18 años no sabía que estudiar y no tenía la madurez para decidirlo. Me gustaban los ordenadores, así que me metí a ingeniería informática, porque se "gana mucho dinero", y era lo que mi entorno decía. No me puedo quejar de mi sueldo, pero las 8 horas de trabajo son un suplicio, y veo a mi novia que trabaja de profesora en un colegio por verdadera vocación (dinero poco), y es la envidia con las ganas que va a trabajar y lo que disfruta. Y yo con 32 años, sigo sin saber que me gusta, así que tú que lo sabes no lo desperdicies. Ya tendrás tiempo luego de dedicarte a otras cosas, hoy en día la carrera universitaria en muchos casos está muy poco vinculada en lo que trabajas luego. Yo trabajo en informática con gente que estudiaron físicas, derecho, estadística, incluso algún psicólogo.. Así que estudia lo que quieres, y eso que te queda, luego el trabajo es otro cantar siempre.
Dentro de unos mínimos (en paro o sin tener que comer, pues claro que no), el dinero es una cuestión de actitud ante la vida. Yo puedo vivir con un móvil Nokia de hace 7 años sin ningún tipo de problema, pero me aflijo y sufro porque quiero tener el Iphone último modelo. Y lo mismo lo puedes trasladar todo lo material. Realmente con muy poco se vive muy feliz si haces lo que quieres. Te lo dice alguien que viene de una familia de dinero, y mi mejor época fue cuando viajé 6 meses de mochilero por Australia sin nada, trabajando de vez en cuando recogiendo la fruta o limpiando platos..
Jennifer Delgado Suarez dice
Javier,
Gracias por dejarnos tus experiencias que sin lugar a duda son muy enriquecedoras.
Coincido contigo en el hecho de que si amas lo que haces, no será trabajo sino un placer.
El resto, el consumismo al cual nos compulsa la sociedad es algo completamente electivo. Cada cual puede elegir su propio estilo de vida pero siempre mirando qué es lo que le hace verdaderamente feliz.
Se necesitaría un poco más de conocimiento personal y un poco menos de determinación social.
Laura dice
hola Jennifer, bueno me encanta esta pagina .. me meti en un foro .. buscando respuestas y de casualidad vi un link que me redirigia a tu pagina.. El caso es que dudaba que carrera hacer .. psicologia o trabajo social .. me gusta mas la psicologia pero ya sabes ..("que si tiene poca salida" .. "que si piensatelo" ..) pero el caso que leyendo estos articulos cada vez lo tengo mas claro…Aveces pienso que la que necesito un psicologo soy yo (sonrisas).. (bueno de hecho durante mucho tiempo en mi vida precise de ayuda por depresion y algunos problemas) pero me gustaria poder ayudar a otras personas de igual manera que me ayudaron a mi, lo que espero es estar capacitada…
Un saludo!!!
Jennifer Delgado Suarez dice
Laura,
Todos pasamos por malos momentos y en algunas ocasiones necesitamos ayuda de los otros. Esto no nos incapacita para ayudar a los demás, sino todo lo contrario, nos hace personas más sensibles.
Eso sí, debes saber que para ejercer la Psicología se necesita mucha paciencia y la posibilidad de ser fuertes ante el dolor ajeno, porque de ese verás mucho.
Me alegra que hayas llegado a nuestro espacio y te animases a contarnos tus experiencias.
Buena suerte!