Todos nacimos para ser únicos, pero en algún punto del camino, muchos deciden que es mejor ser normal. Ser normal no es malo, implica seguir las normas, cumplir con lo establecido y seguir el ritmo que marca la mayoría. Ser normal garantiza cierta estructura y seguridad en la vida pues el camino a recorrer ha sido marcado por los demás.
Al respecto, Erich Fromm escribió: “Si soy como todos los demás, si no tengo sentimientos o pensamientos que me hagan diferente, si me adapto en las costumbres, las ropas, las ideas, al patrón del grupo, estoy salvado; salvado de la temible experiencia de la soledad. Los sistemas dictatoriales utilizan amenazas y el terror para inducir esta conformidad; los países democráticos, la sugestión y la propaganda”. De hecho, Rollo May afirmaba: “En nuestra sociedad lo opuesto al coraje no es la cobardía sino la conformidad”.
Por supuesto, también hay otras personas que deciden apartarse de la norma y seguir sus sueños, pensar por sí mismas y vivir a su ritmo. A esas personas el mundo no se lo pone fácil porque el principal objetivo de la sociedad es la conformidad y la homogeneidad. A la sociedad le asusta la diferencia. Por eso, las personas auténticas suelen tener que enfrentar muchos obstáculos a lo largo de su vida.
10 imágenes que reflejan la soledad y los dilemas de las personas auténticas
Este artista japonés ha captado algunas de las sensaciones que las personas auténticas suelen experimentar y que a veces es difícil expresar en palabras.
1. “La libertad no significa nada, a menos que implique la libertad de ser diferente” dijo Marty Rubin, aunque a veces eso también significa que te sentirás como un bicho raro, un anacronismo en medio de todos.
2. La sociedad se empeña en crear moldes, y todos los que no se adapten quedan fuera.
3. José Ingenieros dijo que “la rutina es el hábito de renunciar a pensar”. Por eso, resulta tan demoledora para las personas creativas y auténticas.
4. Encajar en los estrechos patrones de la sociedad no suele conducir a la felicidad. De hecho, Rita Mae Brown dijo que “la recompensa por la conformidad es gustarle a todo el mundo excepto a ti”. A la larga, terminará drenándote emocionalmente.
5. Ser auténticos puede ser un camino solitario, donde a veces puedes sentirte incomprendido y sin escapatoria.
6. El ritmo que impone la sociedad presiona sobre las personas que tienen tempos diferentes, a veces haciéndoles sentir inadecuadas o incapaces porque no son capaces de conseguir los resultados que se esperan de ellas en el tiempo reglamentado.
7. “El mayor logro en la vida es ser uno mismo, en un mundo que está constantemente tratando de hacerte alguien diferente”, dijo Ralph Waldo Emerson. Sin embargo, a veces el camino se hace cuesta arriba y piensas que es mucho mejor abandonarlo, ser normal, acallando lo que te hace especial.
8. Sentir que los demás manipulan tu vida a través de hilos sutiles que te atrapan en una tela de araña social.
9. Cuando desempeñas un papel para el cual no estás hecho y en el que no encajas, este termina robándote la energía y las fuerzas.
10. Notar que “la mayoría de las personas son una copia de otras. Sus pensamientos son las opiniones de alguien más y sus vidas una mímica”, como dijera Oscar Wilde, y no comprender cómo los otros no se dan cuenta de ello.
En cualquier caso, no dejes que las percepciones limitadas de los demás te definan. Cuando sientas que el precio a pagar por ser auténtico es muy alto, piensa en las palabras de Albert Einstein: “La persona que sigue a la multitud normalmente no irá más allá de la multitud. La persona que camina sola, probablemente llegará hasta lugares donde nadie ha estado antes”.
OskarMaria dice
Excelente.
Clock27 dice
Hola, gracias por tus publicaciones, en los últimos años me arrepentí de seguir en mi primer trabajo, aun estoy allí solo por mis padres y porque me ascendieron hace pocos meses, pero la verdad me gustaría vivir de lo que me apasiona, por eso pienso renunciar este año. La sociedad dirá que es una locura pero quiero pensar que las decisiones de mi vida las tomo yó.
Juan Pablo Hernández Díaz dice
Muchas veces sentí que sólo yo lo pensaba, gracias por éste genial artículo.
Y gracias también porque me doy cuenta que no estoy tan sólo como creía!