Había una vez un pintor y un zapatero. El pintor se llamaba Apeles y fue uno de los artistas más ilustres de la Edad Antigua, famoso, sobre todo, por ser un crítico muy exigente para con sus propios trabajos. Por eso tenía la costumbre de exponer sus cuadros en la plaza pública y esconderse para escuchar los comentarios de los transeúntes.
Las conclusiones que nunca existieron
Las estadísticas mutantes
Errores totales
¿Cuál es la enseñanza? Que independientemente de la fuente, te preocupes siempre por verificar la veracidad de la información que lees.
Me gusto mucho el artículo por que es muy claro. Recuerdo que en un libro de Introducción a la Psicología se expresan, al principio, ciertos detalles y puntos que debemos tomar en cuenta sobre los estudios en psicología. Es decir, y en general, llegan a la misma recomendación de este artículo: Que hay que contrastar las fuentes originales y no sacar conclusiones apresuradas o poner palabras que no dicen los autores de los estudios.
Excelente post.
Magufo,
Tienes toda la razón. De hecho, es una de las leyes principales de todo investigador. Primero hay que formarse una teoría y revisar varias fuentes antes de sacar una conclusión.
Es más o menos lo que sucede cada día en una consulta: cuando una persona llega a nosotros, nos trazamos varias hipótesis de trabajo de lo que le puede estar sucediendo pero aún así, utilizamos varias técnicas para saber qué pasa realmente. Y siempre intentamos que las hipótesis sean solo una guía orientadora pero que jamás se conviertan en un lastre que nos impida ver más allá.
Desgraciadamente, algunos artículos periodísticos adolecen de esta técnica.