La mente es tu mejor aliada. La actitud correcta puede ayudarte a superar los mayores desafíos y alcanzar las metas más desafiantes. Sin embargo, también puede convertirse en tu principal enemiga. Las preocupaciones, obsesiones, miedos, impulsos y pensamientos rumiativos pueden arrastrarte cuesta abajo.
Los trastornos psicológicos son insidiosos, de manera que no siempre es fácil reconocerlos. Cada día puedes hundirte un poco más en la depresión, sucumbir a los impulsos de la adicción o dejarte convencer por las mentiras que te cuenta la ansiedad. Cuando finalmente te percatas de que tienes un problema, es probable que este lleve meses o incluso años incubándose.
En muchos casos, la terapia convencional no es suficiente para salir de ese agujero. Si el entorno en el que te encuentras alimenta de alguna forma el trastorno, es necesario escapar de su influencia. Ingresar en una clínica psiquiátrica puede ser la mejor opción ya que no solo te permitirá salir de ese ambiente potencialmente tóxico, sino que también te ayudará a ganar perspectiva y recibir un tratamiento anticrisis para empezar a recuperar el control de tu vida.
Los síntomas clave que indican que deberías ingresar en una clínica psiquiátrica
A diferencia de las citas con el médico o el ingreso en un hospital, la mera idea de visitar un centro de salud mental o una institución psiquiátrica puede ser estresante y aterradora. Esa reticencia se debe a múltiples razones, como el estigma asociado a los antiguos sanatorios y psiquiátricos o la incertidumbre sobre qué sucederá en la visita.
Además, muchas personas no tienen claro cuándo deben pedir ayuda o no conocen las señales que indican que es necesario ingresar en dichas instalaciones. El problema es que de esta forma el trastorno se agrava y afecta cada vez más tu calidad de vida. Por ese motivo, es importante reconocer los principales síntomas a los que debes prestar atención pues demandan un internamiento psiquiátrico:
- Has dejado de cuidarte. Muchas condiciones psiquiátricas conducen al abandono de sí mismo. Cuando tu mente está desorientada, es difícil prestar atención a tus necesidades básicas. Si no logras cuidar de ti, has descuidado tu higiene y alimentación o no acudes a clases o al trabajo, es probable que necesites ayuda para salir de ese bucle.
- Tus patrones de sueño y/o apetito han cambiado drásticamente. Los cambios vitales, como mudarse, empezar un nuevo trabajo o tener un bebé a menudo interrumpen nuestros hábitos de sueño o alimentación. Sin embargo, cuando nos adaptamos a la nueva situación, recuperamos los patrones habituales. Si esas fluctuaciones parecen surgir de la nada podrían ser una señal de advertencia. Dormir demasiado o muy poco, así como perder el apetito o tener un hambre incontrolable suelen ser síntomas de enfermedades mentales más graves, como la depresión, la ansiedad o los trastornos alimentarios que pueden demandar un internamiento psiquiátrico.
- Piensas en hacerte daño o lesionar a los demás. Las ideas suicidas o las conductas autolesivas no se deben tomar a la ligera y a menudo demandan una intervención psiquiátrica urgente. Por consiguiente, si experimentas una gran angustia emocional y sientes el impulso de hacerte daño de alguna manera o piensas en lesionar a otras personas, lo mejor es que pidas ayuda cuanto antes.
- Tienes una sensación abrumadora de desesperanza. A veces, es normal sentirse triste, desmotivado y sin energía, pero si esa sensación se convierte en desesperación, impotencia o incapacidad para vislumbrar un futuro positivo puede ser un signo de un trastorno depresivo mayor y no simplemente de estrés. Por tanto, es una señal clara de que necesitas ayuda psicológica.
- Sufres cambios de humor extremos. Es perfectamente natural que algunos días te sientas mejor que otros. Sin embargo, los cambios drásticos de humor, pasando de la euforia a la tristeza o la ira, afectan tu capacidad para relacionarte con los demás y afrontar tus actividades cotidianas. Si sientes que no puedes controlar cómo te sientes y ello está afectando tu bienestar, deberías buscar atención psiquiátrica.
- No puedes cumplir con tus obligaciones cotidianas. Cuando los problemas de salud mental se agravan suelen afectar tu rendimiento. Si enfrentar el día a día se te hace cada vez más cuesta arriba y actividades rutinarias como el simple hecho de levantarte de la cama, cocinar o ir al trabajo o el colegio te parecen una misión imposible, deberías valorar ingresar en una clínica psiquiátrica para que puedas descansar y reencontrar tu equilibrio.
- Te has aislado socialmente. Algunas personas disfrutan de la soledad. De hecho, el tiempo a solas es saludable para descansar y recargar las pilas. Pero pasar demasiado tiempo solo conduce al aislamiento y rompe las redes de apoyo social. Si las actividades que antes disfrutaban han perdido su atractivo y te has desconectado de amigos y familiares, es probable que estés sufriendo depresión, adicción o un trastorno bipolar, por lo que debes pedir ayuda.
- Has sufrido un trauma o has estado sometido a un estrés severo. Los eventos traumáticos dejan huellas en el cerebro difíciles de borrar que pueden conducir a un trastorno de estrés postraumático. Si has pasado por una situación altamente estresante, tienes problemas para concentrarte, te asustas fácilmente, estás siempre en guardia o no logras encontrar tranquilidad, deberías considerar un internamiento psiquiátrico de urgencia para romper esas conexiones que están afectando tu bienestar.
- Sufres una adicción. Muchas personas recurren a las drogas, el alcohol o incluso al juego como una forma para aliviar el dolor emocional, pero de esa forma solo exacerban sus problemas. Si has intentado dejar la adicción, pero no logras conseguirlo y terminas sucumbiendo a tus impulsos, el internamiento psiquiátrico podría ser la única opción para salir de ese bucle de una vez y por todas. De hecho, considera que algunas sustancias pueden provocar un síndrome de abstinencia severo que requiere seguimiento médico.
- Presentas alucinaciones o delirios. Experimentar alucinaciones (ver, oír o sentir cosas que no existen) o delirios (creencias falsas sobre uno mismo, los demás u otras cosas) suelen ser síntomas de trastornos psicóticos como la esquizofrenia. Dado que se suele perder el contacto con la realidad, es importante que confíes en quienes te rodean para que te ayuden a identificar lo que es real de lo que no.
Es importante que sepas que los planes de tratamiento en las unidades de psiquiatría varían según cada paciente. Sin embargo, generalmente conjugan la prescripción de medicamentos para estabilizar emocional y físicamente a la persona con sesiones de psicoterapia que le proporcionan las herramientas que necesita para afrontar sus dificultades.
Lo ideal es elegir una clínica con un enfoque multidisciplinario, holístico y altamente personalizado que asegure una atención de primera calidad. De hecho, un estudio realizado en la Universidad de Washington confirmó que la atención centrada en el paciente durante el tratamiento psiquiátrico hospitalario mejora los resultados a largo plazo y facilita la adherencia terapéutica.
Algunas de estas clínicas están situadas en espacios naturales para favorecer un entorno de máxima privacidad que promueve la calma y combinan el tratamiento psicológico con actividades de ocio, artísticas y deportivas en aras de fomentar una recuperación profunda puesto que existen cada vez más evidencias de que el entorno adecuado puede facilitar la recuperación emocional.
Si no tienes clara la gravedad de tu situación, escucha a quienes te rodean. Si tu pareja, hijos, familiares o amigos han comenzado a expresar sus preocupaciones por tu salud mental, quizá sea una buena idea recurrir al internamiento psiquiátrico. Recuerda que las personas con trastornos psicológicos pueden llevar una vida plena. La ayuda de los profesionales de salud mental puede marcar la diferencia.
Referencias Bibliográficas:
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