Estás en tu oficina, trabajando, como todos los días. Levantas un momento la vista del ordenador o de los papeles y mira a tu alrededor. ¿Qué ves? ¿Está todo organizado o hay un caos digno de una casa que acaba de acoger a una familia con trillizos? ¿La decoración es relajante o es tan impersonal que parece una sala de hospital? ¿Tienes vistas desde la ventana o miras directamente a una pared vacía?
Todos estos factores no solo influyen en tu capacidad de trabajo sino también en tu estado de ánimo. Son numerosos los estudios que demuestran que la forma en que decoremos y mantengamos nuestra oficina puede marcar la diferencia.
¿Cómo decorar una oficina?
1. Evita las oficinas abiertas
Hace algunos años se pusieron de moda las oficinas abiertas con el objetivo de propiciar la comunicación entre las personas y mejorar la productividad. Sin embargo, lo cierto es que esta distribución del espacio no solo no potencia el espíritu de equipo sino que también afecta nuestra eficacia porque aumentan las distracciones y el ruido.
Las personas que tienen una oficina privada son mucho más productivas y felices. Sin embargo, como esta decisión no siempre está en nuestras manos, una buena alternativa es crear un cubículo o colocar elementos de decoración que sirvan para aislarse del resto. Los audífonos también funcionan.
2. Apuesta por las curvas
Numerosas investigaciones han demostrado que los muebles con formas suaves y redondeadas nos hacen sentir más seguros, tranquilos y relajados. Además, también nos suelen gustar mucho más desde el punto de vista estético. Por tanto, siempre que puedas, apuesta por muebles curvos, sobre todo si tienes que recibir personas en tu oficina y quieres que se sientan a gusto. Recuerda que las puntas afiladas transmiten una imagen más dura y agresiva del entorno y, por ende, de ti.
3. Convierte a las plantas en tus aliadas
Un interesantísimo estudio desarrollado en la Norwegian University of Life Sciences ha demostrado que cuando estamos en una habitación donde hay plantas nuestra capacidad atencional mejora de manera superlativa, además de sentirnos más relajados. Lo cual nos indica que si queremos potenciar nuestra productividad, nada mejor que decorar el espacio de trabajo con unas cuantas platas. Eso sí, no valen los cactus pequeñitos al lado del ordenador.
Un último consejo: Decora tú mismo
Un experimento desarrollado en la Universidad de Exeter despeja todas las dudas sobre el asunto: es mejor que decores tú mismo la oficina. Obviamente, siempre que tengas al menos unas nociones básicas de decoración y estética.
En el estudio se evaluó la productividad de las personas en diferentes espacios de trabajo. Algunos contaban con una decoración muy escasa, otros habían sido decorados por los experimentadores y otros fueron decorados por los propios sujetos. Así se pudo apreciar que las personas que decoraron sus espacios de trabajo eran más productivas.
Fuentes:
Raanaas, R. K. et. Al. (2011) Benefits of indoor plants on attention capacity in an office setting. Journal of Environmental Psychology; 31(1): 99-105.
Knight, C. & Haslam, S. A. (2010) The relative merits of lean, enriched, and empowered offices: an experimental examination of the impact of workspace management strategies on well-being and productivity. Journal of Experimental Psychology Applied; 16(2):158-172.
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