La aromaterapia es una terapia practicada desde los tiempos antiguos para prevenir y tratar enfermedades de diversa índole. Los sumerios, babilonios y egipcios empleaban las plantas para curar enfermedades, para embalsamar a sus difuntos y para tratamientos de belleza; mientras que los chinos, indios, griegos y romanos las usaban además para hacer perfumes, medicamentos y en los ritos religiosos.
Sin embargo, no fue hasta el siglo XX cuando renacen estas formulas con el trabajo del químico francés, Rene M. Gottefosse, considerado el padre moderno de la aromaterapia, quien en 1928 publicó su tratado sobre aromaterapia en el que aseveraba que la piel podía absorber los aceites esenciales y que éstos contenían efectos desinfectantes y curativos, por lo que estos aceites eran saludables.
La aromaterapia se contempla hoy como una forma de medicina alternativa que consiste en utilizar los aromas extraídos de las plantas para tratar diferentes enfermedades como la migraña, la depresión, el acné y los trastornos digestivos. Por su parte, los aceites esenciales son la clave de esta terapia, pues en ellos se concentran todos los agentes químicos de las plantas como las hormonas, las vitaminas, los antibióticos y los antisépticos, siendo la forma de concentración de la energía herbaria.
Mediante un proceso de destilación de vapor, se extrae el líquido aceitoso de textura fina donde residen los compuestos volátiles de las plantas que guardan el aroma. Este proceso es el responsable de la efectividad y la pureza del aceite final y de la eficacia del mismo en la cura de las disímiles afecciones. Es necesario destacar que para cada enfermedad hay aceites y formas de uso específicas, de manera que se definen tres grupos generales: la ingesta, la absorción por la piel y el olfato.
Desde los masajes y los baños con los aceites esenciales, hasta en la inhalación o incluso la ingestión de determinadas dosis, se pueden verificar los efectos altamente beneficiosos de las diferentes esencias. El empleo además de las infusiones es considerado también como una forma de aromaterapia y constituye por demás, la manera más usada actualmente.
Por supuesto, si bien la sustitución de los antibióticos por los aceites esenciales no es una solución absoluta, si es una vía alternativa que favorece de manera natural la lucha contra los agentes patógenos. Por ello, desarrollar los fundamentos de esta terapia, así como las formas de empleo constituye actualmente un reto científico para los aromaterapeutas.
En la Psicología se estudian los olores y sus efectos en la mente humana, como ya se ha visto en el artículo””; enfatizando en los efectos relajantes de los aromas y su asociación con algunos sentimientos. A manera de ejemplo se pueden resumir algunos aromas y sus efectos a nivel psicológico:
– Relajantes: Ciprés, Ylang-ylang, Cedro, Manzanilla, Rosa y Sándalo.
– Equilibradores: Geranio, Incienso y Lavanda.
– Estimulantes: Canela, Jengibre, Lima, Naranja, Pino y Romero.
– Antidepresivos: Jazmín, Limón, Clavel, Pachulí e Incienso.
– Estimulantes de la mente: Albahaca, Eucalipto, Menta, Pino y Romero.
Muchos especialistas están convencidos que los efectos positivos de la aromaterapia provienen de la inhalación de los aromas a partir de lo cual se estimulan las partes del cerebro relacionadas con el sistema olfatorio, una señal que posteriormente es enviada al sistema límbico (principal regulador de las emociones), desde donde se restablece el equilibrio psicológico haciendo sentir a la persona relajada o estimulada.
Por supuesto, no todos los especialistas aceptan esta explicación; de hecho, una buena parte de la comunidad científica no reconoce la aromaterapia y la cataloga como una pseudociencia. No obstante, cada vez son más las investigaciones que surgen en el contexto inglés que vienen a reafirmar los efectos positivos de la Aromaterapia.
A manera de ejemplo pueden citarse investigaciones que han utilizado la Aromaterapia como tratamiento para aliviar temporalmente los dolores producidos por el cáncer, para disminuir los síntomas de agitación en la demencia o para agilizar la recuperación psicológica de los pacientes sometidos a cirugía cardíaca.
Por último puede citarse un curioso estudio realizado en colaboración entre las Escuelas de Medicina de la Universidad de Miami y la Universidad de Duke donde se evaluó a través del EEG el nivel de alerta de 40 personas jóvenes sometidas a la Aromaterapia utilizando las esencias de lavanda (relajante) y romero (estimulante).
Antes y después de someterse a la Aromaterapia los participantes completaron una serie de tareas matemáticas sencillas presentadas a través de un ordenador. Asombrosamente el grupo de personas con las cuales se utilizó la lavanda mostró un incremento de las ondas beta (aquellas que se activan cuando estamos pensando o estamos en alerta) y ellos mismos refirieron sentirse más relajados y por consiguiente, realizaron los cálculos matemáticos de manera más rápida y precisa que antes del tratamiento de Aromaterapia. El grupo que fue tratado con el romero mostró una disminución de las ondas beta y alfa (relacionadas con la relajación y el sueño), mostrándose más relajados y alertas lo que hizo que fueran más rápidos en los cálculos matemáticos pero no que fueran más precisos.
Estas pinceladas científicas le confieren una nueva credibilidad a una terapia que desde siglos ha venido ayudando a las personas. Particularmente considero que, ya sea efecto placebo o que tenga una incidencia real en las personas, todo aquello que ayude a reencontrar el equilibrio psicológico: ¡Bienvenido sea!
Fuentes:
Fellowes, D. (2004) Aromatherapy and massage for symptom relief in patients with cancer. Cochrane Database Syst Rev; 2: CD002287.
Ballard, C. G. et. Al. (2002) Aromatherapy as a safe and effective treatment for the management of agitation in severe dementia: The results of a double blind, placebo-controlled trial with Melissa. Journal of Clinical Psychiatry; 63(7): 553-558.
Diego, M. A. et. Al. (1998) Aromatherapy Positively Affects Mood, Eeg Patterns of Alertness and Math Computations. International Journal of Neuroscience; 96(3-4): 217-224.
Stevensen, C. (1994) The psychophysiological effects of aromatherapy massage following cardiac surgery. Complementary Therapies in Medicine; 2(1): 27-35.
Marjorie dice
Un gran saludo para ti querida Jenifer. Me encantó este artículo sobre la aromaterapia. Es muy instructivo. Mi experiencia en la práctica con estas esencias es bien positiva. Las uso para tranquilizarme, en algún momento me ayudaron cuando entré en una fuerte depresión también. Así que es muy cierto lo que en tu artículo nos dices. Sin descuidar nuestros tratamientos médicos podemos emplearla de manera alternativa.
Gracias por este trabajo.
Marjorie Arte y Papel
http://mararteypapel.blogspot.com
Jennifer Delgado Suarez dice
Hola Marjorie:
Me alegro que hayas compartido con nosotros tu experiencia práctica con la aromaterapia.
Realmente en lo que comentas hay un punto fundamental: la aromaterapia es un tratamiento alternativo por el cual puede optarse pero jamás debemos abandonar el tratamiento médico.
Un saludo, Jennifer